Si me callara como callan los condenados la noche previa,
como callan los verdugos a la hora de la muerte,
como calla el público que contempla el final del inocente.
Si me callara entonces, cuando callan todos,
cuando la víctima se tambalea,
cuando el silencio clava dientes y uñas en su vientre,
cuando los cautivos, sedientos y solitarios,
muerden sus lenguas por miedo a morir
sin nombre, sin sol y sin lápidas.
Si me callara como callan todos
cuando los cuerpos caen
y su sangre se derrama viscosa
y su recuerdo se olvida a toda prisa
y su hambre y sus andrajos y sus quejas
quedan como simiente
del horror de nuestra afonía.
Si me callara entonces, como callan todos
los que saben que mueren inocentes,
que matan inocentes,
entonces, decidme,
si me callara,
¿para qué serviría estar
viva?
¿para qué serviría?
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