martes, 28 de marzo de 2017

Versos de fogueo


…cantamos porque llueve sobre el surco

y somos militantes de la vida

y porque no podemos ni queremos

dejar que la canción se haga ceniza”. Benedetti



Creo, como decía Benedetti, que los poetas somos militantes de la vida.
Podemos elegir no mirar más allá de nuestros propios límites y quedarnos en los claroscuros de la experiencia personal o podemos arrancarnos a jirones las injusticias.

“Versos de fogueo” es el poemario de la militancia, del poeta que, armado de vida, dispara a bocajarro contra la estulticia de esta democracia.

Josef Antoni, su autor, no se queda a medias, no utiliza eufemismos, no adorna con ropajes la realidad, la muestra en pelotas, tal cual. Denigrante y emputecida.
Golpe a golpe, cuerpo a cuerpo, su poesía nos enseña las pústulas de los que reciben los zarpazos.

Porque no debe callar el cantor, aunque lo callen.

Sucede que a veces las poetas, escribimos intuitivamente.
Guiadas por la brújula que tenemos clavada en nuestros escritorios, derramamos poemas sin experiencia, de oídas y se caen de nuestras manos sin haber respirado siquiera una pizca de verdad con sus pulmones deformes.

No es el caso de “Versos de fogueo”, cada palabra tiene el peso colosal de las voces anónimas, cada estrofa lleva a rastras el dolor de la infamia, cada poema regurgita el asco de esta sociedad impasible pero también y pese a todo contagia la euforia de creer que es urgente cambiar las cosas.

Poemas escritos a pie de tajo, entre gritos, represión, alambradas y cadenas, entre la impotencia y la esperanza, poemas del ahora, del aquí mismo, de este instante.
Incendiarios y desesperados, los poemas de Josef Antoni siguen la huella, husmean las heridas, cabalgan desbocados a lomos de la solidaridad y beben al fin, deshidratados, del manantial de la utopía.

Leerlos hace daño, duelen necesariamente. Es la vida misma.




No hay comentarios:

Publicar un comentario