domingo, 1 de junio de 2014

Los escribas

 Las palabras
no hacen su sortilegio,
 son como piedras,
(inermes huesos de la tierra).
No acortan la distancia
 entre las patrias
que mueren,
callan  las cruces gamadas que se clavan,
callan  el grito partido en dos,
los sudarios infinitos y podridos,
las casa derruidas,
el coraje con sus cenizas

El dolor que enmudecen los escribas,
es sangre tibia y silenciosa,
sin voz, sin letra,
 sin lugar en las retinas ni en las líneas.
El dolor que enmudecen los escribas,
la palabra de justicia nunca dicha,
sepulta la verdad de las masacres,
desempolva el fascismo hasta dejarlo limpio
 y deja a la intemperie para siempre
este oficio  de ser libre.

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