miércoles, 14 de febrero de 2018

Terrorismo (vídeo y texto)



I
No están todos los faunos dormidos,
acaso unos pocos, alertados,
disfrazan la noche de vigilia.
     No están todos dormidos
ni están sus labios cansados,
ni sus sueños dejan de ser deletreados.
       No.
Cuando los lobos acechan
cuando aprieta el paso la manada
y una sed roja de siglos
seca los manantiales
rompen los faunos a cantar.

Porque no se pueden  despedazar las canciones
como si fueran huesos frágiles,
no se puede evitar que las voces
sean pan y sean peces.
Un puñado de lobos no puede
dejar sin primavera a los cantores.

No todos los faunos están dormidos, no.
No todos parpadean lentamente
hasta quedar deshabitados.
Unos pocos continúan alerta 
mientras que los lobos aúllen cerca. 

II

En nombre de qué dioses,
de qué patrias
convierten las palabras en ojos llenos de lágrimas.

En nombre de qué ideas
despedazan palabras
a golpe de espada y de guadaña.
En nombre de qué nombres
bajan los pulgares
para que empiece la matanza.

No se llaman faunos,
los faunos van descalzos.
No se llaman faunos,
los faunos solo cantan,
pertenecen a otra estirpe,
a la de aquellos que no merecen lástima.

No se llaman faunos.
No.
Son lobos,
oscuros lobos sin lámparas,
negros lobos sembradores de  venganza.

III

Nuevas generaciones de lobos
conquistan la tierra y la yerman.
A su paso, las vidas amanecen sin huellas.

Nuevas generaciones de lobos,
lobos nacidos de tinieblas,
lobos rudos como piedras,
lobos bárbaros
lobos de mesa puesta.

Escuadrones de lobos preñados de violencia
que paren por los caminos terror a manos llenas.

Hay quien los alimenta,
quien deja en los portales para ellos
 carne fresca.
Pero yo sé que no son faunos
lo sé porque tiemblo si están cerca.
Yo sé que son lobos,
temibles lobos que acechan.
Yo sé que llevan colgando la muerte.
Esa muerte que tanto apesta.

Yo sé que no son faunos,
los faunos solo cantan.

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