miércoles, 23 de agosto de 2017

Ni un segundo de silencio


Yo no voy a guardar un minuto de silencio.
Ni en plazas ni en calles.
Ni por este terror de gente atropellada,
ni por los tiroteados en tierras
demasiado lejanas.

No sellaré mis labios para tragarme la rabia.
Gritos es lo que necesitamos.
Aullidos que atraviesen como espadas.
Aullidos que revienten los cráneos homicidas,
los cuellos encorbatados,
 los dedos acostumbrados al cheque en blanco.

Yo no voy a guardar un minuto de silencio,
ni un segundo, nada.
Toda mi furia en palabras,
toda mi furia en la garganta.

Toda mi furia
sin silencios hipócritas
que desnucan las preguntas
necesarias.

Porque a mí sí me importan los pueblos
yo no voy a guardar ni un minuto de silencio,
ni un segundo.
Nada.



viernes, 18 de agosto de 2017

Somos pueblo


Siempre somos los mismos los que ponemos los muertos:  pueblo
Pueblo que intenta distraerse de su mala vida, que pasea su desconcierto por uno y otro lado del mundo.
Hablo de Barcelona pero también hablo de Siria, de Estocolmo, de Irak.
Cada uno con sus creencias o su descreimiento recibe las ostias de los que van armados y de los que los arman.
Después queda el llanto infinito colándose en los renglones de una historia donde quienes menos contamos somos nosotros.
Este pueblo, nuestros pueblos, suman cadáveres en una cuenta que no termina, suman miedo, suman pérdida de libertades.
Impotencia frente a un mundo que nos despedaza.
Impotencia frente al fascismo.
Impotencia frente a los que señalan con su dedo acusador a otros pueblos que agonizan, a otras gentes con otros dioses, a otras fronteras con hambre y bombas eternas.
Todos formamos parte de este puzle siniestro donde la vida apenas vale unos instantes televisados, un silencio malintencionado, un desprecio largo de los medios que amarillean.
Siento una rabia muy triste, muy pegajosa y maloliente, no quiero mirarme en los ojos de quienes ahora mismo odian a quienes rezan distinto.


domingo, 13 de agosto de 2017

Wellcome gringos


El pueblo venezolano salió a votar y dijo muy clarito lo que quiere. Como los resultados no son del gusto del imperio,por el bien de ese pueblo que no ha votado lo correcto, andan tramando la forma de imponer lo que les convenga mejor.
Hablan de presos políticos, de derechos humanos, de hambre y desconcierto. No  pueden permitir en el corazón de América ese colosal disparate.
Aquí, en el estado español, si no gustan los que se presentan se ilegaliza el partido y a otra cosa, mariposa .(Batasuna, Euskal  Herritarrok, Herri Batasuna…..)
Tenemos presos a jóvenes  con el delito temible de estar presentes en una riña de bar (Altsasu), a sindicalistas horripilantes que piden paz (Rafa diez), a chavales combativos que asustan por su libertad ( Alfon) y un largo etcétera de personas que han pasado por los tribunales por cantar, escribir, gritar.
Por esto millones de nosotros no aceptamos los resultados que llevaron a Rajoy de nuevo a ganar las elecciones y aunque  nuestros supermercados están bien abastecidos, son demasiadas las familias que recurren a la caridad para poder comer, el trabajo que hay es poco y de esclavos, el dinero público desaparece de manera fulminante y definitiva, nos detienen por decir “ay”, por decir “joder”, por decir “ me cago en el rey”.
Pienso que sería bueno escribir un tuit a Trump para pedirle que nos ayude con su soldadesca, como lo hicieron antes en Argentina, en Chile, Paraguay, Uruguay, en Irak, en Afganistán.
 En Siria están trabajando, no sé si lo conseguirán. Sus métodos son casi infalibles y ya que están tan preocupados por Venezuela, que se preocupen un poco también por nosotros que para eso les dejamos Rota, Torrejón, Morón….
  Venga Donald , no aguantamos más, yo ya tengo la bandera colgada del balcón de mi casa: “Wellcome democratic  saviors of de worl”.






miércoles, 31 de mayo de 2017

No vamos armadas



No sólo nos asesinan porque entienden que la mujer es apenas nada, que no vale su vida, ni sus ideas, ni sus palabras.
No sólo nos exterminan porque quieren ser dueños del amor, de la tierra, de los hijos, de las casas.
No sólo nos descuartizan a escondidas una a una, también nos ponen con sus leyes en el patíbulo a esperar de cualquiera el tiro de gracia.

No sólo nos matan por pobres, por putas, por adulteras, por ilustradas, por dejar enfriar la comida o planchar mal las camisas.
Nos matan porque no nos temen.
No temen nuestra respuesta ni nuestra rabia.

El violador sabe que la mujer que es violada no va armada.
El acosador sabe que a la mujer solitaria puede tocarle las tetas, el culo, o arrancarle las bragas porque no lleva ningún arma.
El asesino que entra en su casa dispuesto a degollar a la madre, esposa o hermana, sabe que no van armadas.
Los que nos faltan el respeto, nos ignoran, ridiculizan, menosprecian, humillan, saben que no vamos armadas.
Pero si estuviéramos organizadas como una guerrilla, como un batallón poderoso... si ante cualquier agresión, ante cualquier violación, ante cualquier maltratador un ejército de mujeres bien entrenadas desfilara en frente de sus domicilios, de sus trabajos, mostrando sus puños cerrados, sus corazones irredentos, sus cuchillos afilados.

Si ante cualquier sentencia absolutoria, ante cualquier golpe, insulto, tocamiento, amenaza, mostráramos que estamos dispuestas a imponer nuestro deseo de ser iguales justificando el fin con otros medios menos ortodoxos, pero quizá más eficaces, veríamos entonces, si no se acababa por las bravas con tanto hijo de la grandísima esparcido por el mundo con toga, uniforme, martillo, doctorado o con arado.

domingo, 21 de mayo de 2017

Los mangantes


Las poetas no deberíamos intentar explicar el mundo más allá de nuestros asuntos de corazón, pero no soy poeta al uso, yo también camino con dificultad entre el fango.
Estos días parece que la corrupción está ahogándonos, la podredumbre sale a la luz con todas sus tinieblas, los ladrones avalados por las urnas se pasean por los tribunales y la gente, encolerizada, intenta salir del shock para exigir pulcritud y decencia.
Mientras esto sucede, nos vigilan más de cerca, nos acorralan con leyes, nos dicen suave o toscamente que esto seguirá así por los siglos de los siglos. Es la democracia.
Con la finura de los reyes o la patanería del concejal de pueblo la rapiña continuará.
Nosotros, la gente sencilla y trabajadora, aún no queremos darnos cuenta de que por las buenas esto no cambiará, quizá algunos vayan a la cárcel, igual algunos paguen con humillación su ladroneo y prepotencia, quizá algunos se retiren antes de empezar a corromperse, pero lo cierto es que una vez apagado el foco que alumbra a unos cuantos sinvergüenzas el sistema será capaz de regenerarse pa poder seguir mangando.
De eso trata esta democracia.
Banqueros, empresarios… gentuza que lo quiere todo: salud, educación, fuerza de trabajo, materias primas… su dinero lo compra todo: voluntades, ideas, principios, coherencia.
Desengañémonos, los pilares del sistema no tiemblan, aunque lo parezca.
La solución no está en oxigenar una democracia que se nutre del capitalismo más genocida.
Nuestro verdadero problema es el capitalismo.

Dentro de él, respirando desde su entraña, todo cambiará para volver a ser lo mismo.

jueves, 4 de mayo de 2017

Poema tonto XX


A veces los poemas  invaden territorios,
revientan en pedazos ideas o canciones,
y dejan a la gente vagando por fronteras donde nadie les espera.

A veces, los poemas imponen su fe y sus banderas
en cuerpos  que hastiados caen y se desangran
sin saber como vivir de estrofas que diezman ilusiones.

A veces los poemas
describen con caligrafías señoriales a amantes imposibles
que mueren ahogados en su tinta
por  la impostura de creer en espejismos.


A veces los poemas ignoran  nuestro olor a sudor, a café, a fritanga,
callan nuestros huesos gastados, nuestra rutina mecánica,
nuestro cansancio  que nace los lunes y muere los domingos.


A veces los poemas engañan,
dicen que las estrellas, que los ciervos, que las madrugadas,
dicen que las rosas,
pero en nuestras casas no hay ventanas con flores,
 los cielos que miramos arrojan demasiada muerte
y los animales son despellejados vivos mientras rezan sin paz los fieles.

A veces los poemas desnudan corazones ilustrados
pero dejan sin voz a quienes friegan el mundo,
a quienes barren los escombros,
a quienes siembran los campos callados y harapientos.
 A veces  los poemas nos olvidan,
a veces los poetas,
a veces la poesía.


domingo, 23 de abril de 2017

1 de mayo


En 1886, en EEUU, los trabajadores entre otras reivindicaciones, exigían la reducción de la jornada laboral a 8 horas.
Aquella huelga que se inició el 1 de mayo, costó vidas y ahorcamientos pero se consiguió doblegar a quienes entonces pretendían eternizar la explotación.
El mundo entero se apropió desde entonces de esta fecha y la celebramos como un día victorioso.
Pero después de más 100 años casi volvemos a estar como al principio.
Los salarios no sacan de la pobreza a las familias.
Los accidentes laborales dan cifras alarmantes.
La explotación salvaje en talleres, domicilios, comercios está a la orden del día.
Es frecuente ver a camareros, por ejemplo, sirviendo cafés con un pie escayolado, a trabajadores de la construcción currando a escondidas en días festivos, a repartidores de propaganda comprándose ellos mismos el carro con el que arrastran los kilos de publicidad. Nos vamos acostumbrando a este paisaje desolador de gente mal pagada, de horarios extenuantes, de humillación constante, de “o lo tomas o lo dejas” que hay otros esperando.
Mientras pasan los años, los campesinos sin tierra se ahogan en los invernaderos, las emigrantes limpian y cuidan por una limosna que no alcanza, las horas extras remuneradas son cosa del pasado, enfermarse es terrorífico pa quien consigue un contrato, embarazarse es casi un delito, jubilarse es condenar a la miseria a quienes trabajaron toda una vida pobremente.
Esto no cambiará si no es por la fuerza.
El 1 de mayo saldremos a la calle, recordaremos la precariedad, el abuso, esta mierda de laberinto en el que los trabajadores sobre morimos
Pero seguirán arañando nuestra dignidad hasta dejarnos en los huesos.
Es cosa nuestra si les dejamos.