domingo, 23 de junio de 2019

Carlos Arias Navarro



La represión en Málaga se desató en febrero de 1937 y la protagonizó como fiscal Carlos Arias Navarro. Su mano dura alcanzó gran fama y recibió con justicia el sobrenombre de Carnicerito de Málaga.
Durante la primera semana de la toma de Málaga por las tropas franquistas, del 8 al 14 de febrero de 1937, los nacionales ejecutaron sin juicio previo a 3.500 personas y hasta 1944, otros 16.952 fueron condenados a muerte y fusilados.

Nadie debe olvidar la mala entraña de este asesino en serie
al que hoy nombran en los parques como si fuera un héroe.

Nadie debe olvidar que miles de cadáveres cuelgan de su gloria.

Carlos Arias Navarro fue diez veces más cruel que el más cruel de los salvajes.
Ordenó ejecutar en juicios sumarísimos
a decenas o a cientos cada día,
dependía de la prisa.

Cualquier excusa le servía  
 todos los detenidos eran “fusilables de oficio”
y a todos condenaba con su firma.

Fue uno más de los hombres siniestros que aquellos años andaban por España.
Sólo piedras en su pecho,
sólo piedras.
Sólo cruces y patria.
Nunca se cansaron sus labios
de mandar que ejecutaran a los prisioneros sin defensa.

Verdugo cum laude,
leal a tu guadaña hoy quieren hacer de ti una buena semblanza
pero el pueblo te recuerda y se rebela.
La memoria popular conserva vivos
los muertos por tu causa.

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