ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

viernes, 30 de mayo de 2014

Can Vies

Ah, por cierto, no están acostumbrados a esto.
Creían que con la mordaza, las detenciones, el miedo por todas las esquinas podrían contener esta rabia que aumenta cada día.
Pero no, los barrios se plantan.
La gente, está harta. O todo o nada.
La violencia con la que nos tratan, la miseria que nos clavan, la élite tan impune y tan sarcástica chirría porque sabe que o todos a la cárcel o poco a poco se lía.
Demasiados frentes se le abren a la oligarquía.
Demasiados rebeldes, de urnas, de calles, de pieles.
Demasiados los hambreados, los emputecidos, los jodidos con el yugo y el pesebre.
Va por vosotros, compañeros, por el barrio de Can Vies, vuestra dignidad está en pie regalando vida.
Va por vosotros este brindis y por todos los que hoy no se arrodillan.


jueves, 29 de mayo de 2014

El laberinto

Viñeta de Kalvellido

Hoy no quería escribir poesía, navegar por los laberintos interiores produce monstruos que se quedan en la alcoba como amantes poco dichosos.
He preferido mirar pa fuera. Ver esta democracia y a sus ganadores gloriosos.
Escucharles decir una vez más que nos salvarán,  que pronto quitarán la cruz de las escuelas y de los ovarios, que los piojos y las caries serán cosas de tiempos pasados, que los viejos recuperarán la dignidad que les arrancaron de cuajo.
Eufóricos, risueños, deambulan con la oratoria gastada de los demócratas y también con discursos más frescos, más joviales, más victoriosos.
Se tambalean los arcaicos, los recién estrenados llenan de esperanza la pantalla y las plazas.
Pero de espaldas a este festival, la miseria.
De espaldas a este espejismo transitorio de participación, la deuda.
La deuda.
La deuda.
Y toda la esclavitud que genera.
Y toda la precariedad que sale de sus piernas.
Y toda la mierda que asoma cuando los empobrecidos pagan a escote, a costa de su hambre, de su salud y de sus letras.
En fin, que hoy no quise navegar por mis arterias, para salvarme, un rato, de la tristeza pero mirar pa fuera, produce casi la misma desolación, casi la misma impotencia,  si no fuera por la rabia, por la furiosa rebeldía que revienta, pensaría que este festival de democracia nos dejó lobotomizados hasta la siguiente fiesta.

martes, 27 de mayo de 2014

Poema tonto XVII

Viñeta de Kalvellido

Moriré, qué duda cabe,
seré tierra, agua, polvo,
apenas unos pocos se darán cuenta
de que ha muerto una poeta.
Entre tantos muertos
es difícil llorar por unas letras.
Entre tantos muertos mi cansancio,
entre tantos muertos mis pobrezas,
entre tantos muertos un epitafio en verso,
unas palabras sin cruz, sin rezos, sin sotana.
Moriré y eso será todo,
quedarán mis libros,
quedará mi perro sin consuelo posible,
quedará el mar y las estrellas,
quedará la vida, otras vidas,
otros poetas,
otros perros confiados,
otros libros.
El mismo mar,
las mismas estrellas
y así el olvido.

lunes, 26 de mayo de 2014

La sed

Viñeta de Kalvellido

Saldré a preguntar si te han visto
en los cuerpos cansados,
en las mesas vacías,
en los pupitres hambrientos,
entre las sábanas remotas de quienes aman a contraviento.
Saldré a preguntar
si fuiste solo un presagio
o te hiciste de carne y hueso
cuando todo parecía una ruina,
cuando todo era salitre y tierra yerma,
cuando todo era tristeza desenvainando
rendiciones en cada palabra,
en cada bandera,
en cada mesías,
en cada esperanza que desespera.
Saldrè a preguntar, alegría,
si estás esparciendo el fruto y la semilla,
el semen y la risa,
los úteros y las canciones
sobre los pueblos
que dejaste de lado cuando todo era un cruz,
cuando todo era un látigo,
cuando los días eran oscuros
y era invierno en primavera
y las estrellas caían sin luz
sobre cunetas y calaveras.
Saldré a preguntar, alegría,
si podemos llamarte por tu nombre,
hacerte un hueco en nuestras vidas,
brindar por ti y por nosotros
y bebernos de un trago
la pena de los vencidos.
Saldré a preguntar si te han visto,
tenemos sed de siglos.

viernes, 23 de mayo de 2014

Poema tonto XVI

Viñeta de Kalvellido

A veces, la vida,
cae fulminada por el golpe de un dolor que llega sin aviso,
golpea en las heridas para
que no haya dudas y se derrumbe,
para que no se pueda hacer nada con ella
salvo sangrar por sus trozos,
salvo llorar por su trozos,
salvo vivir en esta agonía
de existir hecha pedazos.
A veces, la vida,
se arranca los pulmones,
se asfixia  porque no quiere seguir
mendigando calma a todas horas,
porque no quiere continuar
descalza sobre espinas,
descalza sobre ruinas,
descalza y en andrajos,
descalza y sin futuro,
descalza.
A veces, la vida,
muere a ratos, que no es poco,
para en seco su corazón
y espera lánguida, amarilla,
que la llame el amor
para volver a vivir
como si nunca hubiera
estado vencida.

lunes, 19 de mayo de 2014

Poesìa deforme

Viñeta de Kalvellido

De tanto mirar los ojos del espanto,
de tanto tocar la piel tiroteada,
de tanto besar las muertes y sus tumbas
se deformó mi poesía.
Se hizo ronca su voz,
ásperos sus frutos,
envejeció entre blasfemias
y renació entre las ruinas.
De tanto oír llorar a los vencidos,
de tanto oler el hambre y sus cenizas
de tanto amar a contraviento
a quienes caen cerca y lejos de mi misma
se deformó mi poesía.
Se deformo el verso por el plomo,
se deformó el poema por el grito y las heridas,
se deformo la mano de tanto deletrear el hueso roto,
el nombre de los verdugos,
el cráneo sucio,
los  nombres sin sepulturas.
Se deformó el verso poco a poco.
Dejé de ser poeta de mansedumbres
para convertirme en poeta tullida de paz y de canciones.

domingo, 18 de mayo de 2014

El futuro

Viñeta de Kalvellido

Las detenciones de los  que se expresan con furia o rebeldía son el pan nuestro de cada día.
Están prohibidas algunas fotografías, algunas banderas, algunas ideas.
Están en la cárcel políticos, sindicalistas, gentes comunes y corrientes que se niegan a aceptar mansedumbres.
Están procesados poetas, cantantes, amas de casa, jóvenes, ancianas, por decir lo que les dicta la rabia.
Y así las cosas, las cárceles se llenan, los tribunales se llenan, se esparce miedo.
La persecución, el hostigamiento, el acoso va en aumento. Poco a poco, el imperativo de estarse quietos y sobre todo callados se extiende como la lepra sobre nosotros.
Es ingenuo pretender que a los fascistas se les aplique este rasero de mordazas y rejas, ellos sostienen el sistema, son sus perros más rabiosos.
 Podrán decir lo que les venga en gana. Y cada vez lo harán con mayor impunidad.
La palabra es su objetivo, amputarla, partirla por la mitad.
Nos lo han quitado todo, nos han dejado a la intemperie enfermos, andrajosos, con hambre.
Ahora les queda  arrancarnos de cuajo la voz que canta contra los que mandan y nos joden el mañana.
Es otro desafío. Uno más.
Si nos cosen los labios, el futuro tendrá las alas cortadas.

sábado, 17 de mayo de 2014

Un dìa

Viñeta de Kalvellido

Un día escarbaré con mis uñas dignidades,
estaré junto a vosotros  gastando la tierra
y las calles.
Estaré para quemar el miedo a los libros y a sus claridades,
para poner mi cuerpo y mi garganta,
como hacéis vosotros con vuestras limpias pieles,
con vuestras pulcras palabras,
con vuestras arterias limpias de rendiciones.
Un día dejaré los versos y sus jaulas,
dejaré los ojos que me piden
tanto amor y tanto cuidado
para andar en esta noche oscura
al lado de cada corazón en carne viva.
Estaré en el grito y en la rebeldía,
sin poemas,
 a la intemperie,
como hacéis vosotros
cada día.

viernes, 16 de mayo de 2014

¿Què serà de nosotros?

Viñeta de Kalvellido

¿Qué será de nosotros mañana
cuando los niños caminen sonámbulos,
cuando los viejos agonicen meados,
cuando las sillas de ruedas sean
tronos para unos pocos?
¿Qué será de nosotros
cuando cerremos a cal y canto
las casas, los párpados,
y el deseo de estar codo con codo
acechando el luto y las injusticias?
¿Qué será de nosotros si el salario no alcanza,
si nos roban a destajo,
si nos matan poco a poco y  por la espalda desde pulpitos, estrados y codicias?
¿Qué será de nosotros mañana,
cuando la poesía sea una sierva,
cuando las ideas desaparezcan,
cuando las cadenas no hagan ruido porque estamos quietos
cuando las mordazas no se quiten ni a la hora del amor y de la siesta?
¿Qué será de nosotros, si uno a uno claudicamos,
si uno a uno aceptamos la mala suerte
de existir callados,
callados y solitarios
callados y reventados?
¿Qué será de nosotros mañana
si hoy cedemos el paso
a tanto,
tanto látigo?

jueves, 15 de mayo de 2014

No quiero

Viñeta de Kalvellido

Yo no quiero un mundo lleno de poetas con miedo.
No quiero un mundo donde callen que ya no hay sudarios para los pobres,
como en aquellos tiempos pretéritos
cuando impusieron silencio a los vencidos.

No quiero pensar que callaremos
ahora que hace falta
esa voz irredenta que amenaza
la impunidad del plomo y de las rejas,
la impunidad del odio y la codicia,
la impunidad del necio y del verdugo.
No quiero pensar que dejaremos sola
la casa y el sembrado,
sola la cárcel y el mendrugo,
solos los llantos y el olvido,
solos a los cantores que
se ponen en pie aunque les cueste la vida.
No quiero un mundo donde los poetas callen
que la piel tiene sed,
que la tierra es de unos pocos
 que si callamos todos
es segura la derrota.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Esta boca es mìa

Viñeta de Kalvellido

Dicen que no puedo decir que hay muertes que me resultan indiferentes, que si lo digo, no soy solidaria, que apesta mi violencia, que me coloco por escribirlo en ese lugar peligroso y perseguido donde es posible el golpe, el insulto o el presidio.
Dicen que debo cerrar la boca, tragarme la lengua, enjaular las ideas y seguir la vida como si nada.
Pero no puedo.
Dicen también que cualquier cosa que se diga es enaltecimiento del terrorismo, bien si cantas, bien si haces poemas, bien si aúllas a contraviento en este mar de indiferencia o si te expresas tal cual te revienta la rabia.
Dicen todo esto para sitiarnos uno a uno en un coto de silencio, donde el miedo a pensar es la cuerda que nos ahorca.
Dicen todo esto algunos de los que se dedican a escribir o que les gusta que les llamen intelectuales o pensadores o lo que es peor, librepensadores.
Y  lo expresan allá donde pueden, sabiendo que la palabra es su materia prima y que la voz que disiente hoy más que nunca peligra y lo dicen para no desafinar en esta canción tenebrosa que acorrala la palabra, su palabra, nuestra palabra.
En fin,  da vergüenza estos días ver a alguna gente del  oficio temblando al escribir, titubeando al hablar, agachando la cabeza.
Balbuceando mansas proclamas pacíficas, cerrando los ojos,  participando, cómplices, del escarnio al que son sometidos aquellos que sí quieren ser libres.

domingo, 11 de mayo de 2014

Decidle al poeta

Imagen de Diego Mena

Pedidle al poeta que no tenga miedo
a cantar y a llorar a un mismo tiempo
por los muertos rojos,
por las rojas heridas,
por las banderas rojas,
por los rojos pueblos
que sangran en este momento.
Pedidle al poeta que dé un paso adelante
con sus versos de acero,
con su voz en pie,
con su puño firme
con su amor entero
por la vida libre.
Decidle que no se esconda,
que no secuestre el poema,
que no sepulte la canción,
que no anude su garganta,
que los muertos son más muertos
si los poetas  callan.

La sàtira

Pronto serán las elecciones europeas.
Vuelven los cuentos de la buena pipa. Los escenarios se montan y desmontan a velocidad de vértigo.
El telón se levanta, la sátira comienza.
Caramelos y globos para los niños, para los adultos, miedo.
Miedo al pasado, al futuro, miedo.
Las palabras se travisten.
La barbarie con chaqueta de pana y vaqueros.
Algunos temas no se tocan, es un pacto entre caballeros.
La Europa más sucia representa el papel de la democracia.
El público, en andrajos, escucha.
Piensa que podrá participar de la farsa, piensa que al besar la urna, le saldrán  a sus pies descalzos unos zapatos.
Piensa que podrá cambiar las cosas.
Pero se hace de noche y el telón se baja.
Quedan los pueblos más solos, aún más desesperados.
Sólo frío, sólo estrellas, el show ha terminado.
Los actores se desmaquillan, cambian su traje de faena por otro más adecuado y se olvidan del público entregado que les regaló su voto y sus aplausos.
Teatro, sólo era teatro.
Hasta dentro de unos años que regresarán quizá con nuevo reparto, quizá con un nuevo  texto pero seguro que con las misma podredumbre en sus pensamientos.

viernes, 9 de mayo de 2014

Que despierten los ciegos

Que despierten los pueblos
que caminan ciegos.
Se acercan las bestias
a conseguir la victoria
del hambre y del plomo
del hambre y del miedo
del tiro en la tripa
del sable oxidándose en sangre caliente
mientras ellos duermen.
Que despierten
los que nunca se atreven
a mirar el terror de las muertes.
Abrid esos ojos malditos, esos párpados quietos
que las cruces antiguas se agitan sin tiempo.
Que vendrán a por todos,
también a por ellos,
también querrán hacer con sus huesos
astillas para el fuego.
Que despierten los ciegos,
vienen a por todos.
También a por ellos.

jueves, 8 de mayo de 2014

El tendero

Viñeta de Kalvellido

Esta mañana, cuando fui a comprar el pan, el tendero, al devolverme el cambio, quiso hacer un comentario trivial, uno más de los que se hacen a esas horas, en lugares de paso y de confianza.
El hombre me dijo después de una leve introducción sobre lo mal que está todo, que el pesimismo le invadía, que no creía en los brotes verdes y que la deuda no íbamos a terminar de pagarla nunca.
Yo,  que soy poco conversadora, a esas horas además, en las que sólo deseo reajustar mis huesos para empezar mi tarea diaria, a esas horas, digo, en las que no me cago en dios, porque no creo en ese tipo, pues me llegó el comentario como un pellizco y le respondí secamente:   yo creo que esa deuda simplemente no hay que pagarla y quise marcharme del lugar como si tal cosa, rumiando la vida.
Pero se indignó con mi respuesta, bien porque no esperaba estas  palabras  de alguien a quien ve todos los días pero que nunca participa de sus conversaciones o bien porque le pareció una ofensa verdadera eso de cuestionar algo tan simple.
Le entró la risa y me miró como si fuera un bufón.
Comenzó a levantar un poco el tono de voz, jocosamente,  las deudas hay que pagarlas, decía, si no se pagan los intereses nos devoran y bla bla bla bla bla.
Los clientes que esperaban su barra de pan, se inquietaban, se movían lentamente de un lado al otro, como elefantes encadenados.
Yo quieta, en mi sitio, sin tomarme a risa nada. No entiendo, le dije, esa cantidad tan inmensa de dinero que dicen que debemos todos, incluidos los niños desnutridos, incluidos los enfermos, los parados, los viejos, los estafados, no entiendo, insisto, cuando fue el momento en el que nos beneficiamos de ese préstamo que dicen que pedimos.
No creo, continuè, que ninguno de nosotros se haya beneficiado de ese dinero, creo que más bien estamos siendo perjudicados.
Entonces, ¿por qué pagar algo que nos diezma?
Y me he ido del lugar.
Seguramente esta mañana llovieron carcajadas a mis espaldas.
Pero yo no me rio, estoy triste por esto,  porque me apena escuchar propaganda zafia de gente que trabaja de sol a sol. Entristece esta ausencia de preguntas, esta mansedumbre, este soportar lo que venga porque los que mandan así lo ordenan.
Volví a casa y no podía dejar de pensar en el tendero que utilizaba su púlpito para ser vocero.
Mañana regresaré a comprar el pan de nuevo, quizá me espere con su discurso obediente, quizá quiera disuadirme pa que no diga más bufonadas, quizá me venda ahora su pan con temor  o quiera seguir tirándome de esta lengua a veces algo deslenguada.
No sé, seguramente si supiera que soy poeta, me miraría de otra manera y se apiadaría de mis demencias.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Los indiferentes

Viñeta de Kalvellido

Ustedes,
los que vivís ajenos al espanto,
los que no sabéis secar las lágrimas
de los que lloran enfrente.
Los que contáis estrellas
pero no miráis que bajo ellas
cae un hambre oscura,
los que bebéis del cáliz  de la indiferencia
y no cantáis  a contraviento
y no ayunáis entre los escombros de tanta vida en ruinas
y no existe para vosotros  el tibio beso de un enfermo.
Ustedes,
vosotros,
gentes sin golpes y sin muertos,
con casa, qué bien,
con salario, qué bueno,
bostezad a escondidas
que llevamos el peso de muchos siglos
existiendo de rodillas.
Que no os veamos encogiendo los hombros,
que no os veamos dando la espalda a las pústulas ni a los suicidios,
que no os veamos risueños mientras mueren o morimos.
Porque un día, quizá mañana,
parirà el pueblo nuevo aires.
De libertad, qué bien,
de amor, qué bueno,
y en ese amanecer
no habrà lugar para los que sólo miraron el cielo.


lunes, 5 de mayo de 2014

El miedo

Viñeta de Kalvellido

Yo sé que el miedo lo puede repartir
una persona cualquiera
pero más allá de este miedo cotidiano
que crucifica a niños, a  viejos, mujeres, o enfermos
está el miedo que pone yugos
y silencios.
Ese miedo callado,
tremendo miedo que baja la mirada
o da la espalda o peor aùn, calla golpes, cárcel
o metralla.
Yo sé que el miedo hoy, husmea letras y canciones,
se cuela en la ideas
y nos vigila desde dentro
para que afuera no aullemos
el dolor de vivir como parias.
El miedo nos hace la guerra,
uno a uno,
poco a poco,
nos acecha,
deja muñones inservibles
donde hubo alas.
Es un mercenario
al servicio de quienes  gobiernan.

Agazapado bajo la piel,
va pudriendo
las palabras y los días
hasta que nos arrodilla.

domingo, 4 de mayo de 2014

Dejadme ser comunista

Imagen de Diego Mena

Dejadme ser comunista,
dejadme escribir este poema triste
tan triste como las horas
que caen una tras otra
sobre la carne abrasada.
Hermanos, dejadme,
dejadme ser camarada
mientras escribo estos versos
que duelen al ver victoriosas las cruces gamadas.
Hoy, si me dejáis,
seré sombra en el horror que se clava,
como se clava el miedo,
como se clava la barbarie
en los pueblos que se levantan.
Hermanos, dejadme,
dejadme  ser camarada,
para alzar mi puño y mis palabras
contra ese odio financiado
por la codicia lejana.

sábado, 3 de mayo de 2014

Lo siento

Es horrible ser poeta ahora mismo.
Seres humanos calcinados  en Odesa.
Y mañana nos contarán un cuento.
el de los buenos y los malos.
el cuento de las democracias,
el cuento que nunca acaba.
Pero los han masacrado,
por comunistas, quizá,
por defender sus ideas, tal vez.
Por plantar cara a la barbarie de la cruz gamada y la bandera con barras y estrellas.
Cuánta barbarie se repite en la historia.
Què horrible ser poeta hoy, ahora mismo,
aullando entre muertos y ceniza
aullando,  
aullando,
aullando.
con sólo silencio y luto
silencio y miedo,
silencio y rabia.
Con sólo este silencio que sangra mis palabras.
No puedo escribir hoy un poema.
Lo siento,
me duelen demasiado la memoria y las entrañas.

jueves, 1 de mayo de 2014

Ay, yo no sè

Viñeta de Kalvellido

Ay, yo no sé
dónde están los obreros,
dónde quedaron las palabras decentes
los puños alzados
las cadenas arrancadas con hoces y martillos.
Ay, yo no sé, dónde quedaron los talleres
que poblaron las barriadas de mujeres
creciendo a pesar de los dioses y los látigos.
Ay , yo no sé
dónde quedaron todos
los que entonces desafiaron
la mala muerte
de los explotados.
Ahora, yo lo sé,
vamos solos y en harapos,
guardamos turno para recibir la limosna de los amos,
acostumbramos a los hijos a las caries y a los piojos,
y vivimos rotos en las jaulas que nos prestan a cambio de desahucios.
Ay, yo no sé,
yo no sé cuàndo será fuego este rescoldo del pasado,
cuándo veremos este desierto solitario
de hombres con los brazos caídos
de mujeres tristemente quietas,
de niños errantes sin letra,
de viejos con memorias sepultadas bajo el fango de las democracias.
¡Ay¡
 yo no sé si volverán aquellos tiempos
de fuerza y desafío
donde tenían miedo
los que ahora lo han perdido.