Billy el Niño simboliza la brutalidad de un tiempo no tan pretérito,
pero también simboliza la impunidad de los torturadores en el momento actual.
Sería iluso pensar que este esputo humano es sólo eso, un
vestigio del pasado. No es así. Sus aprendices han tomado nota y han mejorado
sus métodos. Ahora los más listos golpean sin dejar marcas, son expertos en
tortura sicológica y dejan que los gritos de los torturados en otras celdas se
oigan limpios. Provocan el agotamiento físico, violan a hombres y mujeres con
palos, porras, penes ... hasta que el detenido se derrumba vulnerable a los
pies de sus matones.
Y a otra cosa mariposa.
Pueden seguir haciéndolo porque Billy siempre estuvo libre.
Es un héroe.
Pueden hacerlo más y mejor que él.
Pueden llevar hasta la muerte al emigrante. Ya habrá quien
limpie la sangre.
Estos funcionarios cobran
y son condecorados por causar terror. No están huérfanos, son los hijos de una
época en la que se hizo borrón y cuenta nueva y las bestias salieron a la calle
como si nada, como si nunca hubieran tenido un solo cadáver desgarrado por sus
pezuñas.
Así las cosas, se van muriendo de viejitos y heredan su
legado nuevas bestias con pezuñas colosales.
Este país, es cierto, es una mierda. Una mierda envuelta en
la impunidad que nos regaló la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario