ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

lunes, 29 de octubre de 2018

Los espejismos



Vemos que la democracia es una más de las opciones criminales que padecen los pueblos. La excusa moderna para continuar con la esclavitud y la violencia.
Lo vemos en Brasil, en EEUU, en España, en Israel.
La democracia es perfecta. Su barniz electoral consigue que seamos nosotros mismos los que nos pongamos la soga que nos ahorca.
Dicen que es la gente la que elije por eso toca callar mientras se llevan las riquezas, mientras se abren las cárceles y se cierran los hospitales, mientras la gente más empobrecida se empobrece más y muere antes y muere peor y muere sin saber qué es una pizca de justicia pa los miserables.
Qué engañados estamos al creer que la democracia es el poder en las manos del pueblo, qué engañados estamos al creer que un día venceremos luchando desde dentro, qué ilusos somos al no darnos cuenta de que estamos atrapados en este engranaje delirante donde nuestros votos son el chantaje para continuar extorsionándonos.
Ahora mismo, desarmados ideológicamente, atomizados, sin un cordón umbilical que nos amarre al mástil de la utopía seguimos los cantos de sirena de los demócratas y vamos aún más a la deriva.
Vemos manantiales pero la sed nos seca porque no hay agua en esta travesía que dura cuatro años y luego se repite otros cuatro y luego otros cuatro. Hasta la deshidratación completa.
No hay oasis en las democracias burguesas.
Todo son espejismos.

sábado, 27 de octubre de 2018

Instrucciones para ser un buen fascista



Instrucciones básicas para ser un buen fascista:
Cree en el dios de los pederastas, odia a quien cree en otros dioses es ateo o apóstata.
Piensa en España como en una mujer a la que puedes maltratar y violar según se tercie.
No leas.
Ráscate los cojones cuando te miren, babea, lleva la bandera con el aguilucho visible, si vas a EH, a Cataluña, a Galiza o a Andalucía, llévala talla XXL.
Si ves a dos maricones besándose, golpéalos.
Si ves independentistas, golpéalos.
Si ves emigrantes, golpéalos.
Si ves zurdos, no lo dudes, también golpéalos, que tus amigos vean la eficacia que tiene la droga que compras en el gimnasio.
Si viajas en metro, provoca a los pensionistas que van sentados, a los discapacitados, a las negras, a las que llevan minifalda, a todo aquel que te observa.
Si te encuentras con una manifestación de “guarros”, llama a los colegas y entrena con el más vulnerable las patadas que te han enseñado, hasta que reviente.
Si sabes escribir hazte guardia civil, policía nacional o mejor, de la Legión.
Si eres hombre cásate, la mujer mejor en casa pa servirte.
Si eres mujer, cásate, aplaude a tu hombre y sírvele en lo que necesite.
Eructa.
Eructa.
Elige un líder: Franco, el carnicero de Málaga, Primo de Rivera, Naranjito son algunos ejemplos.
Defiende a los amos que te dan trabajo, no los cuestiones, bésales las manos.
Sal a cazar de noche, en los cajeros siempre hay infrahumanos que no van a denunciarte. Que no te importe si son niños, mejor acabar con ellos antes de que se multipliquen.
Si quieres ser un buen fascista, ama los toros como a ti mismo, las procesiones, los desfiles militares, el porno y los prostíbulos.
Y sobre todo si quieres ser un buen fascista no tengas miedo al derramamiento de sangre, a los crímenes. Todo lo que hagas por dios y por la patria quedará sin castigo. Piensa siempre que eres invencible.


domingo, 21 de octubre de 2018

A la guardia civil se le respeta (Rivera dixit)



No hay tambor que calle la voz de los ahogados por el olvido. No hay fusil, ni tricornio, ni ronda de madrugada que no recuerde a los emputecidos que una vez los dispararon a quemarropa. Que una vez los encerraron en calabozos desde los que se oía a los torturados agonizar hasta morirse.
El terror aún transpira por su sangre de metal, por sus trajes verde olivo, por sus asesinatos legales, por su ley de exterminio.
Ya no van a caballo, practican el disimulo, son condecorados y ascendidos, pero sus intenciones desafinan. Son los de entonces, los de aquel tiempo en los que el pan y la letra escaseaba. Son los de entonces: combatientes con guadaña en una patria que no los quiere ni necesita.
Rivera sabe esto y lo resucita. Como un general humillado por su cobardía irá a Altsasu a poner sus cojones encima de la mesa. A escupir en la cara de un pueblo que sufre el escarnio de la Benemérita.
Rivera y sus compadres desean una nueva guerra donde triunfe el brazo alzado y el miedo a manos llenas. Irá el próximo 4 de noviembre a Altsasu acompañado de los acuartelados vestidos de domingo y se encontrará solo, con todas las persianas bajadas.
Encontrará un pueblo vacío que desprecia su inmenso olor a mierda.

viernes, 19 de octubre de 2018

Los fósforos



Los nombres de cada una, perdidos en los laberintos infames de la indiferencia, nos gritan que mueren más, que son más las asesinadas, suicidadas, golpeadas, estigmatizadas.
Esos nombres de mujer o de hombre arrinconados, son muchas veces arrojados a la calle por sus familias, son muchas veces obligadas a la prostitución como única salida, muchas veces viven en la pobreza porque no encuentran la forma de hacerse un hueco en esta sociedad perfecta.
Sólo hace falta una migaja de empatía para darse cuenta del sufrimiento del colectivo transgénero, una mirada al mundo es suficiente, una pizca de solidaridad y se abre ante nosotras una realidad que martillea la conciencia.
Pues va el partido feminista liderado por Lidia Falcón integrado en Izquierda Unida y en el colmo del agravio y la incoherencia las compara con puteros, proxenetas y compradores de niños.
Feministas hablando en esos términos, feministas de izquierda para más inri lanzando a la hoguera a un colectivo que viene atravesando la historia en llamas.
Y no ha sido un tuit puntual, un patinazo, un desliz.
En su sagrada concepción del feminismo no cabe la idea de lo diferente a ellas, tienen por lo visto un arsenal de fósforo siempre dispuesto para comenzar la quema.

jueves, 18 de octubre de 2018

Quiero hablar de la vida



Quiero hablar de la vida, pero no puedo.
Es amargo el aliento de las que escribimos sin sol y sin estrellas.

En este crepúsculo misterioso
escuchamos el óxido de los metales
atravesando la piel de quienes no respiran paz con sus pulmones.

Quiero hablar de la vida, pero no puedo
porque el porvenir es ciego,
porque la tierra vacía su vientre a la fuerza
y los jóvenes caen en un abismo codicioso y hambriento.

Quiero hablar de la vida,
de la risa y el sexo
y las tardes tediosas que discurren lentas por la acera.
Pero no puedo.

Por todos los lugares acechan los drones, fusiles de asalto, ametralladoras,
soldados con una sola bandera.
Y nosotros seguimos sin ponernos de acuerdo,
apóstoles mudos en desiertos donde sólo nos escucha el viento.

Quiero hablar de la vida, pero no puedo.
Hay un llanto que es plegaria,
que es hueso enterrado,
que es emboscada y amnesia.

Quiero hablar de la vida.
Sencillamente no puedo.


domingo, 14 de octubre de 2018

Los fascistas



El fascismo avanza a lomos de la democracia.
Es la vieja profecía que puede volver a cumplirse.
La excusa de las urnas servirá a los fascistas para hacernos cautivos de su ideología de matarifes.
En El Estado español ahora mismo celebran el renacimiento de aquellos tiempos de miedo y tiros en la espalda. De cunetas y paredones. De mujeres condenadas a ser nada, de maricones entre rejas.
Les crecen las garras a los fascistas, tienen a la Europa más negra de su lado. Tienen la impunidad y el blindaje de los demócratas que esperan turno para acariciarles el lomo.
Su reguero de babas, su aliento a cuadra, sus pezuñas, sus hocicos se multiplican en cada pueblo.
Y nosotros, los que nunca conocimos una pizca de justicia, nosotros, los que aún creemos que es posible la esperanza, que es posible rescatar la memoria oreando las heridas.
Nosotros que creemos que es posible la ternura, el pan y la poesía no podemos ceder el paso a esta manada que camina con sus banderas de pájaros oscuros, con sus brazos en alto, con su odio primitivo.
No es tiempo de bostezos.
Largas filas de bestias tienen hambre de golpes y de muertos.
La mesa aún no está servida.

jueves, 11 de octubre de 2018

Los conquistadores



Más o menos todos reconocemos en el día 12 de octubre el comienzo de la conquista de un continente: Se llevaron el oro dejando ríos de sangre.
Nos decimos que esta fiesta debería dejar de celebrarse, que es una herida en la memoria demasiado lacerante como para ser recordada con alegría, banderas y salvas al aire de cañones. Es lo que pensamos cada año y nos duele saber que al otro lado observan con cara de asombro a nuestros reyezuelos tiranos y a nuestros mercaderes dispuestos siempre a arribar a sus puertos.
El día 12 de octubre nos trae estos pensamientos. Hoy yo también pienso si desde 1492 hemos cambiado algo.
Ya no nos queman en las hogueras, ni nos torturan sentados con los pies cubiertos de sal para que nos laman las cabras hasta dejarnos en los huesos, ni nos arrancan el cuero cabelludo, ni nos encadenan para vendernos en mercados donde nos revisan los dientes y las tetas. Es cierto todo esto, pero también es cierto que aún somos esclavos y trabajamos de sol a sol para un amo que a veces es terrateniente, a veces banquero y a veces es dueño de fábricas donde es imposible respirar y donde el sueldo apenas alcanza para seguir arrastrando la vida.
Pienso que hemos cambiado algo: ya no hay cámaras de gas en donde se amontonan cadáveres grisáceos.
Pero continua el descubrimiento de nuevos mundos adonde llegan como lobos en celo para saquear y diezmar cada porción de tierra. Erre que erre viajan buscando riquezas y a cambio de ellas raptan y violan, asesinan, secuestran semillas, imponen su fe de mesías capitalistas. Igual que hicieron en América.
Hemos cambiado algo, más bien poco. Los conquistadores no murieron.
Siguen vivos después de tantos siglos.
Una mirada al mundo más allá de nuestras fronteras y llegaremos sin brújula a las tierras que hoy están siendo descubiertas y conquistadas a la fuerza.