jueves, 23 de mayo de 2013

Mis adictos


Viñeta de Kalvellido
Siempre estuve rodeada de gente adicta.
Gente triste y también cobarde.
Personas que sintieron alergia al amor, a los espejos, a la vida.
A veces, cuando pienso en lo difícil que es mantenerse en pie en esta delirante realidad que nos desnuca uno a uno, pienso en ellos, en mis adictos, y pienso también en su negro porvenir.
En su existencia errante, a veces egoísta, a veces enfermiza, a veces víctima.
Vivir es jodido, yo lo sé.
Encontrar pan o abrigo, una pizca de ternura o un buen amigo es un milagro que sucede sólo si se apuesta el corazón, si  estás dispuesto a dejarlo en el camino.
Vivir no es otra cosa que este doloroso desafío donde la infancia abre de par en par unas heridas que vas cerrando con los otros.
No somos nada si caminamos solos, afónicos, autistas.
No somos nada si existimos ignorando que más allá de nuestros cuerpos golpeados por el hambre o por la pena hay millones amontonados unidos a nosotros por el cordón umbilical del sufrimiento.
Y abandonarse, dejarse vencer por el alcohol o la cocaína, envasa al vacío las ideas y nos sepulta en una soledad terrible donde la alegría es sólo un espejismo que se paga a toca teja.
Cualquier victoria sólo será cierta  si estamos sobrios, alerta, preocupados por los que están cerca.
Si plantamos cara a los monstruos que nos acechan dentro y fuera, podremos recuperar la soberanía de la conciencia y con ella libre, no habrá rendiciones posibles.

3 comentarios:

  1. Eres lo más, Silvia. Tus palabras son como la munición de una ametralladora que no para, no se rinde y va al rojo vivo directa al blanco: el corazón.

    Besos.

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    1. oh, gracias, Rafa, tus palabras son un destello en estos tiempos de tinieblas, gracias, un abrazo.

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  2. Para tenernos estupidizados..........................

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