domingo, 10 de noviembre de 2013

La vida

Imagen de acción poética tucumana

La vida está llena de puertas y ventanas
de muros,
de cerraduras con  llaves perdidas o encontradas.
La construimos sobre escombros, tierras yermas
o vergeles egoístas

 Crece,
se abre paso entre el dolor y la alegría.
La vida,
que no pide permiso para ser vivida,
se empeña en parir madrugadas limpias de imposturas
pero a veces desprecia su destino.

  Cuando nadie la vigila
degüella el mañana y huye,
da la espalda a los nombres, a las casas,
a las caricias.

 Huye dejando el pobre rastro
de la sal, de los andrajos.
Se va deprisa,
con la urgencia de la cobardía.
Se va deprisa a veces la vida,
hay que llamarla con la voz atávica
de los que la necesitan valiente,
heroica,
en pie sobre sí misma.

 

1 comentario:

  1. Porque se espera demasiado de la vida. Para las religiones la vida es un don, una fuente de alegría, aunque comparta escenario con su contrario, vida desinflada. La vida porque sí, como esas plantas que crecen en las aceras: una promesa, un anhelo de cada mañana, una fuente de energía que se eleva y se agota como un fuego de artificio. En definitiva, una “cosa” que se retroalimenta.

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