jueves, 18 de octubre de 2018

Quiero hablar de la vida



Quiero hablar de la vida, pero no puedo.
Es amargo el aliento de las que escribimos sin sol y sin estrellas.

En este crepúsculo misterioso
escuchamos el óxido de los metales
atravesando la piel de quienes no respiran paz con sus pulmones.

Quiero hablar de la vida, pero no puedo
porque el porvenir es ciego,
porque la tierra vacía su vientre a la fuerza
y los jóvenes caen en un abismo codicioso y hambriento.

Quiero hablar de la vida,
de la risa y el sexo
y las tardes tediosas que discurren lentas por la acera.
Pero no puedo.

Por todos los lugares acechan los drones, fusiles de asalto, ametralladoras,
soldados con una sola bandera.
Y nosotros seguimos sin ponernos de acuerdo,
apóstoles mudos en desiertos donde sólo nos escucha el viento.

Quiero hablar de la vida, pero no puedo.
Hay un llanto que es plegaria,
que es hueso enterrado,
que es emboscada y amnesia.

Quiero hablar de la vida.
Sencillamente no puedo.


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