martes, 29 de marzo de 2011

Rancios de càliz y mordaza

Viñeta de Kalvellido
La libertad de expresión está amarrada a muchos yugos, a demasiados. Por lo visto, ya no vamos a poder decir, ni siquiera entre amigos, un “caguendios”, sin que nos delaten y nos lleven a los tribunales.
Tampoco vamos a poder cuestionar los crímenes en nombre de la cruz, ni a decir quiénes son los que primero crucificaron a los pueblos, mucho menos deberemos enseñar las tetas, ni vamos a poder irritarnos porque la iglesia está instalada como carcoma en los pilares del sistema.
Desde luego que no estaría bien que dijéramos que esconden crímenes, que protegen sátrapas, que son hipócritas, cínicos, que se sientan a la derecha del que manda. Que nadie diga que hacen apología de la injusticia con la resignación que aconsejan. Que hacen apología de la enfermedad y de la muerte porque el placer ajeno les da alergia.
Que a nadie se le ocurra preguntar qué hacen esos tipos con falda imponiéndonos sus ideas, cerrando la boca de quien no les reverencia.
Tienen un ejército que se enfurece enseguida, hombres y mujeres castos, rancios, con las manos siempre preparadas para coser labios.
Que nadie les diga que estamos hartos de esa España falsa, de tricornio, cáliz y revancha.
Que nadie les diga, que ese dios por el que tanto guerrean es un tipo charlatán, de derechas, que lleva siglos jodièndonos de mil maneras.

domingo, 27 de marzo de 2011

No somos invisibles


Viñeta de Kalvellido

No somos invisibles.
El sábado, en Bilbo, esteramos en la calle, un pueblo entero.
Nadie podrá decir que no nos ha visto, nadie podrá decir que somos nosotros los que no queremos la paz, que somos nosotros los que no queremos una democracia real. Iremos paso a paso, sin pereza, una vez más.
Porque no vamos a quedarnos en medio del camino, no vamos a quedarnos en ayunas sólo porque se empeñan en derrotarnos sin urnas.
Es la suya, una democracia ya sin vida, de fantoches y charlatanes que no aceptan nuestro desafío pacífico.
Es la suya una democracia que cobra al contado los crímenes, sembrada de mezquindades, estéril de conciencia, yerma de libertades.
Es la suya, una democracia arrodillada desde el principio, con olvidos bien zurcidos, es la suya una democracia de pacotilla.
El sábado estaremos en la calle para decir que no vamos a quedarnos quietos, que vamos a andar, que no hay piedra, ni golpe que nos detenga.
El sábado estaremos en Bilbo, por miles, avergonzando su lógica.
Porque somos nosotros los que queremos una democracia sin condiciones, que no deje fuera a quienes piden la paz y la palabra.

sábado, 26 de marzo de 2011

El latifundio


Viñeta de Kalvellido

El mundo es un latifundio vallado, a las puertas se agolpan países exigiendo pan para su hambre. A las puertas, los andrajos, los pies descalzos, las caries, las lepras, esperan que algo cambie.
Dentro, los dueños pasean su violencia, escoltan sus graneros, bombardean a los siervos.
Dentro, los países más fértiles viven acorralados.
Dentro, el amo, paga al contado, compra vidas, compra brazos.
Y necesita plomo para tenernos quietos, callados, acostumbrados.
Y necesita que lluevan narcóticos para así continuar explotándonos.
Y necesita mercenarios que revienten a los que no les besan los pies, a los que no están de su lado.
El mundo, es una enorme propiedad privada donde las semillas, el oro, el petróleo, el agua, el aire, están guardados a buen recaudo, donde todo está ordenado para exprimir hasta la extenuación la pobre riqueza de nuestro trabajo, donde vivimos de prestado, a contracielo, donde sólo existimos si estamos endeudados.
Y si no lo estamos, si no podemos someternos a esta servidumbre que nos ata bien atados, nos echan sin miramientos al otro lado.

Quiero vivir en paz

Viñeta de Kalvellido

Quiero vivir en paz. Pero no en una paz custodiada por el miedo. Quiero una paz real, sin guardianes, ni cadenas, ni tanques amenazando en la puerta.
Quiero vivir la inmensa paz de la justicia, la paz que no está tuerta.
Quiero vivir mirando a los ojos a los pueblos, sin este horror de saber que ahora respiran calcinados sus muertos.
Quiero vivir sin terroristas en los gobiernos, sin criminales elegidos por unos pocos, sin secuestradores de la urna y del voto.
Quiero vivir esta vida en paz, sin silencios ni remiendos, una paz con el estómago lleno, una paz a tiempo completo.
Quiero vivir en paz y no puedo, en todas partes es rentable la violencia.
Y yo no puedo quitar el fusil que apunta desde hace siglos su cabeza, no puedo aliviarle el dolor de sus recuerdos, no puedo recomponer sus despojos, no puedo darle aliento porque ahora mismo muere en nuestro nombre, desde las raíces está muriendo, muere en las masacres, muere en las excusas, muere aquí porque allí están las bestias.
Quiero vivir en paz, joder.
En paz, a secas.

jueves, 24 de marzo de 2011

Doy todo lo que tengo

Imagen de Guayasamìn

Hoy pido ayuda en estas letras, que alguien me diga el nombre de la píldora que sana la impotencia.
Doy a cambio todo lo que tengo: un puñado de versos, libros subrayados, las banderas que ondean en mi corazón, la música que recompone estas alas quebradas, doy todo lo que soy, apenas nada, apenas una mujer que se rasga.
Doy a cambio el asombro de vivir esta vida, mi amor proscrito, la ternura que remiendo sin violencia.
Lo doy todo, todo lo que soy, apenas nada, apenas viento, apenas paz, apenas.
Todo lo doy a cambio de esa pócima que me cure el horror, que cicatrice las pústulas de la indignación, que recomponga los huesos machacados de tanto aliento y desaliento, de tanta pesadilla, y tanto, tanto, tanto infierno.
Todo lo doy, todo lo que soy, piel, palabras, sueños porque no puedo más, no puedo no, con esta liturgia, con este culto al plomo, al golpe, al sable, al grito.
No puedo más y quiero poder, deseo saber que mañana, al despertar habrá sanado esta herida que desangra mis poemas.
A quien cure esta impotencia le doy todo lo que soy, apenas una mujer que escribe y canta.
Apenas nada.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Polìticamente correcto


Viñeta de Kalvellido

En este mundo del revés con frecuencia me pregunto qué es lo políticamente correcto.
Esta frase suena con su tintín en mi pobre cerebro de poeta y no alcanzo a comprenderla.
Porque a mi juicio lo políticamente correcto es no apoyar ni una sola guerra preñada y parida en el imperio.
A mi juicio políticamente correcto sería denunciar las torturas que se vienen practicando desde la prehistoria con sangrante libertad.
A mi juicio ser políticamente correcto es ser valiente para decir que hoy día las ideas van a la cárcel, va a la cárcel la paz, van los jóvenes en manadas entre rejas, van y no salen más.
Ser políticamente correcto es señalar sin tibiezas a los criminales que nos condenan a esta vida de precariedad, a esta esclavitud de la deuda, a esta cultura ignorante, a estos gobiernos que no paran de disparar tiros en la nuca al currante, al enfermo, al ávido de pensar.
Ser políticamente correcto es bajar de la cruz del miedo, es enarbolar la palabra que dice la verdad, es fatigar la lengua de tanto gritar, es llevar a hombros el cansancio, es deletrear la barbaridad.
Ser políticamente correcto es desafiar al parlamento, desnudar su cinismo, romper los dientes a tanta impunidad.
Ser políticamente correcto, según mi pobre cerebro, es dar de comer a la democracia que estos sinvergüenzas hace tiempo dejaron sin pan.

Dejad de joder a los pueblos

Viñeta de Kalvellido

Si a cualquiera que mata lo llamamos asesino, a este puñado delirante de políticos, sindicalistas, artistas de tercera fila que contemplan con deleite las matanzas, que las aplauden y justifican, debemos llamarles por su nombre: asesinos en serie.
Porque lo son. Porque colaboran conscientes, porque saben que no hay bondades en la metralla, porque saben que la sangre aunque no se vea está siendo derramada. Porque los gritos, los cuerpos desmembrados, las casas derruidas, la furia de las bombas, los huesos abrasados.
Porque los miles de ojos inertes que hay en aquella tierra saben de su codicia.
Y ya no esperan.
El presente fértil en horrores llega acompañado de sus sucias manos. De sus palabras genocidas, de sus bolsillos sobornados.
Las víctimas no les pesan, no les importa la vida.
Les importa un carajo la verdad, la justicia.
Les importa un carajo la democracia, les importa una mierda la paz, sólo les importa el imperio.
Sólo se aterran si la bestia les mira mal.
Dejad de joder a los pueblos, callaros de una puta vez, esta guerra os lleva en sus arterias, por sus venas fluye vuestra criminal complicidad.
Dejad de joder a los pueblos, sois asesinos en serie, los muertos algún día os pesarán.