martes, 29 de diciembre de 2020

Urte berri on 2021


 Faltan pocos días para terminar el año.

Es difícil hacer un balance de este 2020, tan sólo se me ocurre pensar en la COVID 19 y en la locura de estos meses atrás.

Pienso en los viejos muriéndose solos y en las trabajadoras sanitarias, haciendo malabares para no contagiarnos ni contagiarse.

Pienso en las cajeras y reponedoras de los supermercados, trabajando a destajo, para que los estantes tuvieran desde las cosas más elementales hasta absurdos elementos que nadie necesitaba.

Pienso en los repartidores, dejando en los portales los caprichos adquiridos en Ali Express o en Amazon.

Pienso en los que viven precarios y no pudieron salir a pedir unas monedas, a trabajar unas horas, a conseguir el pan necesario para llegar hasta el alba.

Pienso en los jornaleros que marchaban al tajo para ser explotados y enfermarse.

Pienso en todos nosotros, hacinados en sus casas algunos, en el paro, sin recursos.

Pienso que otra vez pagamos los mismos.

Y también pienso que nada ni nadie podrá con nosotros. Que nacimos para no claudicar ni ceder el paso a nadie.

Pienso que este 2021 será un desafío, un reto posible.

Si somos capaces de ver que el enemigo no está entre nosotros, sino que vigila de lejos sus créditos bancarios, sus apoyos electorales, sus tribunales del orden, si somos todos capaces de ver esto habremos vencido el miedo y nos veremos entonces en las calles.

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