lunes, 9 de marzo de 2020

No quiero ser europea



Yo quiero renunciar a ser europea.
Quisiera que alguien me dijera cómo apostatar de esta Europa que condena a vivir como animales a seres que huyen del hambre y de las guerras.
No quiero ser igual de humana que esas bestias que golpean a quienes, exhaustos, intentan llegar a tierra firme y los empujan para que mueran a la deriva con sus niños ahogados en pena.
No quiero ser europea, no quiero vivir cercada por el fascismo que niega el pan y la sal con leyes y con fronteras, que disimula sus ideas xenófobas bajo las togas, entre las urnas, frente a las cámaras.
No quiero ser europea, me avergüenza.
En el mismo vientre de la democracia se hacinan miles de personas mientras esperan un salvoconducto que les permita la dignidad de sobrevivir en esta parte del mundo, que es de todos.
Un salvoconducto para viajar y escapar de la miseria de vivir en una cárcel que es una isla que es otro infierno del que huir de nuevo.
No quiero ser europea, la humanidad se congela sin piedad en esta porción de tierra.






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