sábado, 19 de octubre de 2019

El parto



Cualquier pueblo que se rebela, que se alza poderoso, que no acata el orden, cualquier pueblo insisto, que levanta la voz y arriesga sus pulmones para respirar aires de libertad tiene la admiración de esta mujer que escribe desde el margen izquierdo de la vida.
Cataluña hoy ha puesto en jaque la democracia ficticia en la que vivimos. La ha desnudado para enseñarnos que su esqueleto no se sostiene, no puede caminar. Aunque se empeñen en mostrarla saludable, su columna vertebral está partida en dos.
Porque han decidido que las urnas son delito. Votar, algo tan simple, es delito.
Porque han decidido que algo tan democrático como preguntar sea la excusa para la cárcel y el exilio.
Porque han decidido que la represión es la varita mágica que pondrá de nuevo las cosas en su sitio.
Porque ya faltan ojos en las calles, y ya las detenciones se multiplican y a esta misma hora los catalanes que no acatan leyes de injusticia serán terroristas.
Y qué quieren que les diga, es por ellos, pero también por nosotros.
Llevamos demasiado tiempo tragando los sapos que dejó el franquismo. Los “demócratas” besan agradecidos los cojones monárquicos y nos piden cínicos que les votemos.
Es la hora de la República, viene naciendo, ayudemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario