sábado, 30 de julio de 2011

Una fecha màs


Viñeta de Kalvellido

Para el ilustre descuartizador, el 20- N es una fecha más.
Total, pensará, qué más da, si ya todo fue demolido, entre fascistas anda el juego, se pasan de manos esa patata que quema y tonto el que lo lea.
Pero los zurdos tenemos memoria y nos sangra.
Y en este juego político donde deciden cambiarse de sitio anunciando elecciones sin elección, los zurdos, que estamos atentos, que no bajamos la guardia, sabemos que cambiarán las manos pero el yugo seguirá sostenido por los mismos o por personajes más siniestros.
Y así las cosas nos van dejando en pelotas.
Mientras la opereta continúa, la descuartizadora sigue su camino, aparta los derechos, tritura la justicia, asesina las ideas, desahucia, empobrece, atosiga, conduce a la multitud hacia el abismo.
Y para el ilustre Zapatitos, es una fecha más.
Y para nosotros, los zurdos, es una fecha que rubrica aún más, la violencia.
Y para mí, que soy apenas nada, que soy sólo poeta, esa fecha es la horrible evidencia de una democracia de pacotilla que hoy tristemente agoniza.

miércoles, 27 de julio de 2011

los lobos aborregados


Viñeta de Kalvellido

Hay muchos lobos con piel de oveja infiltrados hasta el tuétano.
Gente biempensante que acaricia los oídos de muchos de nosotros, ataviados con palabrería y gestos convenientes se cuelan como ídolos o mesías o héroes de locuacidad fácil.
No es fácil descubrirlos pero terminan poniendo en evidencia su zigzag ideológico, su precio, su conciencia errante.
Se me ocurren muchos nombres, personas que optaron por el cambio de pelo o de chaqueta y viven desmemoriados mirando de reojo lo que fueron.
Obviamente es gente a la que importamos poco nada. Sólo son flautistas mágicos que aprovechan la ocasión para adquirir notoriedad cueste lo que cueste y después, si te he visto ni me acuerdo.
Esta gente de piel aborregada mueven sus tramposas pezuñas ávidas de suelos enmoquetados pero para conseguir esto primero deben pisotear el fango.
Yo no siento ninguna pena por estos lobitos tan buenos, tan amables, tan aguerridos, tan bien armados con discursos correctos, todo lo contrario, siento desprecio por ellos, sé, que echan a correr con el rabo entre las piernas cuando se les señala, sé que no van a dar la cara, sé que la traición siempre irá adosada a sus nalgas.
Y sé también que al menor descuido, se lanzan en manada para hundir sus colmillos en quien les da confianza.

lunes, 25 de julio de 2011

Como arena entre los dedos


Viñeta de Kalvellido

Es como si no quisiéramos darnos cuenta de que la humanidad se escapa como arena entre los dedos.
Pensamos que algún día cambiará nuestra suerte, quizá mañana, quizá.
Y en ese “quizá” amargo, de alguna manera abrimos la puerta a un futuro realmente bestia.
Es un crimen perfecto, no deja huellas.
Acomodados en esta realidad, escuchando permanentemente este diáfano estribillo de violencia, sobrevivimos pese a todo.
Oímos bombardeos como si fueran salmos.
Como si fueran rezos, escuchamos los nombres de los muertos.
Y esta sacralizada visión de la muerte impune, injusta, en manada nos deja casi impotentes para orear tantas heridas.
Por eso, hoy más que nunca es un desafío poner en claro la vida, apostar por el aullido, negarnos a morir en los otros, en los millones de otros que también somos nosotros.
Bajar de la cruz el corazón inmenso y devastado del mundo.
Y resistir cantando hasta morirnos.

viernes, 22 de julio de 2011

A la sombra


Viñeta de Kalvellido

Los tiempos del tricornio, la tortura, la vida eterna entre rejas han cambiado poco.
La espera para algunos presos es demasiado larga.
El silencio como castigo es un calvario.
La enfermedad un martirio que no cesa.
Y el dolor, profundo,
tan profundo como las huellas de la violencia verde, toga, acharolada.
Allí están sus ojos, sus huesos, su sexo, sus palabras.
Allí está su desobediencia, su rabia, su desgana.
Allí, en aquellas celdas que son cloacas,
que son galeras,
que son fosas
respira la dignidad de quien tiene por piel los ideales.

Los tiempos de la cadena perpetua nunca terminaron,
nunca acabaron los verdugos, ni los sicarios,
nunca se exiliaron los cobardes que a golpe de ley o por pelotas,
secuestran los futuros que les estorban.
Pero si allá dentro creen que habrá un mañana,
si allá desentierran a cada instante la esperanza
combatiendo los días de injusticia con hambre,
sed
y rebeldía
no seré yo quien avergüence su lucha con el acostumbrado silencio de los poetas,
no seré yo quien calle su verdad entre mis líneas.
Hablaré para recoger todas sus voces,
defenderé con mis versos sus nombres
recordaré que los peligrosos,
los verdaderamente canallas están siempre fuera de las jaulas.



Y a todos aquellos oídos castos que niegan este horror de fusiles, sombras y cadalsos,
a todos aquellos que engendran amnesia,
que bajan los ojos y el canto
les digo que el tiempo un día vomitará indiferencia sobre sus cuerpos amargos
y no tendrán quien les escriba
y no tendrán quien guarde en la memoria
la poca vida de quien tanto calla.

miércoles, 20 de julio de 2011

Señor Rosell, se me acabaron los insultos


Viñeta de Kalvellido

Señor Rosell, tiene usted suerte, se me acabaron los insultos, los gastè todos con sus predecesores y me pilla con la guardia bajada escuchando sus mamarrachadas.
Todo lo que cuenta tiene tanto tufo fascista, tanto olor a cuadra, que me espanta.
Usted ha debido pensar que su discurso en tan novedoso como el de un mesías pero le confieso que desde siempre hubo sinvergüenzas marcando a fuego el lomo de los esclavos.
¿ estudió mucho la noche previa a sus declaraciones?, ¿se pasó la noche en vela reflexionando, buscando soluciones para esa patria que nos subarriendan?, ¿miró por la ventana y vio a la gente volviendo del trabajo, les ha visto pagando las deudas, les ha observado temblorosos ante los desahucios?, ¿acaso usted no come?, ¿será que no sabe que aquí abajo estamos hartos de la gentuza que nos arranca la riqueza de las manos y nos dice que nunca fuimos nosotros los que la trabajamos?,
¿Será que no es capaz de comprender que los que están con el agua hasta el cuello no pueden ya agachar la cabeza?,
Díganos, patrón, ¿tuvo miedo alguna vez?, ¿temió perder todo aquello que le da gloria?, ¿de verdad cree que vamos a estar tan tranquilos escuchando unos consejos que nos ahorcan cada día más, cada día a más?
Díganos patrón, si le dejáramos, ¿pediría nuestros hijos para que fabriquen mercadería?, ¿pondría a las ancianas vendiéndola noche y día?, ¿quitaría todos los subsidios?, ¿privatizaría el aire que se respira?
Díganos patrón, ¿está usted cuerdo?, ¿están ustedes cuerdos?
¿De verdad creen que vamos a quedarnos quietos y callados escuchando sus delirios?
¿De verdad son tan estúpidos?

domingo, 17 de julio de 2011

Tiempos pretèritos


Viñeta de Kalvellido

A mí el día de hoy me sirve para ver la realidad más clara, les veo, les escucho, tiemblo y observo quién o quienes están en la sombra.
Me sirve porque, enfermos de arrogancia, exhiben impunes su cruz, su espada, sus larvas.
Y sé entonces que no es cierto que aquel tiempo pretérito esté terminado.
Todo lo contrario.
El presente es demasiado frágil, demasiado astutos los sanguinarios, demasiados los verdugos que añoran el terror sembrado por todos los lados.
Y son demasiados los hijos que aceptaron este legado de delación, cunetas y cadalso.
A mí, como digo, este día me sirve de mucho, me sirve para no olvidar que la traición tuvo demasiados partos, que el odio puede estar agazapado, que la brutalidad puede morirse de vieja rodeada de sotanas y escapularios.
Por eso, el día de hoy, de alguna manera, yo también quiero recordarlo, quiero recordar que todos los que brindan cara al sol trabajan arduamente para que regresen aquellos años, para que el miedo sea otra vez una costumbre en lo cotidiano.
Para que callemos, seamos silenciados, nos maten si cantamos.
Por eso el día de hoy, lo tengo bien marcado en mi calendario.
Bien señalado en mi memoria.
Y pobre de mí si empiezo a olvidarlo.

jueves, 14 de julio de 2011

Ahora mismo


Viñeta de Kalvellido

Ahora mismo, mientras escribo estas líneas hay muchos pueblos en lucha.
Demasiados.
Lugares que enviamos al trastero de la memoria porque la actualidad es tan horrible que superpone tragedias.
Una tras otra.
Y la sangre se nos calienta puntualmente con un bombardeo, con una peste, con un lugar levantado en armas, con una fosa inmensa de cadáveres o con una cárcel habitada por dignidades hambrientas.
Y me da la sensación de que al querer abarcarlo todo, no alcanzamos a ver la raíz de esta violencia tan inmensa.
Como si estuviéramos caminando entre tinieblas agarramos Palestina, o el Sáhara, o Irak o Libia, enfrentamos los desahucios, la corrupción, la muerte lenta pero la impunidad sigue avanzando y sólo vemos las huellas que deja.
Vamos combatiendo a pedacitos pero es una sola guerra.
Una guerra que arrastra millones de muertos dejados en las cunetas.
Una guerra entera en cada uno de los rincones de la tierra.
Una guerra empeñada en acorralar a la humanidad, en convertirla en una sierva.
Y vamos taponando heridas pero la hemorragia es completa.
Hemos perdido demasiados siglos.
Sólo nos queda el futuro.
¿Seremos capaces de construirlo con paz y sin la bestia?