lunes, 25 de mayo de 2020

Antifascista: presente¡


  

El compañero granadino Javier Cuesta ha sido agredido por los fascistas. En su propia casa. Golpes en la cara, en el estómago, en la espalda.
Su delito: tener la bandera republicana colgada del balcón.
Primero fueron a mear en su portal y después subieron hasta su domicilio, entraron a saco, rompieron lo que pudieron y le patearon.
Esto no es un hecho aislado, los matones campan a sus anchas por las calles blindados por un sistema judicial y por una policía que les aplaude, son los señoritos del sistema.
Y podemos reírnos tanto como queramos de su parafernalia de banderas desfilando por las aceras, de sus manifestaciones de opereta, de sus bufonadas ignorantes pero lo cierto es que más allá de estas risas que nos echamos están multiplicándose. La bestia crece.
La gravedad de la situación exige ponernos en guardia.
Con estos cerdos sin pezuñas es inútil apelar al sentido común, a la palabra. Se les combate por la fuerza. Por ovarios. Por cojones.
Toda mi solidaridad al compañero Javier.
Y todo mi desprecio a los fascistas que hoy pretenden continuar con su antiguo trabajo de gatillo fácil, de asesinatos anónimos, de golpizas cobardes.

  

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