ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

lunes, 28 de octubre de 2013

Si vamos a querernos

Viñeta de Kalvellido

Si vamos a querernos tú, yo, nosotros,
lo haremos  sin tregua,
con algún unicornio en vigilia,
más de un mapa
y un manojo de palabras leales al destino.

Nos querremos desde dentro,
desde el fondo,
aunque ambos sepamos que no existe el paraíso,
aunque ambos sepamos que amarse
es hacer historia sin escribas.

Si vamos a querernos tú, yo, nosotros,
lo haremos como se quieren los amantes corrientes,
a veces con ritmos distintos,
a veces desnudos,
a veces
pero nunca sin mirarnos de frente.

Si vamos a querernos, tú, yo, nosotros,
lo haremos  porque sólo amándonos seremos libres.

14 comentarios:

  1. Enigmático el “nosotros”, que no sé si abarca algo más que a dos seres para alcanzar una dimensión colectiva. En cualquier caso pienso en dos clases de amores muy diferentes. Está el que une a dos personas, que bastantes veces traza un círculo que los aísla de la realidad del Mundo o los une contra este desde un posicionamiento amoral (“con aquél o aquella que amo bajo cualquier circunstancia”), y ese amor a lo que es una abstracción. Abstracción porque ¿se puede amar aquello que no tiene nombre ni rostro? ¿Ha habido alguien que haya podido realmente amar al prójimo, a Dios, a la Patria o a una causa por muy bella o justa que ésta fuera? Es diferente cuando, inconscientemente, reconstruimos en nuestra mente esas cosas con elementos, si se quiere difusos e inconcretos, que nos lo hagan reconocibles y cercanos.
    “Aunque ambos sepamos que no existe el paraíso”
    A estas alturas de la Historia de ambos el camino a la libertad solo es caminar. Aunque no podamos acabar de asesinar al que nos golpea es importante devolver la bofetada mientras nos quede un aliento de vida.
    Tus palabras, Silvia, hacen buena pareja con el trazo siempre poderos de Kalvellido

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    1. TU comentario, me dejó reflexionando, es difícil amar lo intaginble, claro, es el desafío que debemos aceptar, o su contrario, odiar lo tangible que no es otra cosa que el espanto, el horror.
      Quiza así, sea màs fácil dibujar nuestro amor a la vida, que ineludiblemente pasa por el amor a la libertad y a la justicia. Gracias, por hacerme pensar, es un hermoso regalo. Un abrazo.

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  2. Lo que es un regalo, Silvia, es aquello que te hace pensar y a la vez sentir artísticamente. Leí una vez a alguien que decía que San Juan de la Cruz era "más mejor" que Santa Teresa porque escribía lo mismo que ella pero en verso.
    Y no hay que pensar (es lo que creo, vaya), que a través del formato “musical” de la poesía, el que escribe versos se muestre, en su lenguaje críptico, más protegido (de cara a la galería) que el escritor de prosa. Porque en esa fusión entre palabra comprometida y libre fluir de sentimientos, el que escribe poesía comunica haciéndolo desnudo, desprendido de las formalidades estilísticas con las que se han escrito incluso los manifiestos más incendiarios; es decir, sacudiéndose el pudor, y por tanto exponiéndose abiertamente a los dardos del público con el valor del que sale solo, a pecho descubierto, al campo de batalla.

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    1. Ay, detrás de tu anonimato, hay un poeta, seguro, alguien de oficio, lo sè, tus comentarios hablan màs de lo que dicen.

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    2. ¿y usted, desconocido comentarista, puede facilitar a esta poeta pueblerina un lugar virtual donde leer esas obras de teatro?. ah, y por cierto, creo que Lorca decía que el teatro era poesía hecha humana o algo así, entonces, comparta, comparta, comparta¡¡¡¡

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  3. La verdad es que no soy poeta de oficio ni de otra clase. Como me ha faltado valor, lo que he querido decir en una hoja en blanco lo he puesto en boca (esto es escudado) de personajes de obritas de teatro muy envarados que, dentro de unos años, serán el postre (ni siquiera figurarán como primer plato de menú) de unas cuantas polillas.

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  4. ¿Por qué "pueblerina"? Usted, Silvia, se ha "proyectado" hacia fuera de sí misma, enfrentándose con sus versos y artículos al gran público, a veces un público hostil, tanto a izquierda como a derecha. Por el contrario yo, un juntaletras, no lo he hecho siquiera en ningún medio virtual, cosa que me hubiera resultado útil para conocer su opinión, de modo que las obritas teatrales que he podido escribir han venido a ser algo así como el juego extéril de un niño dedicado a jugar con sus propios excrementos.

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    1. oh, hace tiempo aprendì que no hay peor enemigo que el que està dentro de nosotros mismos cortándonos las alas, poniendo mordazas en nuestros labios, atrofiando las palabras, así que venga, comparta su teatro y sea màs amable con usted mismo¡ seguro que los que queremos leer lo que escribe, lo agradecemos. Un abrazo.

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  5. Pienso, Silvia, que es muy raro que una persona escriba para sí mismo, con el único fin de guardar bajo llave de casa los papeles que garabatea, y que lo normal es hacerlo pensando en una suerte de comunicación estratosférica con los demás, aunque sea una sola persona en el Mundo. En relación con esto último me viene a la memoria el drama “A puerta cerrada”, de Sartre, en el que se representa un infierno habitado por tres personajes condenados a combatir-convivir entre sí. El objetivo de cada uno de ellos en esa lucha se vería del todo satisfecho con solo que consiguiesen el ¿amor?, ¿la estima?, ¿la consideración…? de al menos uno de sus dos “oponentes” (porque se vive como se escribe: bajo la mirada del Otro, y sin esa mirada que nos juzga y nos considera es como si no viviéramos, según el presupuesto existencial) Claro que luego está el asunto de cómo transmitir, dar a conocer, mostrar tus cuadro a un galerista etc. etc. para someterlo al juicio de los que deciden y patatín patatán, de lo que resulta hay un camino muy largo hasta poder conectar espiritualmente con ese ser “único” que bien pudiera vivir en la Guanchinchina.
    Me parece que la opción más socorrida que utilizan los escritores noveles para sacar sus trabajos de casa y les dé el aire es el certamen literario
    En el agujero podrido donde yo trabajaba antes se organiza un “prestigiosísimo” certamen de estos al que hace años se presentó un tal Juan Manuel de Prada, mucho antes de ganar el Planeta y ponerse a predicar homilías en la caverna mediática. Yo me encargaba de sacar los cuentos de los sobres, numerarlos, clasificarlos en pilas, apertura de plicas, procesamiento informático de los datos y demás tareas burocráticas. Algunos de esos cuentos venían del otro lado del Atlántico y, al ver yo las enormes pilas acumuladas en los estantes de un archivo polvoriento, pensaba en las horas juntas dedicadas a escribir todas aquellas cosas, en las ínfulas de muchos de los participantes, en sus esperanzas, en sus frustraciones, en los dramas que uno atisbaba entre tanto papel (bueno, y también pensaba en el Amazonas)
    Solo una vez conocí en persona a un autor que se personó en la oficina para preguntar por el fallo en la edición de aquel año. Después de facilitarle la información salió del edificio cabizbajo, literalmente hundido, deshecho, lo que se dice convertido en una piltrafa humana. Aún no era un señor mayor (signifique eso lo que signifique) pero él sabía que ya no era joven. Además hacía una tarde horrible de otoño, con un viento caliente pegajoso y ese cielo plomizo que te provoca dolor de cabeza.

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    1. Querido comentarista:
      Sòlo se trata de unir con el cordòn umbilical de la palabra, juntar pedacitos de humanidad, revelar algunas verdades, dejar que se oree el corazón o las ideas, sòlo eso.
      Lo demás es para los que aspiran a ser ilustres, para los que piensan que esto es un arte y no un oficio, para los que viven convencidos de que su trascendencia es posible y necesaria. Para los demás, usted, yo, nosotros, està compartir, saber que al otro lado hay quien aùn se interesa por lo humano. Entonces, comparta, amigo, comparta. Ya e que no me va a hacer caso, pero soy vasca, joder, y por eso obstinada.

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  6. Tiene usted razón, y valoro mucho que conciba la escritura como oficio frente a esa jactancia y esos discursos ampulosos habituales acerca de la creación en cualquiera de sus disciplinas (y sé de lo que hablo después de pasarme unos años trabajando en una institución cultural llena de fantasmas de un tipo muy diferente a esos que pueblan Escocia, tan glamorosos ellos) Aunque tampoco es menos cierto que, a veces, la única manera simple y llana de compartir, sin mayores pretensiones, pasa por cosas como publicar y etc., y en este sentido los caminos son los mismos tanto para aquellos vanidosos muy convencidos de la necesidad de su trascendencia al que usted se refiere, como para los otros. Pero tampoco es un tema este al que yo quiera darle demasiadas vueltas, porque no es bueno que uno se pase más de la mitad de su tiempo pensando qué hacer con el producto en lugar de fabricarlo aunque sea solo para rascarse el culo, lo que me recuerda a ciertos autores que no hacen más que hablar del trabajo de escribir y sus circunstancias, o a esas gentes de teatro que se pasan las horas reflexionando sobre el oficio de actuar etc., de modo que el mundo que los rodea no existe más allá de su profesión, y cualquier cosa que producen es como esa pelusilla de colores que les sale a los hombres en el ombligo
    Por cierto que acabo de leer su artículo “Recién parida”. Parece que la Historia no finalizó, tal como predijo ese empleado a sueldo de los EE.UU, Fukuyama, y que aún podremos disfrutar de una larga serie de ilusiones y derrotas. (Y perdona, Silvia, mi incontinencia verbal, pero me pasa lo mismo que aquél que se disculpaba por escribir a su amigo una carta muy larga aduciendo a que no tuvo tiempo, o la capacidad, para escribirla más corta)

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    1. Querido comentarista:
      Usted tiene los músculos de la escritura muy bien ejercitados. Es elocuente, inteligente y apuesto un poema de 30 versos a que ya tiene obra publicada.
      No sè còmo llego a mi blog, me alegro de que aùn estè con ganas de responder. Pero ¿acaso entre dos desconocidos no puede usted darse la libertad de cederme por un rato algo de lo que escribe?
      Sospecho que sabe muy bien el lugar que ocupa en este mundo, la lectura que pueda hacer esta poeta pueblerina no variarà nada su solidez, usted lo sabe, yo lo sè.
      No se preocupe por su anonimato, mi cultura literaria es pobre y no podría adivinar quien se esconde. Un abrazo.

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  7. Silvia, la verdad es que no tengo nada publicado, con lo que… en fin, que me sentiría muy halagado de recibir de usted ese poema de treinta versos. (Pero no, no se sienta obligada que es broma)
    Lo único que he publicado (y vía Internet) son las entradas de un extinto blog de temática política global que, en su tiempo, me dio grandes satisfacciones tales como: pinchazos a mi teléfono móvil por parte del gobierno del Ayuntamiento, amenazas anónimas a través del foro (una de ellas de muerte por parte de un exdiputado regional señor del ladrillo), rondas de la policía municipal en las cercanías de mi antiguo lugar de trabajo los días que salía a las once de la noche con el objeto de intimidarme, así como rondas alrededor de mi domicilio (hasta la noche en que saqué a mi perra a pasear y esta se vengó en mi nombre meándose en la rueda del coche patrulla), visitas a mi centro de trabajo de energúmenos deseosos de realizarme una operación de extracción dental gratuita, alguna que otra visita a los juzgados tras denuncia de un agente de policía propietario de un conocido prostíbulo de la zona y un largo etc. Una etapa apasionante en la que descubrí con toda su crudeza, a través de la investigación de casos de política de Personal y Urbanísticos, la naturaleza del heroico cuerpo de los agentes de la policía local, de la guardia civil, de los dos partidos mayoritarios, de los “sindicatos”, de la Justicia, de todo el Sistema y por ende de la condición humana.
    Llegué a su blog después de haber leído un artículo suyo en Kaosenlared con el que estaba completamente de acuerdo. En mi vida solo he escrito dos veces en foros ajenos; la primera vez merecí el epíteto de “trostkista” por parte de otros comentaristas, stalinistas furibundos que tienen aquél por el peor insulto imaginable, y en el otro el de “fascista” y “torturador” aprovechando que cometí el lamentable error de escribir “Euskal Herria” colocándole una tilde a la “i”, lo que me posicionaba como un sujeto desligado absolutamente de la cultura vasca y, por tanto, incapaz de comprender cualquier aspecto del “conflicto” para opinar sobre el particular con un mínimo de imparcialidad. Por eso, cuando leí las reacciones que provocó aquel artículo suyo titulado “El folclor revolucionario”, más desmesuradas si cabe cuando se dan entre personas que comparten supuestamente el mismo espectro ideológico, pues se ganó mis simpatías y me animé a pinchar en el enlace a su página. Ya había leído antes cosas suyas, pero fue partir de ese momento cuando inicié una búsqueda más exhaustiva por Internet.
    (Y si, Silvia, me sentiré halagado de cederle algo de lo que he escrito, solo que ¿de qué manera podría hacérselo llegar? ¿Quizás por correo electrónico? Si no considera conveniente hacerme saber el suyo a través del foro de su página, puesto que quedaría a la vista de todo aquel que la visite, podría escribirle yo el mío para que me lo enviase allí.
    Y no, no crea que no me afectaría su opinión, pues "yo solo siento sus labios como espadas”, que cantaba Aute. Pero no tema por mí; la derrota o el sentimiento de fracaso pueden derivar en un estado de melancolía que, como todo el mundo sabe, puede llegar a ser a la larga el más dulce de los sentimientos, sobre todo cuando se vive junto al mar ,con sus crepúsculos, las gaviotas y toda la pesca)

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    1. ay, si es que no hay como ser poeta y además vasca pa conseguir lo que se me pone en el entrecejo, je, je, mi correo electrónico es: silviasope@gmail.com, y gracias o eskerrik asko (con todas las tildes que se imagine y donde lo imagine) un abrazo.

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