viernes, 19 de febrero de 2016

El rincòn oscuro


Un rincón oscuro es  un lugar simbólico pero cierto.
Un lugar en el que muchas mujeres han crecido y también han muerto.
Un rincón frío donde a veces el ruido es ensordecedor y a veces el silencio es tan profundo que suena estridente.
Un lugar donde  sobrevives y  aunque  escuches voces cálidas, tiernas y llenas de vida afuera, aunque otras mujeres griten que salgas, agiten sus candiles, expliquen vehementes que no te lo mereces, que la vejación, las heridas no se perdonan, tú no crees lo que te dicen, sientes que todo  duele, que no puedes moverte.
Que nadie entiende tu angustia infinita. Le quieres.
Es tu novio o tu padre o tu hermano o tu hijo.
Es el desconocimiento del amor auténtico lo que te enreda los pies y te atrapa en la oscuridad y te dices que pasará, que pronto pasará, que después de la tormenta el afecto regresa y regresa la caricia.
Si te portas bien, si limpias, si follas, si callas, si obedeces…. No habrá más oscuridad.
Sin ti morirán sedientos,  sin ti desearán matarse o matarte, por ti irán a la cárcel o su destino será de soledad y de pobrezas y porque deseas salvarlos de sí mismos recibes una y otra vez sus flemas y toda su mierda.
La culpabilidad te está echando un pulso, terrible, desgarrador,  dependes de esa victoria.
La derrota es creer que con tu amor inmenso algún día esos hombres serán buenos.

martes, 16 de febrero de 2016

Los torquemadas



Este es un país de inmensos y numerosos Torquemadas. Se encuentran por todos los lados.
Por esos siniestros personajes han ido a la cárcel: periodistas, sacerdotes, humoristas, cantantes, abogados, internacionalistas, titiriteros, anarquistas, comunistas, familiares de presos, sindicalistas, poetas, y un largo etcétera.
Por ellos han cerrado periódicos, secuestrado publicaciones, silenciado radios.
Han prohibido fotografías, conciertos, manifestaciones, reuniones, asambleas.
Yo conozco esto desde que conozco la democracia.
Es decir, la democracia, tal y como la conocemos financia torquemadas a mansalva.
Cada vez tiene más censores en su nómina y a medida que se ponen peor las cosas  van afilando más y más sables con los que amputan nuestras alas.
La libertad de expresión siempre está con los puños en alto preparada para defenderse del fuego, de las leyes y de los necios.
Y  cada uno de nosotros debemos también intentar defendernos no sólo de los  siniestros  y tan poco ilustrados personajes que censuran y después preguntan  también  debemos estar vigilantes de nuestros propios torquemadas, de esa voz interior tan castrante como odiosa que puede borrar alguna idea si le parece peligrosa, que puede hacer borrón y cuenta nueva si algún renglón escrito le suena inconveniente, si alguna melodía tarareada le suena irreverente o si gritamos ante alguna de las muchas injusticias que vamos acumulando.

Yo, a mi Torquemada interior, lo tengo de momento en el bajo vientre, no me convencen sus argumentos, pero sé que está al acecho y que en cualquier momento da el cambiazo a mis poemas y pone en su lugar loas a la patria, al rey  o a cristo.

martes, 9 de febrero de 2016

Malos tiempos para las marionETAs


Qué quieren que les diga pero la realidad cada día es más grotesca.
Madres y padres chivatos que se apresuran a llamar a la policía del pensamiento, alcaldesas progres que piden perdón, jueces con extrañas biografías, partidos políticos que usan la libertad propia para arrancar la ajena, cárceles que se van llenando con disidencia, medios de comunicación participando del pin pan pun al que son sometidos los titiriteros.
Mucho ruido, terrible ruido para Alfonso y Raúl que están entre rejas.
 Los censores  tan diligentes como en otra época firman sentencias rápidamente.
Es probable que a los que nos dedicamos de una u otra forma a esto de la cultura nos miren  con ojos temerosos nuestros vecinos y se lo hayan chivado a los alguaciles.
Quizá de ahora en adelante, como medida preventiva, nos ordenen caminar lejos de los colegios, quizá todos los teatros se cierren, los guiñoles se quemen,  las poetas se exilien, quizá los pintores sean obligados a borrar con brocha gorda las quejas de las paredes, quizá alguno de nosotros, yo por ejemplo, un día también sea detenida porque al señor que me vio leyendo en un parque un libro de poesía, le pareció que era de Sarrionaindia o pensó que  eran versos de Brecht o me escuchó hablar y supo de manera inequívoca  que yo era ETA.
Tiempos grotescos.
Y para los que nos empeñamos en ser cada día un poco libres, tiempos en los que debemos ser aún más firmes.

lunes, 8 de febrero de 2016

La patal-ETA


Su libertad de expresión no es también la mía.
Sucede que encadenan la risa,
prohíben radios, periódicos,  libros
pero no prohíben los mares aunque  duela verlos llenos de cadáveres,
no prohíben el hambre ni a su causantes,
no prohíben la violencia venga de quien venga.

Sucede que encadenan a hombres y mujeres que señalan las podredumbres,
hombres y mujeres decentes que piensan,
hombres y mujeres que crean
pero no prohíben que se sequen los campos ni los manantiales,
no prohíben que el pan sea sólo pa quien lo pague,
no prohíben que la infancia se llene de piojos y de caries.

Sucede que encadenan con silencio el futuro,
con cárcel los presentes,
con miedo el derecho a alumbrar la memoria de las fosas comunes
pero no prohíben la tortura,
no prohíben la persecución de las ideas,
ni siquiera prohíben que haya barra libre pa golpearnos con más y más pobreza.
Su libertad no es igual que la mía.
La suya es dócil, suave, segura.
La mía se rompe sin argumentos,
se encarcela sin derecho,
y se pudre detrás de unas rejas
si digo, escribo, grito lo que siento.

sábado, 6 de febrero de 2016

10000


Los nùmeros no valen nada si  cuentan  piedras,  estrellas o latidos.
Tampoco valen nada si lo que se ha contado son niños refugiados  desaparecidos.
¿Dónde están?, ¿a quién importan? ¿Viven, malviven, agonizan?, ¿son esclavos ahora mismo?, ¿ahora mismo son violados?, ¿ahora mismo les están arrancando córneas, corazones,  hígados?
¿Dónde los esconden?, ¿cuáles son sus nombres?, ¿Cuántos están sepultados en fosas que nadie sabe?
Son demasiados para olvidarlos. 
A Europa le importan más otros nùmeros.
¿Cómo es esto posible?, ¿cómo es posible que a esta hora no sean ni noticia? ¿Qué metamorfosis sufre la humanidad?
¿Estamos enloqueciendo de manera colectiva?
¿Qué quedará de nosotros si dejamos pasar de largo este delirio de olvidarnos no de uno ni de cien, de 10000 niños?
                ¿Acaso contar niños desaparecidos por miles no es  la mayor de las felonías de este siglo?

Se oyen los pasos del  silencio,
es un andar brutal y amnésico.
Como un ejército desolador
destruye las huellas del hambre,
destruye los refugios y los mares,
destruye los caminos que conducen a la armonía de las mujeres y de los hombres.

Avanza temible,
con sus mil pies y sus millones de desprecios,
con sus mil brazos y sus mil sables,
con sus mil páginas de  historias en blanco.
Avanza al trote, desbocado, furioso,
va herido de muerte.
Gotea dolor con cada paso,
demasiado crimen callado,
demasiados crìmenes.
Demasiados.