ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

viernes, 28 de diciembre de 2012

A contracielo


Viñeta de Kalvellido y MªJosè Dafunccio
 Vamos como animales  hacia el matadero.
Caminando despacito, cada cual con sus asombros y quejas, con sus incertidumbres, sus herencias, sus pobrezas, sus indiferencias.
Casa cual, a duras penas, logrando una supervivencia  apretada de amor y de lucha, mirando al mañana porque mirar el presente da nausea.
Cada cual haciendo malabarismos con la alegría.
Pero los niños empiezan a llegar desnutridos a las escuelas y los viejos mueren sin recompensa y ya los jóvenes  se exilian lejos vomitados por una bandera  demasiado vieja.
Y ya los harapos, los pies descalzos, la mendicidad, las colas en los comedores solidarios, las caries, los suicidios, los desahucios, las calles convertidas en dormitorios, los sueños podridos poco a poco, la dignidad caída de bruces en las puertas , las súplicas, los porfavor, la mordaza, los golpes en las plazas, los ojos reventados, los suicidios, las cárceles blancas.
Los detenidos, los detenidos, los detenidos.
Los que están a la sombra.
Los que están al borde.
Los que son sólo cifras.
Los que no encuentran la salida de emergencias.
Y ya todo esto es una derrota.
Todo este dolor es una derrota.
Y ya es una derrota el pupitre sin ideas, el cariño  a entregas, la ternura aplazada para tiempos mejores.
Y  solo nos queda la victoria.
Llenarnos de humanidad, desvestirnos el luto de la soledad, arrancar de nuestras entrañas esa ceguera que nos vuelve autistas, esos oídos selectivos que nos hacen ignorar los alaridos, esa mudez que nos cuesta la vida.
Tomar las calles, retar al miedo, recuperar  la voz que canta, vivir en los otros, con los otros.
Construir, construir en este paisaje arrasado.
Alzar la frente  y curarse cada una de estas derrotas.
 Porque aún es posible.
Aún nos queda corazón
latiendo a  contracielo.

viernes, 21 de diciembre de 2012

A vuestro lado


 Viñeta de Kalvellido
Los jóvenes no tienen la rabia cansada, la estrenan cada día, no se dejan poner el cascabel que nos arruina.
Sin  ideas viejas, se enfrentan, cara a cara, con la bestia.
No permiten que les cercenen la vida, no entienden de rendiciones, sueñan y sueñan.
 Cantan y aman y aman y aman hasta  hasta que la piel, las lenguas deletrean cada una de las batallas que empiezan y no dejan a medias.
Tenemos tanto, tanto que aprender  de vuestro espanto, de ese sentimiento que  os pone en pie porque  la sinrazón que nos manipula y gobierna es antigua y ahora mismo os revienta.
Y yo quiero estar junto a vosotros, limpiarme los años de la fétida experiencia, abrirme las entrañas para que entre algo de savia nueva.
Nuevas desobediencias, nuevos lenguajes con los que combatir el frío y la desidia.
En las universidades, en el tajo, en el exilio, limpios de miedo, limpios de silencio, limpios.
Obstinadamente victoriosos en las barricadas, en las plazas, enfrentándoos con sólo humanidad a un sistema que nos depreda.
Quiero hacerme vieja junto a vosotros, apretar a vuestro lado los dientes y alzar el puño  para que no mueran mis poemas deformados, oxidados por la distancia que dan los años.
Muertos no sirven.
Sólo son útiles si llevan el aliento y la alegría de quienes aún no conocen retaguardias ni deserciones.
De quienes  no se sientan a llorar, ni aceptan limosnas, ni se dejan hipnotizar con palabras vacías.
Quiero sencillamente hacerme joven junto a vosotros porque deseo más razón  y rebeldía.

 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Mnesaje navideño del rey


Viñeta de Kalvellido
Mensaje de Navidad del rey:
Queridos españoles:
Me llena de orgullo  comprobar que la recuperación de la memoria es, a día de hoy, una realidad.
Con gran esfuerzo estamos consiguiendo rescatar  la figura del caudillo, nuestro prócer.
Atrás van quedando los días en los que vagos, maleantes, barbudos, paseaban  tranquilos  sin que nadie se atreviera a llevarlos a la cárcel.
Al fin, nuestros defensores, armados hasta los dientes, tienen carta blanca para protegernos de los niños, de los viejos, de los enfermos, de los cabreados, de los estudiantes o de los parados, de los hambreados o de los emputecidos que día a día desafían  este limpio sistema que  manchan  con su sangre.
Todos los españoles, vascos y no vascos, debemos agradecer la consolidación definitiva de la patria  a los austeros empresarios, a las banqueros decentes, a los jueces justos, a los políticos prístinos,  de la gran labor que están realizando para que este país no envidie a otros imperios ni sus felonías.
Aceptemos el látigo, la tortura, la miseria, la genuflexión, los vientres inflamados de hambre y de rabia, como un mal menor, un pellizco, un guiño, un orgasmo pequeñísimo.
A todos os quiero como quiere un rey a sus súbditos; arrodillados, callados, mansos.
A todos os quiero como os quiso mi caudillo; amordazados, en harapos, iletrados.
A todos os deseo que dios y la bandera os protejan de vosotros mismos, de vuestras quejas, de esas malas conciencias que podrían hacer temblar a la reina de todos los españoles, vascos y no vascos.
Mis vasallos, mis sirvientes, mis esclavos, dios salve al caudillo, dios salve al rey y a los hijos de sus hijos.

Y vosotros, ¡podríos!.                                                            

lunes, 17 de diciembre de 2012

La prohibiciòn



Viñeta de Kalvellido
Yo propongo una prohibición, una sola, una prohibición ingenua.
 La riqueza desmedida tan obscena y nauseabunda, nace de la violencia. Digan lo que digan.  Está claro que la sostienen millones de brazos hambrientos, millones de seres condenados a la muerte, podridos por las enfermedades , reventados en las guerras, crucificados en el tajo, esclavizados por las deudas.
Esto es una verdad incuestionable.
Los enriquecidos, los que exhiben su impunidad, esos déspotas bendecidos  por la cruz, son criminales. Sus huellas digitales están impresas en todos los cadáveres.
No existe honradez entre quienes diezman la vida en nombre de la codicia.
Son delincuentes de la peor ralea. Francotiradores alegres. Asesinos en serie.
Roban, estafan, mienten, explotan, enferman, guerrean, inventan, mutilan, torturan, amordazan, entrenan para matar, pagan para matar, cobran por matar.
 Viven extrañamente vacíos de humanidad, por eso la rematan con sus tiros de gracia.
Y por eso yo pienso que donde mejor estarían estos genocidas es entre rejas. Sabemos sus nombres, van siempre  a cara descubierta y de sus rostros gotean millones de litros de sangre ajena.
La realidad es la prueba. Prohibamos la riqueza.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Siglos de miedo


Viñeta de Kalvellido
Sólo encuentro una explicación mínimamente razonable para comprender cómo es posible que ahora mismo las calles no revienten de rabia:
El miedo.
 Siglos de miedo.
Miedo en las venas y en las placentas, miedo a todas horas, fragmentado, televisado, a jornada completa.
Miedo a hablar, a perder, miedo a la victoria.
Miedo a abrir el corazón, miedo a la violencia.
Miedo a la libertad, miedo a saber, miedo a romper nuestras cadenas.
Miedo a tocar, miedo a besar, miedo a derribar los muros de la indiferencia.
Miedo a la verdad, miedo a reír, miedo a cantar con todas las letras.
Miedo a la memoria, miedo a estar de pie, miedo a la decencia.
Miedo a limpiarse el miedo.
Miedo a morir.
Miedo a las blasfemias,
a los perros de guerra,
miedo a curarse la ceguera.
Miedo a tener sueños,
miedo a las calles vigiladas, al control de nuestras vidas,
miedo a no tener muros ni fronteras,
miedo a las ideas.
Miedo a uno mismo,
miedo por los padres y los hijos,
miedo al presente y al futuro.
Miedo por todos los lados, infame miedo, miedo desde dentro, miedo palmo a palmo, gota a gota, miedo lamiendo lenguas.
Miedo, jodido miedo, viejo miedo que nos amedrenta, que para en seco las quejas, que arrastra pueblos a las tinieblas.
Miedo, frío y tenaz miedo que mastica el día a día y lo vomita imponiendo su silencio de hambre y calaveras.
Jodido miedo que respiramos casi sin darnos cuenta.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El sistema està podrido


Viñeta de Kalvellido
El sistema esta  podrido.
Los viejos se mueren más pobres de lo que fueron cuando en tiempos del caudillo les robaban el pan, la infancia, las ideas.
Se mueren de una vida en el tajo sin salud y sin descanso.
Se mueren rotos por dentro, rotas sus vísceras y sus arterias, rotos sus sueños, rotos por el asco que les produce la limosna, el regreso de la cruz, el látigo y la bandera.
Nuestros viejos se mueren en harapos, sin  recibir una pizca siquiera de la riqueza que toda una existencia estuvieron generando.
Y mientras la realidad  se pudre, ellos tiemblan porque les amenazan con arrancarles su vergonzante puñado de monedas, sienten escalofríos porque están enfermos de enfermedades que les incrustó la miseria, se lamentan de la crueldad de tanto hijo de la grandísima que no les respeta  porque ya no son rentables ni sus brazos, ni sus quejas.
Muchos  salen a husmear en los basurales para llevar alimento a sus hijos desahuciados, a sus nietos hambreados.
Tienen el frío de la supervivencia incrustado en el tuétano.
Y que no me vengan con cuentos,  este ensañamiento con los vulnerables  sólo se arregla reventando de una vez el sistema para construir un lugar nuevo donde morirse en calma y con la dignidad intacta.

lunes, 10 de diciembre de 2012

La verdad



Viñeta de Kalvellido
Lo cierto es que llevo días pensando en la fuerza  de la verdad.
En cómo hacer posible que se abra paso entre tantas mentiras vertidas a lo largo de los siglos.
Estamos sentados sobre ellas con naturalidad, las digerimos, incuestionables desde la infancia, las masticamos con calma, las repetimos una y otra vez, como si fueran nuestro aliento y son nuestra derrota.
Yo sé que es doloroso desandar el conocimiento, cuestionárselo todo desde dios hasta la patria, desde la vida hasta la muerte.
Pero hemos llegado a un lugar sin retorno en el que sólo la verdad podrá hacernos libres. Sólo ella podrá reventar las cadenas que ahogan nuestras ideas y no las dejan avanzar hacia paraísos de amor y de ternura verdaderos.
Creo que es urgente rehacer las palabras, todas, vaciarlas del sinsentido que les está otorgando la historia, volver a parir a los héroes y a las heroínas que nunca quisieron ser estampas en camisetas, a los escritores que renegaron de medallas y de flores, a los ideólogos que jamás soñaron con estas rebeldías ordenadas y sumisas. Su verdad era otra.
Su palabra era otra.
Su lucha fue contra un sistema que ahora mismo utiliza su fuerza y la tergiversa.
Respiramos mentiras, mentiras a medias, o completas, mentirijillas, falacias enormes y sangrientas, nos hemos acostumbrado a ellas.
Y ya va siendo hora de usar la verdad para combatir en esta guerra.
Debemos cambiar el curso de la historia.
Los hambreados de la tierra podemos  sin duda, escribirla de nuevo, nuestro destino es la victoria, no quedar para siempre en la memoria como los vencidos, sin razón y sin remedio.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Serà posible


Viñeta de Kalvellido
Escribo estas líneas con  la esperanza ingenua  de la poeta que persigue con palabras poco útiles no una pizca de justicia,  si no la justicia completa.
Paso los días pensando que quizá pronto un tribunal popular castigará los crímenes de nuestro tiempo, no sólo los de sangre  y  cuerpos náufragos en medio de escombros. No sólo esos, tan impunemente crucificados, arrinconados en la historia, convertidos en ceniza.
También escribo pensando que un día, quizá, esos otros crímenes sean deletreados en un tribunal popular y cada uno de los que ordenaron sus muertes lentas sean confinados a una existencia vigilada y entre rejas.
Hablo de la triste realidad en la que vivo. Hablo de los millones de personas que no tienen derecho a vivir una vida sin la herida lacerante de la pobreza, hablo de los que la originan y son sus responsables, hablo de esos pocos que  derraman indigencia en las calles, que se nutren con el dolor de la miseria que generan, que no ven la costra que dejan.
Hablo de los vulgares matones que nos gobiernan, de los alguaciles de este sistema que nos depreda, de los canallas democráticos que esparcidos por el mundo sepultan, suicidan, envenenan.
Y pienso que quizá un día rendirán cuentas ante cada uno de los pueblos que diezman, que estarán acompañados por esos amos que en la sombra luminosa  nos saquean  y que de nada les servirán los sobornos, las traiciones.
Es fácil demostrar quienes son los hacedores de este presente que lleva en sus arterias violencia.
 Sus nombres están escritos en la lista Forbes.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El pudridero real


Viñeta de Kalvellido
Cada día la constitución huele peor.
Las palabras que hay escritas en ella tienen mal aliento.
Están empastadas con desigualdad porque dejan bien atado que un solo hombre entre todos puede hacer lo que le venga en gana; enriquecerse, ser idiota o criminal y seguir en palacio como si nada.
Es decir ya desde su inicio,  la izquierda  aceptó gustosa esta fábrica de privilegios, traicionando las conciencias de todos aquellos que se dejaron la piel por la república
Después de esto es fácil imaginar que hicieron oficio de la felonía, blindados por unas palabras que han dejado este país en carne viva.
Da escalofrío mirar, manadas de seres humanos vaciados de sus derechos, huecos, huérfanos.
Gente a la que ya sólo le queda la calle, el hambre, la nausea.
Gente pobre y con dolores.
Gente vieja, gente joven.
Personas corrientes, hechas con sudor y con sangre que no pueden celebrar una constitución que los convirtió en súbditos.
Hoy no es un día de fiesta, todo lo contrario, es un día de luto, Franco vigila para que se cumpla a rajatabla lo que dejó dicho.
Cada vez que sale el sol y comprobamos que no hay pan, techo, ni salario sabemos que el asesino tuvo demasiados hijos.

lunes, 3 de diciembre de 2012

607



Viñeta de Kalvellido
El 12 de enero, otra vez, una vez más, en Bilbao, se escuchará un solo grito.
Un grito agrio, desde las entrañas, que quiebra la sinrazón y recuerda a  los que viven entre rejas, repudiados por una justicia autista que mueve los hombros y clava sus uñas sucias en el tuétano de un pueblo que ni es sordo ni manco, ni está afónico.
El 12 de enero, un solo abrazo como un nudo inmenso, un solo puño como un monte de piedra, un sólo numero que cuenta los corazones presos.
La sed es larga pero nuestras lenguas no están fatigadas, no se agotarán los labios de repetir sus nombres hasta que estén en casa al lado de nuestros huesos y esperanzas.
Los queremos, aquí y ahora, sin ruegos, sin concesiones.
Los queremos cerca, sanos, sin cadenas perpetuas.
Porque no pensamos darnos por vencidos.
Porque nadie ni nada puede contra un pueblo que sale a la calle con  su razón, con  su coraje.
Con su verdad completa.
Con sus alas desafiantes,
con su voz irredenta, gritando un sólo número:
el de los prisioneros políticos vascos, el 607.

 

domingo, 2 de diciembre de 2012

La conjura de los falsos (6 de diciembre de 1978)


Viñeta de Kalvellido

Los conspiradores de la patria celebrarán dentro de unos días  esta democracia, atada y bien atada por una manada de traidores que prefirieron rubricar la constitución que nos ponía  de rodillas.
El conjuro de los falsos, de los que eligieron el camino corto de la genuflexión, de esos que han pasado a la historia con su nombre en las calles y funerales célebres.
Qué triste memoria la de esa izquierda que aplaudió la desigualdad  a espaldas de los exiliados, de los perseguidos, de los torturados, de los  asesinados  en el paredón o en las cárceles.
Cortesanos de la impunidad, de la sangre deforme, del desfalco.
Guardaespaldas de una patria que se pudre gracias a sus golpes.
De ellos es la responsabilidad de estar hoy en el abismo, porque ofrecieron la bandera a los mercados, impusieron a un rey idiota, y nos unieron por cojones aunque muchos no quisimos y nos revelamos al destino de vivir en este cortijo.
Sabemos los nombres, no es necesario repetirlos, son los mismos que hoy, palaciegos, callan los secretos y  viven alejados de esta miseria, bien pagados y tranquilos.
El 6 de diciembre, fue firmada nuestra sentencia.
Aquel día, quedaron al desnudo las felonías.
Y que no nos vengan con cuentos, los defensores de esta mierda, son sencillamente los alegres herederos  del caudillo.
La realidad suscribe lo que digo.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Contra las cuerdas


Viñeta de Daffunchio y Kalvellido
Dejan de comer para gritar que no puede ser, que no,
que su dignidad se alimenta con resistencia,
que son un pueblo sin rodillas.
Las cárceles aúllan, gritan,
la vida está en riesgo,
cada segundo que pasan sin pan,
pone más contra las cuerdas a ese gobierno que los revienta.

No se derrumban los ojos que cantan, que sueñan,
no se derrumban los pueblos que  hablan entre rejas,
la impunidad corre por su venas y esto les da fuerza.
Los siglos no pudieron con ellos,
no pudo con ellos el sable,
ni el plomo,
ni el golpe,
no pudo con ellos la historia.
Mucho menos va a poder con ellos el hambre.

 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

La palabra no es una amenaza


Viñeta de Kalvellido
Ya ni la palabra constituye una amenaza.
Todo fue aullado con rabiosa impotencia.
Todas las calles se llenaron de voces exigiendo el fin de la deudocracia, el punto y final del despotismo, de la rapiña, de la extorsión a los pueblos que ni para comer ya les alcanza.
Todo esta dicho pero la palabra sola no basta.
Porque mientras se juntan letras e ideas hay quienes mueren de lástima, hay quienes caen empujados al abismo, hay quienes mendigan o enferman o se dejan matar muriendo en silencio sin que lo sepa nadie.
La pobreza obedece órdenes y se incrusta poco a poco en la piel de los más débiles.
Recorre impúdica los barrios para sacar por la fuerza a familias que no tienen más que frío y hambre.
Acosa, terrible, a quienes no tienen salario. A los que  trabajan a destajo, les coloca el yugo de la mansedumbre,  a los que malmueren esperando un cambio, un guiño, un golpe de suerte, les agarra de las conciencias para que no hablen.
Y así resistimos esta noche larga, llevando a rastras la ternura y los harapos, abriendo en carne viva la miseria para que se vean todas sus heridas, lavándonos los ojos a cada paso, errantes de palabras que ya no son armas, que ya no doblegan, que ya no consiguen debilitar a los canallas que se reparten los cráneos, las casas y el pan, sin cansarse.
Y así, caminando  con esta cruz impuesta, con estas vidas quebradas por caudillos de urna fácil, y de imposible decencia, es inútil la palabra, no les importa.
Ni la que escribe epitafios, ni la que canta.
Y por eso, yo digo, si la palabra reventada en gritos por todas partes, no detiene un solo instante esta violencia cruda ¿cómo haremos para construir un lugar nuevo donde quepa la esperanza, donde podamos amamantarla libremente con justicia?

viernes, 23 de noviembre de 2012

Las muertes blancas


Viñeta de Kalvellido
Antes pensaba que los de abajo nos quedábamos con las sobras de la vida, ahora estoy convencida de que ni siquiera eso. Ni siquiera.
Cada vez está más claro que es cómodo y eficaz darnos muerte.
 Invisibles, desterrados, limosneros, sin salud, sin letra y sin justicia, la metástasis es completa.
A golpe de ley y de impuestos, a fuerza de represión, de castigos insolentes, de impunidad, de descaro, las calles se llenan de harapos, de viejos insolventes y desahuciados, de emigrantes enfermos, de seres crucificados por la precariedad.
Y esto es matar limpiamente.
A los francotiradores  no les hace falta plomo, no necesitan afilar los sables, ni soga para las horcas .Las urnas fueron su mejor excusa, la democracia su mejor trinchera y la crisis el arma más masiva de todas las que nos cayeron.
Por eso, a estas alturas, encontrarse  con aquellos que no se hacen preguntas, con esas personas que aceptan este destino trágico y mastican los mendrugos agradecidos y soportan el látigo con estoicismo y no se sienten furiosos por pagar una y mil veces los dolores, por quedarse fuera de las leyes, por recibir ostias a mansalva, es  el golpe de gracia que nos dan en nombre de unos cuantos verdugos.
Porque a todos nos toca morir esta muerte y todos debemos hacerla frente, yo desafío a los mansos y les digo que si no desean cambiar su presente al menos que dejen libre el camino y no nos avergüencen.

 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El ejèrcito de amargura


Viñeta de Kalvellido
Un día  los ejércitos de amargura desfilarán harapientos pero hermosos, mutilados pero cantando, de luto pero esperanzados.
Participaremos de este escuadrón de vida firmes aunque malheridos,
Y no habrá trampa ni soborno posible y todos los caídos, todos, recuperarán su sitio.
Y todas las penas, todas, serán sepultadas junto a la codicia y sus denteras.
Ese día sin infiernos, sin plomo, ni cenizas, sin azufre, ni fósforo, sin fuegos, tendrá castigo cada una de las felonías, Cada uno de los que ordenaron arrancar de cuajo el destino de los niños, de los empobrecidos, de los que no supieron ni quisieron  callar, tendrá que rendir cuentas por su negligente humanidad.
Y sobre este imperio de largos silencios, de profecías siniestras, de justicias caducadas, de impunidades terroristas, se edificará un mundo de ternura, lejos de los olvidos y de sus piedras, lejos de democracias zurcidas con espanto, lejos, bien lejos del metal y de sus deudas.
Ese día sin vértigo, un ejército en harapos, armado con hambre y con coraje desfilará  irredento por  los pueblos.
Y pobres de aquellos que miraron para otro lado mientras este horror en el que sobremorimos andaba errante.
Tendrán que explicar por qué los cadáveres llevan su firma, por qué fueron tan cobardes.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Elogio de la masacre


Viñeta de Kalvellido

Israel hace elogio de la masacre.
Deben creer que su dios es el carnicero de una porción de humanidad, que sus profetas necesitan cadáveres, que derrumbar la vida es el camino que les conducirá al paraíso.
Israel se adueña de la impunidad y enorgulleciéndose de ella insiste en su esquizofrénica violencia.
Amos de la ira, del plomo y del soborno de su economía pasan a cuchillo a un pueblo que mastica todos los espantos, día a día.
Y este terror profundo que sentimos al ver su bandera ondear sobre los cuerpos descuartizados, sobre las casas reventadas, sobre la tierra reseca de esperanza, da nausea.
Más allá de las calaveras, de la carne deshecha, de los muertos, queda un mundo que hoy no es capaz de detener a estos abortos de paz y de justicia.
Queda un mundo inútil, a la deriva, cómplice y testigo de un genocidio, otro más, para avergonzar a nuestros hijos.
Y que no nos vengan con cuentos, son millones los israelíes, muchos los que podrían alzar la voz en nombre de ese dios que pilota drones, que derrama azufre, que revienta niños, son muchos, demasiados, los que tienen suficiente poder como para poner a esta bestia de una puta vez en su sitio.
Si  no ocurre, si no paran esto en seco con la fuerza de su religión, si  sigue perpetuándose, y la guerra es su mejor oficio y las urnas eligen otra vez a un asesino, nos quedará bien claro que los enemigos no sólo son los que tienen nombre y apellidos, también los  que anónimamente los eligen y dicen después: “yo no he sido”.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Los sepultureros



Viñeta de Kalvellido
El infierno existe, sabemos quien es su dueño. Estamos cansados de gritar su nombre hebreo.
Maldito país que  masacra niños.
Malditos los soldados que descuartizan cuerpos que no conocieron juegos.
 Máquinas de matar a quienes no les queda una pizca de humanidad.
Rompen los brazos de los niños para quebrar su resistencia, los matan sabiendo que matar infancias es su mejor medalla.
El corazón se les acelera si aciertan en el blanco, si  los cuerpos están descuartizados, si el terror es una saeta eterna.
Huelen a pólvora, a holocausto,
Expertos en crueldad, vomitan insolencia.
Y no siento pena cuando cae uno de ellos.
No siento que su sangre valga ningún precio.
No creo que sus gritos merezcan ser tenidos en cuenta.
Son hijos de la sin razón, sepultureros de oficio, menores de edad jugando en serio con la muerte.
Y si caen, partidos en dos,  yo lloro por los que cayeron antes.
Cuando brindaron sobre el cadáver de una mujer y de sus hijos, yo lloro y les maldigo por los siglos de los siglos...  

 

Pasar pàgina (reseña del libro "El llanto, la sangre, el fuego" de Rafael Calero


Esta es la democracia, de los que firmaron el armisticio sin memoria, de los que no hablaron en nombre de los sin nombre.
Esta es la democracia de los que  aceptaron de rodillas las condiciones impuestas por quienes devastaron un país que renacía.
No es la democracia de los que tuvieron que esconderse  para poder subsistir en mitad de la felonía.
                                                                        *
Cada pueblo  mira el ayer y se desangra, cada pueblo tiene ojos en la espalda.
Cada pueblo se convierte en pueblo a la deriva si olvida las vidas que fueron empujadas al horror de una muerte vengativa y gratuita.
                De esto habla el libro de Rafael Calero.
De cómo es urgente seguir el rastro dejado por el espanto para que no se apuntale más  impunidad, para que no mueran más veces nuestros muertos.
Este libro señala el pus que se amontona bajo  cicatrices cerradas  a golpe de transiciones cobardes.
El autor mete el puño en esas llagas. Y lo saca lleno de llanto, sangre, fuego y palabras.
No todos los libros son necesarios.
Sì son necesarios aquellos  que desatan la afonía, que arrancan de cuajo la mordaza de esta democracia hipócrita que ahogó  el recuerdo de miles de seres humanos que  fueron pasados a cuchillo, tiroteados en los cementerios, semienterrados en las cunetas con el brazo izquierdo fuera.
Este libro es de esos pocos que sobreviven a la hoguera, que no se convierte en polvo, en ceniza, en nada.
Se queda incrustado donde la memoria cerró los ojos resecos y allí permanecerá hasta que  los abra y pueda llorar al fin, todas sus lágrimas.

martes, 13 de noviembre de 2012

Tragarse la lengua


Viñeta de Kalvellido
Tragarse la lengua
para exiliar las palabras en el foso trágico de las gargantas que no dicen nada
es tragarse, podrida, una vida que  claudica.
Callar hoy la amargura, el escalofrío, la pedante felonía que  avanza paso a paso,
es deshuesar los sueños y sus gritos
para sepultarlos deprisa en las tinieblas de la cobardía.
Bajar la voz,
cerrar  la casa por dentro, agriar el pan que se mendiga,
oxidar el compromiso con quien  maldice esta lenta profecía de respirar  a plazos, despacio, de prestado,
es matarse poco a poco
ciego, mudo, esclavo.

 Dejarse sobornar por el espanto
y ver al que lucha como un estorbo,
alguien que merece el látigo, el castigo
es morir para los otros.
 No dejar que la voz acompañe
tu dolor, nuestra impotencia,
los epitafios ásperos con los que
nos amargan los días
es ceder los hijos
para que hagan con ellos
dóciles cadáveres
que solo trabajan.

 Y ya no tienes tiempo para ser neutral.
La quietud de tu silencio
masacra
a quienes apuestan
por un mundo sin canallas.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El batallòn


Viñeta de Kalvellido
Es como si este gobierno estuviera diciendo con voz muy clara: ustedes van a ser desangrados, se pongan como se pongan.
Y reciben aplausos, golpecitos europeos en la espalda y todos tan contentos.
El crimen ha venido para quedarse mucho tiempo, le han preparado una guarida protegida por ideas viejas de no violencia, de clasismo rancio, de estoicismo peligroso, de mansedumbre ciega.
Y joda a quien joda, mate a quien mate, arrase, diezme, masacre, se hace, por cojones, lo que manden.
Nos han declarado la guerra.
Han arrasado nuestras casas, nuestras fábricas, nuestros hospitales, nuestras escuelas.
Han exhibido, obscenos, su poderosa violencia.
Y nos encadenan con la amargura de vivir esta vida sembrada de deudas.
El presente es un campo de batalla, el enemigo cuenta con  mercenarios blindados en las urnas a quienes no les tiembla el pulso cuando caen y caen los cuerpos muertos  de desesperación, de impotencia, de miseria.
Y que no nos vengan con más cuentos, su propósito es construir sobre esta tierra devastada de humanidad un lugar dócil  donde   los emputecidos, los parias, los invisibles, los de abajo, pidan por favor, por caridad, pan o trabajo y si lo exigen, lo reclaman, lo toman por las malas serán decapitados con las leyes en la mano.
Este es nuestro mundo ahora mismo, dejémonos de eufemismos, de discursos tibios, de lenguajes conciliadores, en nosotros está defender la dignidad de quienes no nacieron para esclavos, de quienes saben muy bien que el imperio avanza con su corte de sicarios.
Está en juego la vida, no es tiempo de esconderse en amarguras, la calle silenciosa espera que revienten de una jodida  vez los alaridos.

 

martes, 6 de noviembre de 2012

La excusa perfecta


Viñeta de Kalvellido

La democracia de hoy día es una amenaza para los pueblos, es la excusa perfecta para vestirnos con harapos y ponernos en la calle a mendigar pan y trabajo.

Obligada a travestirse, cortesana y sin modales, lleva escrita en la frente la palabra muerte.
Y cada cuatro años pasea indecente su cráneo deformado, su calavera.
Lo cierto es que estamos hartos de repetirlo, de insistir con este estribillo; nadie elige la pobreza, nadie, que yo sepa ,elige la tragedia de un desahucio, ni una guerra más allá de las fronteras, nadie, apuesta por las rejas , ni por los golpes caídos igual que metralla en las protestas.
Nadie elige que lo estafen, ni que empujen a los hijos a un futuro sin ideas, nadie puede elegir la enfermedad con el solo remedio del dinero, nadie puede desear que le impongan una cultura inculta, una memoria olvidadiza, una paz a medias, una esperanza que espera y espera.
Nadie, joder, nadie puede ser tan ingenuo como para elegir cada cuatro años a unos canallas autistas que ponen a la humanidad a cuatro patas y le arrancan, con saña, la piel a tiras.
¿Entonces?, ¿Cómo es esto posible?, ¿Cómo permitimos que la impunidad se eternice?
¿En qué momento dejamos de estar atentos, vigilantes, al acecho?
Es una buena coartada para el crimen. En nombre de la democracia, caen los pueblos, caen las vidas.
Cae la libertad y sobre todo, cae de bruces la justicia.

sábado, 3 de noviembre de 2012

El luto

Los niños visten el luto de los desahucios,

se amontonan, sobre las aceras,
quietos,
contando con los dedos los negros días de este invierno,
los negros futuros,
los llantos negros,
los oscuros silencios.

Los niños, con la rutina agrietada de tanto sufrimiento bajo un mismo techo
envejecen los minutos,
sin juegos
como si no fuera ya el tiempo del amor y la cordura.

A la intemperie se rompen los regazos,
se apuntala el espanto de vivir una vida
con solo miedo y harapos,
con sólo malos presagios,
con sólo una infancia rendida a los pies de los embargos.

A estos niños
no les llegó una pizca de justicia en el reparto.
No alcanzó para ellos un poco del abrigo
que prometen, insolentes, las cruces, los martillos.
Ni la piedad ni la utopía quisieron
devolver al niño lo que es del niño,
expropiar de cualquier modo para ellos
un lugar donde nunca llueve.
La infancia
viste luto en las aceras,
las palabras no apedrean

y este mundo,
tan total y tan obsceno como la muerte,
crucifica la infancia
y siente deleite.





martes, 30 de octubre de 2012

La cleptocracia

Viñeta de Kalvellido

¿Qué más pueden hacer los gobiernos para declarar la guerra a la democracia?

¿Qué eufemismos pueden ya inventarse para esconder la verdad siniestra de que vivimos en una cleptocracia mundial donde el que más roba y mata es el que más alardea de demócrata?
El sistema se colapsa, se empobrece la humanidad completa mientras unos pocos raposos aumentan su delirante riqueza a costa de convertirnos en carne a la venta. Y sobre toda esta violencia, sobre todo este terror diseminado por la tierra con la excusa de las urnas, esperan, que nos quedemos de brazos cruzados, aguantando este espanto de vivir pidiendo permiso para ser libres dentro de las jaulas.
Y a estas alturas chirría el discurso del pacifismo bendecido y patrocinado por las oligarquías. No le tienen miedo, ha sido fabricado por ellos.
Yo sé que estas palabras ásperas que cuestionan las flores, las canciones, el amor envasado al vacío, sumiso, y tan delirante como ineficaz pueden hacer que se diga que apuesto por afilar los sables.
Pero es que la paz lleva siglos en cuarentena. No la conocemos ni de cerca. No sabemos nada de ella.
¿Qué nos queda entonces si no es su conquista?
¿Cómo conseguir paz si la violencia nace en las entrañas de la bestia?
¿Alcanzaremos a amedrentar con pacifismo, con tolerancia, los crímenes que se perpetuán?
Me temo que subestimar a los poderosos es pensar que aceptarán un armisticio cuando casi han ganado la guerra.