Ya la gente no tiene trabajo y si lo tiene es precario.
Ya la gente no tiene casa y si la tiene no puede pagarla.
Ya la gente no tiene ahorros y si los tiene, la urgencia de
vivir le obliga a gastarlos.
Ya la gente no tiene comida y si la tiene la ha mendigado o
la toma prestada de los supermercados.
Ya la gente no tiene calor en invierno, no tiene luz en el
techo, no tiene agua para llenar las lágrimas que se resecan con tanto dolor a
bocajarro.
Ya la gente no tiene palabras y si las tiene no puede
usarlas y si las usa puede terminar encarcelado.
Ya la gente no tiene derechos. No tiene zapatos. No tiene
plazas, ni calles, ni piedras.
Sólo tiene dioses de barro y alcahuetas.
Solo tiene dentera.
Solo tiene una esperanza que desespera.
Sólo tiene huesos castigados, memoria acribillada, fascismo
de toda ralea.
Y cada día más grilletes,
más jaurías,
más jaulas y pesebres.
Ya la gente está en pelotas, nada tiene, sólo tiene su
presente.