jueves, 24 de enero de 2019

Venezuela, otra estrella



De nuevo las bestias entraron a saco en Venezuela. Lo cierto es que nunca se fueron.
Su historia es de sangre, de águilas sobrevolando su cielo siempre al acecho.
Su historia guarda silencio cuando hay que hablar de lo importante, cuando calumnian a quienes defienden sus calles hermosas, sus selvas dañadas, sus pueblos coloreados con niños que cantan y ríen. Y ríen y bailan. Y sueñan con crecer saludables.
Su historia presente calla o nos miente.
Porque codician su tuétano negro y espeso, sus brazos baratos, sus hijos esclavos. Ansían poner de rodillas a quienes se alzan desafiantes entre el murmullo de cómplices.
Su historia presente secuestra y embarga los víveres, los libros, las medicinas acusando a Bolívar.
Y hoy Venezuela no puede rendirse.
Sin brújula perderá el rumbo, naufragarán los pueblos, anclarán sus esperanzas al imperialismo.
Hoy Venezuela encaja los golpes y resiste.
Sobre la lona fascista, en un combate amañado, aún se defiende.
Anochece en América latina.
Están lapidando una estrella.

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