martes, 12 de noviembre de 2013

El hedor

Viñeta de Kalvellido

Los barrederos  limpian Madrid desde que no limpian la ciudad.
Los jardineros arrancan las malas hierbas desde que no las arrancan.
Evidencian un despotismo que no van a aceptar.
Y lo importante no es que la basura se amontona en las calles, lo verdaderamente relevante es que la inmundicia se hacina en ayuntamientos, parlamentos, etc... y que ellos señalan estas podredumbres.
Todas las ciudades huelen mal.
Dan nausea los espacios democráticos, dan nausea los púlpitos, los estrados, los tribunales.
Hay que desinfectar estos lugares.
Pero la calle, con sus voces limpias, con sus pulcras luchas, con sus conciencias decentes, inmaculadas, son aire fresco, bocanadas de esperanza, de desobediencia.
Ejemplo de pulcritud en medio de tanta mierda.

 

domingo, 10 de noviembre de 2013

La vida

Imagen de acción poética tucumana

La vida está llena de puertas y ventanas
de muros,
de cerraduras con  llaves perdidas o encontradas.
La construimos sobre escombros, tierras yermas
o vergeles egoístas

 Crece,
se abre paso entre el dolor y la alegría.
La vida,
que no pide permiso para ser vivida,
se empeña en parir madrugadas limpias de imposturas
pero a veces desprecia su destino.

  Cuando nadie la vigila
degüella el mañana y huye,
da la espalda a los nombres, a las casas,
a las caricias.

 Huye dejando el pobre rastro
de la sal, de los andrajos.
Se va deprisa,
con la urgencia de la cobardía.
Se va deprisa a veces la vida,
hay que llamarla con la voz atávica
de los que la necesitan valiente,
heroica,
en pie sobre sí misma.

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

El amor intacto

Imagen de Acción poética tucumana

Yo no quiero que vengas con tu amor intacto.
Los amores puros son demasiado baratos,
miran de reojo,
rompen los espejos,
creen que son eternos.

Yo no quiero un amor perfecto,
de los que son  sólo dos cuerpos.

Yo no quiero un amor que me lleve a rastras,
que me piense limpia,
que sólo me imagine.

Yo quiero que vengas con un amor
que mire estas heridas,
que soporte mis vigilias,
de esos que se sostienen a pesar de la inmundicia,
de esos amores  con años, con arrugas,
sin cadenas, sin mentiras.

Yo quiero un amor sencillo en la alcoba y en las plazas,
un amor para derramarlo,

No entre dos, no,
Un amor para derramarlo en la vida.

Entre millones de amantes,
entre millones de vivos.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

A què esperamos

Imagen de Acción poética tucumana

Si ya sólo nos quedan la voz, el aire, los pulmones.
Si la vida nos muerde, despiadada,
si morirse es el trámite más simple de los que matan con deudas o a cuchillo.
A qué esperamos.

 Si el porvenir se extravió
y la sinrazón es la razón pa que unos pocos sigan,
si las caries manchan la sonrisa de los niños
y su piel envejece, desnutrida,
y las plazas son desiertos vacìos de utopías
y errantes, sin destino,
los jóvenes se arrancan la raíz
para sobrevivir al desarraigo del amor y la familia.

A qué esperamos.

 Si todas las ideas fueron sobornadas
y la memoria apenas puede recordar
y los fascistas calientan su odio
en la hoguera de la impunidad.

A qué esperamos.
A qué esperamos, hermanos, para cantar,
A qué esperamos, hermanos, para soñar.
A qué esperamos.
¡Joder,¡
A què esperamos.

lunes, 4 de noviembre de 2013

La mala memoria

Imagen de Acción poética tucumana

La mala memoria es un lujo que no podemos permitirnos.
Uno de nuestros ojos debe tener siempre la mirada clavada en el pasado.
A la humanidad de nada le sirve pasar página, de nada le ha servido hasta ahora.
La realidad continúa desangrándose por las mismas heridas de ayer.
El problema reside en saber la verdad y aferrarse a ella.
Descreer las líneas emborronadas por los escribanos del poder.
Porque lo cierto es que sostenemos el presente con héroes  que no lo fueron tanto, con enemigos inventados, con sistemas que depredan.
Sólo conocemos las victorias de quienes ambicionan todo a espaldas de la vida.
Sacar de las tinieblas la dignidad de los hombres y de las mujeres que quedaron en las cunetas de la historia, reconocer su anonimato generoso, poner nombre de bestias a los que hoy adornan calles, canciones, homenajes, sepulturas.
Volver a andar sobre las cenizas de la memoria, desde que estamos en pie, peleando contra la muerte y sus lacayos.
Desde el principio hubo quienes desafiaron el poder pero su recuerdo naufraga en este mar de servidumbres.
La mala memoria nos rinde cuentas, nos hace pagar el peaje inmenso de la indiferencia, de la ignorancia, quizá la clave de que hoy vivamos en esta esclavitud lacerante es que dejamos crucificados en el olvido a los que en verdad fueron libres.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Lejos

Imagen de Acción poética tucumana

Mañana también habrá pájaros perdidos,
veré las mismas piedras, como huesos, llorando en el mismo sitio,
sentiré el mismo miedo, el mismo terror indómito
al estrenar un nuevo día
y tú estarás lejos aún.
Lejos.
A un paso, pero lejos.
A mi lado, pero lejos.
Lejos.
Como lejanos están los pueblos,
como lejana está la humanidad,
como lejanos están los sueños.
Mañana, cuando despierte,
cuando vea pájaros ateridos de frío,
cuando compruebe que la misma piedra tropieza con mi memoria,
cuando de nuevo este corazón aterrado se rompa la voz llamándote
tú estarás lejos, como siempre,
como siempre estuvo la ternura, alejada de nuestros cuerpos,

Y pensaré:
¡qué lejos estamos,
qué abismo tan cierto abre el silencio
cuando el amor no se traduce en hechos!".

viernes, 1 de noviembre de 2013

La libertad

Viñeta de Kalvellido

Vivo con la certeza de que soy vigilada.
No creo esto porque sea alguien importante, ni peligroso.
Sólo soy poeta, es decir, una paria.
Lo hacen con todos.
Las calles están sembradas de ojos que nos observan, los teléfonos, internet, las redes sociales, todo va a un mismo cerebro que analiza, discute y encarcela.
Cada individuo es sospechoso,  debe estar controlado.
La represión a golpes y también la represión blanca, anestesiada, en las venas.
La libertad en cuarentena.
El objetivo es claro: que nadie se mueva.
Si agitamos las alas, si esto se contagia, si este batir incesante consigue ponernos en pie aunque sea un poco, de puntillas,  apenas nada, los vigilantes nos las cortan con sus sables afilados, sin temblarles la mano.
Pobres de aquellos que no sienten el aliento de los alguaciles en la espalda ¡
¡Pobres de aquellos que se crean libres en esta cárcel tan amarga!
¡Pobres de aquellos que no saben que son eslabones de esta cadena rompible!