jueves, 21 de junio de 2018

Los depredadores



Los depredadores andan sueltos. Punto.
Los picoletos es lo que tienen mueven los hilos y bailan los jueces.
La calle nunca fue nuestra, nos la arrancaron de cuajo cuando dejamos de volver a casa solas, cuando nos empujaron a los portales, cuando nos llevaron a la fuerza a descampados terribles donde nos abrían las piernas para imponernos su falo.
Nunca fue nuestra la justicia. Nuestro dolor es placer a los ojos de quienes dictan sentencias.
Nuestro cuerpo nunca fue nuestro porque lo compran y lo venden sin preguntarnos.
El derecho de pernada se hace valer con sus leyes.
De día el tricornio, la ronda, el lustre de su oficio denigrante. De noche la presa, los pezones que sangran, el desgarro callado, la soledad entera en un cuerpo que es violado hasta que no pueden más los depredadores.
Y están sueltos, por millares, por millares acechan, impunes y arrogantes.
Yo pienso que ya es hora de poner el miedo en su sitio, que lo tengan ellos.
Es hora de que esto acabe.

viernes, 15 de junio de 2018

Los condenados de la tierra



Los condenados de la tierra huyen como sea.  Arriesgan sus vidas en famélicos barcos que naufragan con el primer azote de mar. Vemos sus cadáveres sobre la arena. Una hilera de cuerpos con su tragedia muerta, con su memoria ahogada, con su futuro inundado para siempre. Son infrahumanos que fallecen por millares. La riqueza de sus países de origen es castigo y es condena.
Dejaron atrás el hambre y el plomo. La amenaza permanente de no poder sobrevivir, el miedo intenso que se clava día a día porque un disparo, una sequía, un hallazgo poderoso de coltán, petróleo, de diamantes significa esclavitud y hambruna.
Y qué más da si mueren un millón o tres o cuatro.
Qué más da si los vientres se inflaman y las moscas devoran los párpados de los niños.
Qué más da si las diarreas los fulminan y las bombas los despedazan y se diezman los países y hacen explotar sus soberanías.
Qué más da el otro mundo, tan lejano, tan pobre y desquiciado, tan herido y desangrado.
Qué más da su mala suerte, esa suerte demoníaca que los parió en lugares fértiles en materias primas.
Y nos creemos solidarios porque vamos a recibir a un puñado que naufragó y que fueron salvados.
Y mientras deciden qué hacer con ellos, mientras unos dicen que sí y otros que no, otros muchos condenados de la tierra huyen ahora mismo de los chacales de Wall Street y similares que los masacran a golpe de talón sin importarles.
En este mundo que nada sabe, afirmamos que no tenemos sitio para tantos sin preguntamos quién originó este sacrificio humano.
Quiénes tienen las manos manchadas de sangre y sobre sus hombros millones de muertos sin nombre.
En este mundo que nada sabe la ignorancia se premia con barbarie.
Porque son otros, claro. Otros son los que se amontonan en las fronteras, entre el oleaje, otros son los que caminan sin brújula arrastrando a los hijos que lloran o a los viejos que no caminan.
En este mundo que nada sabe es difícil no sentir asco de la escasa humanidad que nos va quedando.

jueves, 7 de junio de 2018

Jornaleras, yo si os creo¡



Las mujeres jornaleras en Huelva trabajan de sol a sol. Es duro, los huesos se resienten, el salario de limosna consigue apenas amontonar unas monedas con las que engañar el hambre de los hijos.
Pero es que además muchas mujeres que van al campo con su miseria a cuestas son extranjeras, mujeres pobres entre las pobres, mujeres vulnerables, mujeres que viajan por unos meses a este culo de Europa para arrancar de la tierra algún que otro mañana de sosiego.
No las vemos, pero están ahí.
No las oímos, pero están ahí.
Se acurrucan en jergones en los que no pueden dormir porque andan al acecho los patrones y hacen valer su derecho de pernada.
Hablemos claro, las golpean, humillan, violan.
Y en el año 2018 bajo el mismo cielo que nosotras estas mujeres piden la palabra, sin nombre para que no las despidan, sin nombre para que no las castiguen. Sin nombre su palabra se abre paso en esta democracia de esclavitudes.
Es Europa. La Europa de la servidumbre, la Europa que desangra a otros pueblos y cuenta monedas sin avergonzarse.
Esta es nuestra letanía: Pobres entre los pobres atravesando los mares para ponerse cadenas, para recibir más ostias, para ser mil veces violadas.
Y estas mujeres con su dignidad firme piden sólo la palabra, la paz la dieron por perdida el día que llegaron al tajo y se hizo carne el feudalismo.


domingo, 3 de junio de 2018

La caza en Altsasu



Los tricornios mandan.
Por algo en mi pueblo se les tenía terror cuando aparecían, porque a veces, alguien flotaba en un río con las manos esposadas en la espalda, porque a veces se filtraba una fotografía con la cara deformada por los golpes, porque a veces una mujer detenida denunciaba violaciones, porque a veces hubo guardias civiles condenados por torturas, aunque luego fueran indultados.
Los tricornios aún hoy salen de caza.
Ellos dicen que los jóvenes de Altsasu les dieron una paliza cuando iban de paisano y sus novias temblorosas lo confirman.
Pero Altsasu sabe la verdad. Sabe que el andamiaje sobre el que se ha construido esta infamia es la venganza, sabe que sus hijos están entre rejas y estarán mucho tiempo porque no hay garantías democráticas, porque sobre la mentira se edificó una acusación para que la respaldaran el fiscal y la jueza y los medios de comunicación se han encargado de blindarla sin fisuras.
Hoy, como tantas veces sucedió, comprobamos con esta sentencia desproporcionada que no quieren dejarnos en paz.
No quieren la paz para esta tierra.
Utzi bakean Euskal Herria.
Utzi bakean Euskal Herria, ostias¡


sábado, 2 de junio de 2018

EL PSSSSSSSSoe¡



Una vez que hemos visto largarse a Rajoy sin honores, defenestrado por haber violado la ley hablemos en serio. Venga va.
Los que han tomado el relevo, amiguitos del 155, han hecho el juego de trileros al que tan acostumbradas nos tienen. Limpiarán un poco, un poquito, que no se note demasiado, la ponzoña que hay, pero será más de lo mismo.
Pensaré que desean cambiar las cosas si se solidarizan con los jóvenes de Altsasu, por ejemplo.
Si Valtonic puede regresar a casa.
Si los exiliados catalanes pueden regresar a casa.
Si nos preguntan monarquía o república.
Si los dependientes reciben su dinero para vivir con mayor dignidad.
Si piden perdón por el GAL.
Pensaré que en verdad viene un tiempo nuevo si los que tienen que ir a la cárcel, van, sin indultos y los que tienen que salir, salen, porque no han cometido delitos o porque están enfermos de gravedad.
Pensaré que están de nuestro lado si hacen lo posible para que este país recupere la soberanía que perdió con la deuda inmensa y se niegan a pagar.
Pensaré que son de los nuestros si no hay más desahucios, si disminuye la pobreza, si los medios de comunicación públicos dejan de ser su instrumento.
Pensaré que en verdad nos representan, si tienen coraje para defender a esta multitud que ahora mismo les mira con esperanza y confía en que quizá mañana podrán pagar sus recibos, sus jarabes, su pan, sus zapatos, sus libros.
Pensaré que el brindis mereció la pena si una sola de sus promesas se hace realidad y no son cantos de sirena de políticos con sordera.