ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

lunes, 21 de junio de 2010

El làpiz y el martillo

Viñeta de Kalvellido

El mundo parece derrumbarse a los pies de la codicia y nuestra sociedad, acomodada en la impotencia, en la indiferencia, prefiere ser tratada como un ser frágil, moldeable, prefiere no elegir su propio destino y se sienta a esperar que el mercader examine sus dientes y lo ponga a la venta.
El crimen es casi perfecto, perseguimos la zanahoria, que mueve el molino, que engorda la avaricia y unos pocos bolsillos.
Mientras todo esto ocurre con absoluto descaro, vemos a personas empeñadas en meter el dedo en la llaga del sistema.
Esta gente tiene nombres y apellidos comunes.
Entre ellos es difícil encontrar artistas de una sola pieza, artistas que no se venden, que radiografían la realidad, que ofrecen su mirada, su crítica, su incomodidad, su dentera, que nos prestan sus ojos para que seamos nosotros los que veamos. Uno de esos artistas es Juan Kalvellido.
Sus dibujos no dejan lugar a la duda, no tienen un solo eufemismo, se ponen de frente, nos miran desnudos, verdaderos, atravesados por la libertad de querer comunicarnos que sólo se es libre si se mira para adentro, donde el corazón trabaja.
Hay en todos sus dibujos un empeño feroz por no dejar quieta la realidad, por querer transformarla en un lugar más habitable, donde no haya sitio para los desahucios, ni el hambre, ni las masacres.
Es un arte que muere y nace con cada día. Que nos dispara en la sien, en los labios, en el pecho. Es un arte que duele, que mide la desesperación, que la atosiga, que la acorrala con sarcasmos, que la golpea con sus colores, con sus trazos para al final arrancarnos una sonrisa.
Es difícil, como digo, encontrar en estos tiempos de nausea, el arte al servicio de las utopías. Kalvellido lo hace, acepta el desafío de mantener el pulso firme. Dibuja para conseguir junto a otros, a muchos otros, borrar de este mundo aquello que de nada sirve: la amnesia y la barbarie.

1 comentario:

  1. Silvia, cada día leo tus versos cargados de utopías, y te digo que es todo un oasis en el desierto, pues es una vuelta a la terquedad y lucha, en medio de un mundo lleno de aridez, desgano y acomodamiento.
    Alguien dijo por ahí, que el artista está llamado a construir la maqueta de la nueva sociedad, y creo que tú, junto a muchos otros mas, hacen parte de ese contingente artistas que cada día arrancar para plantar la esperanza de un mundo mejor. Felicitaciones.

    ResponderEliminar