jueves, 28 de septiembre de 2017

A por ellos


Han llegado por miles a la reconquista de un pueblo que les mira de frente.
Aguardan inquietos, deseosos de imponer su orden,
deseosos de bajarles la mirada,
deseosos de juntar el trozo que sin pedir permiso se segrega.

Llegados de cuarteles donde fueron honrados por el populacho
como si fueran soldados heroicos a punto de ser mutilados,
 cuentan las horas y rememoran los tiempos pasados
cuando en España todo estaba quieto,
quieto y bien atado.


Deben pensar que este es su momento,
que al fin van a poder enseñar sus cojones patrios,
van a poder recorrer las calles con la suerte del golpe impune,
del ojo reventado,
del gatillo fácil.
España está de su parte.

 Qué triste es su amenaza.
Qué triste saberlos ahí,
de espaldas a un pueblo que pide calma.
Qué triste es saber que hay quienes justificarán el abuso del metal y de las rejas.

Cataluña en estado de excepción canta y habla y ríe y baila
mientras los canallas afilan los sables
y la chusma pide sangre.











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