miércoles, 22 de enero de 2020

En Moria nadie canta



La isla de Lesbos es un sudario.
Los niños transpiran su muerte, tosen por millares y acunan las noches donde nadie duerme. Hay una polifonía de carraspeos agonizantes, de estertores infantiles que nombran a la fiebre y sus temblores. Allí no parpadea ni una estrella ni una madre.
En Moria no hay quien viva.  
En Moria nadie canta baladas, Nina Simone calla detrás de las letrinas. No encuentra acordes ni tristeza que describan el lodo y la orina por los que discurre la vida.
El hedor insoportable de la insolidaridad paraliza todas las cuerdas vocales.
Por eso en Moria nadie canta. Es imposible la canción en el infierno. Los ángeles son mudos y reptan por la mugre para pedir un trozo de pan sin llorar de impotencia.
Tienen nombres, edad, familias. Tienen memoria para no olvidar que la Humanidad perdió definitivamente los papeles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario