martes, 18 de mayo de 2010

Un puñado



Es muy sencillo interpretar la realidad:
Un puñado de criminales roba.
Un puñado de políticos custodian para que lo robado siga estando en las mismas manos.
Un puñado de periodistas mienten para que esta verdad tan obvia no sea revelada.
Un puñado de intelectuales se ocupa de repartir propaganda para que los criminales sumen más monedas a las monedas robadas.
Un puñado de jueces bajan el pulgar o lo levantan según el capricho de sus amos.
Un puñado de miles de policías vigilan para que el puñado de criminales pueda continuar multiplicando las monedas que nos han robado, para que los políticos nos sigan defraudando, para que los periodistas continúen engañando, para que los intelectuales insistan con su lenguaje amordazado, para que los jueces aten a la justicia muy cerca de lo robado.
Mientras esto sucede miles de millones de seres humanos mueren de hambre, de sed, de pena, de pobreza, de resistencia.
Miles de millones condenados a la ignorancia, a la deuda, a la explotación, al saqueo, al desempleo, a la miseria,
Miles de millones condenados a vivir respirando impunidad por todos los lados.
Nuestro desafío es detener el exterminio.
Resistir, resistir, resistir.
No reclinar los corazones, no bajar la voz, no usar las rodillas.
Sumar una a una nuestras injusticias, abrigarnos con la verdad de esta tierra salvajemente diezmada, desnucar esta pesadilla
Y parir en medio de tanto crimen una esperanza limpia, insumisa, bien nutrida.

sábado, 15 de mayo de 2010

Los lobotomizados de la letra, el cante, el arte


He necesitado un tiempo para reponerme, un tiempo, en el que he tratado de comprender por qué la gente suscribe el manifiesto exigiendo democracia en Cuba.
Es como si estuvieran tuertos o parcialmente ciegos o sencillamente ciegos y no vieran cosas que a la vista de todos están.
Esta gente que mueve el culo y la pluma para pedir libertad en países soberanos, no dicen nada sobre lo que ocurre en esta casa que algunos llaman España.
No saben de la tortura. No saben de los partidos políticos ilegalizados, no saben de los presos políticos que están en las cárceles, no saben de los medios de comunicación cerrados, de la violencia, no saben y si lo saben callan.
Enfermos de vanidad mueven la cola
Hacen propaganda grosera, masturban el sistema.
Se convierten en inquisidores, en vigilantes de su democracia tan vacía de justicia y como hace quinientos años, sueñan con llegar a América y reconquistarla con su verdad a medias.

Son la sociedad de los imbéciles, de los útiles, de los que se lanzan al linchamiento y ponen su jabón para limpiar la sangre.
En su falso escenario representan la opereta, el desatino, sirven de coartada y sonríen con la mano sobre la ceja. Huelen a podrido, a rancio, a oportunismo.
Viven en un país de espejismos.
Son los lobotomizados de la letra, el cante y el arte.
¡Y a mí me dan tanta vergüenza¡

miércoles, 12 de mayo de 2010

Carta al poeta Juan Gelman, amigo de Garzòn

Viñeta de Kalvellido

Estimado poeta:
Cuando usted recibió el premio Cervantes, dijo:” hay que tener ojos
en la nuca”; claro, pero también hay que tenerlos en la cara y poder
ver con ellos tanta infamia.
En su artículo “No se entiende”, retrata al juez Garzón como un
hombre bueno, un justiciero incomprendido, un señor con corazón que
se conmueve ante todas las injusticias del mundo.
Su juez, su salvador, ese buen tipo que usted describe hasta casi
conseguir convencernos, ha impulsado casos contra medios de
comunicación, asociaciones populares, partidos políticos, defensores
de derechos humanos, ha dictado ordenes de incomunicación contra
independentistas, anticapitalistas, etc., días eternos en los que son
torturados los detenidos con absoluta impunidad y su amado, admirado,
idolatrado Garzón es el creador de esta disculpa criminal del “todo
es eta, todo es terrorismo”
Usted ignora estos pequeños traspiés, estos deslices sin importancia
que el juez da en su carrera heroica y solitaria por una justicia universal.
Usted dijo también: “Ahí está la poesía: de pie contra la muerte”.
¿En contra de qué muerte se posiciona usted y, como consecuencia, su
poesía?, ¿de las muertes de un lado, y no de las del otro?, ¿de la
justicia para unos cuantos, no para todos?, ¿del rechazo a la tortura
de unos pocos, contados con los dedos de la mano?
Con verdades a medias solo se firman actas de defunción.
¿Qué le ocurre, poeta?
¿De verdad no se ha dado cuenta de que con sus letras legitima la
perpetuidad de estas prácticas, de esta justicia rota, amnésica,
depredadora?
Me avergüenzo de sus palabras, de su mirada parcial, de la fragilidad
de sus argumentos. Me avergüenzo porque maquillando el horror, ha
elevado muros que aíslan sus letras de las víctimas. Las heridas aquí
y ahora mismo, aún cicatrizan.
¿Qué le ha ocurrido, poeta?
¿Por qué silba y calla?, ¿por qué lame a la bestia?, ¿a dónde irá su
poesía, ya de luto?, ¿a dónde irán sus palabras, ya tan tuertas?.
Díganos poeta, ¿Cuándo sucedió su derrota?, ¿cuándo permitió las
dentelladas? ¿Es que no son para usted nada los gritos de los
torturados de mi tierra?
Usted y tantos como usted con su voz de piedra, defendiendo personas
con historias negras.
Usted, y tantos como usted, poniéndose de acuerdo para ensalzar al
lobo con piel de oveja.
¿Qué ha ocurrido, poeta?, ¿por qué bosteza?

domingo, 9 de mayo de 2010

El rey està malito

Viñeta de Kalvellido

La patria tiembla. El rey es humano, enferma. Su sangre no es tan buena.
Este tipo que representa mejor que nadie el clasismo, la desfachatez, la ostentosidad, este tipo, que habla poco y mal, con cara de atolondrado, que de pronto aparece y de pronto desaparece sin dar explicación.
Este tipo que no rinde cuentas a nadie, hoy está malito y España tiembla
A este tipo y a su familia y a los consortes de su familia y a los hijos de sus hijos los soportamos hace demasiados años, tan horteras, tan creyentes, tan cosméticos.
Sostienen risueños este sistema feudal con el beneplácito de los de siempre, los mismos que regalaban Pazos a Franco, regalan barcos a ese señor Y este tinglao sigue su curso perverso manteniendo a la sociedad partida en dos; los que se rascan la barriga y los que se rascan el bolsillo.
Y bien, el rey está malito, no consiguió, de momento, sobornar a dios.
Pero hoy ha comido bien, pero fuma, pero le quieren, pero el pueblo se amontona en la puerta del hospital, pero el príncipe está lejos, pero ha sido todo tan rápido, pero la reina estuvo a su lado, sumisa.
Hay quien cree que este hombre fue parido por una divinidad, es lógica, entonces, la hecatombe.
Es lógica la parálisis, es lógica la estupidez de los que borran la memoria. De los que viven del cuento, de la falacia. Queda demostrado que la ética de algunos es caprichosa. Que no se atreven a ponerse enfrente de este tipo sin llamarle alteza.
Yo no quiero reyes en mi vida, me importa un bledo si está enfermo, me repugna verlo, me repugnan los cortesanos, me asquea ese puñado de gente que se apelotona rezando para que sane. Es el síntoma de la idiotez, del servilismo, del criminal empeño por perpetuar los privilegios adquiridos a golpe de sangre en las venas y en las manos. A golpe de esclavitud, de explotación.
Yo no quiero reyes en mi vida, no quiero palacios, ni príncipes, ni tanto meapilas, ni tanto besamanos, ni tanto súbdito, ni tanto canalla ilustre.
Que se laven las manos y cuando estèn limpias, ¡que trabajen, coño, que trabajen¡

jueves, 6 de mayo de 2010

Hablemos claro



Hablemos claro:
Nos roban el tiempo, el dinero, el trabajo.
Nos mienten, nos traicionan, nos estafan,
nos prohíben pensar, decir, hablar.
Saquean países y los dejan a su suerte.
Fabrican sepulturas que después nos venden.
Nos vigilan, nos censuran, nos silencian.
Hacen propaganda del ojo por ojo, diente por diente.
Nos envenenan, nos suicidan, nos encarcelan.
Pervierten el lenguaje, adulteran las palabras, las manchan de sangre y cal.
Amenazan con quitarnos el agua, el aire, las semillas, el pan.
Nos convierten en pueblos desnutridos de letra y poesía.
Nos arrancan las verdades, nos traicionan de verdad.
Sacan los fusiles a las calles, amputan gobiernos hostiles,
Bendicen banderas genocidas,
banderas podridas de metal.
Y en medio del dolor entero
rompen las arterias de la tierra
para que nunca, nunca, nunca
sembremos sueños fecundos de libertad.
Pero esos sueños ya están sembrados,
y pronto, muy pronto, quizá ya,
atravesaremos la oscura noche de las violaciones.
Esta oscura noche de crimen e impunidad.

martes, 4 de mayo de 2010

Los enteraos

Viñeta de Kalvellido

Dicen que Franco todas las mañanas se sentaba a desayunar y mientras
lo hacía iba leyendo las interminables listas de los sentenciados a
muerte, daba su aprobación con la palabra “enterao” y continuaba con
su café plácidamente.
La realidad no ha cambiado mucho.
Hoy, los que entonces eran aprendices del dictador ocupan su sitio, y
en el mismo trono criminal en el que se sentaba el asesino desayunan
diariamente, y también, entre mantequilla y tostada, leen las
eternas listas de los condenados.
Y como entonces, los medios de comunicación, sentados siempre a la
derecha, callan las ejecuciones. Su denuncia de la violencia siempre
es muy selectiva, cargan una decencia demasiado frágil, demasiado
yerma.
Y como entonces, muchos intelectuales besan las manos de los amos,
alzan la voz por los garzones de turno, mueven la cola, entran en
cólera, hacen su propaganda, aceitan de esta forma los engranajes del
sistema para que no se vaya oxidando y siguen, como si nada, husmeando
la sangre derramada.
E igual que entonces, hoy, nosotros también sabemos los nombres de
los que, como Franco, se dan por enterados.
Conocemos a los partícipes del saqueo, a los cómplices, a los que
fabrican las sogas, a los que la anudan al cuello. Sabemos lo que
están haciendo, estamos con el oído atento.
Llevan la cruz y la espada y huelen a cuadra.
Sabemos que tienen miedo, que se golpean el pecho, que planean
ajustes, que maquillan las cifras. Hacen ruido, mucho ruido, humo,
mucho humo, porque no se puede apuntalar ya su infamia, porque a
golpe de verdad los vamos empujando.
Tienen los días contados.
Los campos, las fábricas, las calles, están llenas de brazos que se
vacían, de hombres y de mujeres asfixiados por las deudas, acosados
por el hambre. Los muertos esparcidos y los vivos a la intemperie. La
pobreza hace muy bien su trabajo de exterminio. Y mientras observamos
nuestras mesas sin pan y sin salario escribimos a la izquierda de sus
nombres (como ellos hacen diariamente): ”enterados, enterados,
enterados”.

jueves, 22 de abril de 2010

Tambièn nosotras



También nosotras vemos los cadáveres insepultos, también a nosotras nos arde la sangre, se nos envenena, cuando la tortura, cuando las cárceles, cuando se pudren los pueblos y los ríos se mueren y se crucifican las libertades.
También nosotras repartimos porciones de esperanza y no admitimos limosna.
También nosotras nacimos de la tierra y sentimos su pálpito en nuestro vientre. También nosotras llevamos los nombres a cuestas y pedimos las cuentas claras y tenemos marcas de vidas violentas y nos abrimos las venas y pasamos sed y hambre.
También nosotras salimos a preguntar si los han visto.
También a nosotras se nos agostaron los sueños y tuvimos que parirlos de nuevo una y otra vez hasta morirnos.
También nosotras llevamos canciones en los labios y nos cuelga la tristeza por los cuatro costados pero aún así continuamos luchando.
También nosotras vivimos en este reino de cebolla y crimen y letargos y nuestras casas también son humilladas y nuestros cielos se vacían de pájaros y nuestras noches también destilan el horror de los puñales.
También profanan nuestros lechos y nos machacan los huesos.
También a nosotras.
También nosotras cruzamos la larga noche de la historia y amamantamos los hijos y buscamos a tientas los paraísos.
También nosotras vivimos entre harapos, entre escombros, al borde, en el abismo.

También nosotras.

Entonces, ¿por qué?, ¿por qué la memoria nos pasa de largo?, ¿por qué? ¿por qué llevamos siglos escuchando el mismo estribillo?, ¿es que nadie oye lo que decimos?, ¿lo que dijimos?
¿Cuándo se darán cuenta que el “HOMBRE” ha muerto y es preciso reinventarlo, hacerlo de nuevo, sin defensas, con solo ternura? ¿con sólo corazón por toda idea?, ¿cuándo bajarán la guardia y vendrán a nuestras casas limpios, sin sus razones, sin sus dogmas, sin sus denteras?, ¿Cuándo?,
¿Cuándo, maldita sea, será verdad que en medio de tanto ruido revienta el grito del hombre nuevo que al fin ha sido parido?