Viñeta de Kalvellido
Hoy me pregunto cómo se puede llegar a ser tan gilipollas.
Resulta que estos días hemos visto a la gente tomar la calle, llenarla de rabia, de proclamas furiosas, de dignidad y en medio de todo esto, en mitad de las ostias que se dieron a mansalva, en el puto centro de este desafío, con las jaurías acechando, ávidas de demostrar quien es el que manda, una joven estúpida, aparece desnuda acostada en el suelo con un cartel a sus pies, explicando no sé que del amor.
Obviamente ha tenido su minuto de gloria. Pero no por eso da menos náusea.
La gente ahora mismo vive con menos de nada, caen como pedradas los salarios, los trabajos, los desahucios, el hambre acecha, la paz es una quimera, se suman los detenidos, los heridos, los encarcelados, nos dan caña por todos los lados con mordaza, miseria, impunidad y democracia de guerra y a una joven no se le ocurre otra cosa que dar rienda suelta a su mediocridad enseñando las bragas.
Me repugna este folklorismo revolucionario.
Y quizá haya quien diga, que fue una heroicidad con las porras golpeando los cráneos, habrá quien diga, que es la metáfora de la resistencia pacífica, en fin, seguro que habrá tantos boludos como ella, pero a mí que no me vengan con cuentos, gente así jode verla.
¿Podría alguien explicar a estas personas que se besan frente a las cámaras, que invitan a los policías a pasar al otro lado, que silban las banderas republicanas, que se denudan o follan o hacen lo que les viene en gana que si la gente sale a la calle con toda esta violencia a cuestas es porque está todo vendido, es decir, el pan, el techo, el abrigo?
Que alguien les explique que es un asunto muy serio, que si quieren notoriedad mejor elijan el atajo de masturbar a los tiranos.
ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO
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domingo, 30 de septiembre de 2012
Sepultura
Viñeta de Kalvellido
No consigo comprender la torpeza criminal de este gobierno y de los que le precedieron.
Porque no es que cometan errores, no es que deslicen su ideología hacia lugares tan pretéritos como peligrosos, es que insisten, demoniacos, y brindan cara al sol sobre el cadáver de una democracia que nunca existió.
Con dialéctica suicida se pasan el testigo y cada vez es peor, cada vez que asoman el hocico es para descuartizar más trozos, para matarnos otro poco.
Impunidad para estafar, robar, saquear, mentir, encarcelar.
Sólo ellos tienen libertad para cambiar el futuro, para arrancarnos la poca vida que nos van dejando.
Porque la pobreza es esclavitud, digan lo que digan.
Lo grave de todo es que sólo podremos plantarles cara desde esa conciencia, que previamente fueron aniquilando. Hoy la tarea es abrir los ojos para ir un paso por delante de la rabia, para sobrepasar la indignación y construir ideas firmes que desafíen con rotundidad no sólo al gobierno de turno, también este sistema que nos depreda.
Conocemos sus métodos, el manejo de los medios a su antojo, la utilización de las leyes para convertir en crimen las protestas, y para combatir este delirio sólo tenemos las manos vacías, los pies descalzos y el pensamiento coherente que debe aullar sin descanso hasta sacarnos a todos del letargo.
Son tiempos duros, huele a muerto en las urnas, en nosotros está darle o no sepultura.
No consigo comprender la torpeza criminal de este gobierno y de los que le precedieron.
Porque no es que cometan errores, no es que deslicen su ideología hacia lugares tan pretéritos como peligrosos, es que insisten, demoniacos, y brindan cara al sol sobre el cadáver de una democracia que nunca existió.
Con dialéctica suicida se pasan el testigo y cada vez es peor, cada vez que asoman el hocico es para descuartizar más trozos, para matarnos otro poco.
Impunidad para estafar, robar, saquear, mentir, encarcelar.
Sólo ellos tienen libertad para cambiar el futuro, para arrancarnos la poca vida que nos van dejando.
Porque la pobreza es esclavitud, digan lo que digan.
Lo grave de todo es que sólo podremos plantarles cara desde esa conciencia, que previamente fueron aniquilando. Hoy la tarea es abrir los ojos para ir un paso por delante de la rabia, para sobrepasar la indignación y construir ideas firmes que desafíen con rotundidad no sólo al gobierno de turno, también este sistema que nos depreda.
Conocemos sus métodos, el manejo de los medios a su antojo, la utilización de las leyes para convertir en crimen las protestas, y para combatir este delirio sólo tenemos las manos vacías, los pies descalzos y el pensamiento coherente que debe aullar sin descanso hasta sacarnos a todos del letargo.
Son tiempos duros, huele a muerto en las urnas, en nosotros está darle o no sepultura.
jueves, 27 de septiembre de 2012
En carne viva
Viñeta de Kalvellido
A mí me parece que las cosas están es su sitio, sin lugares intermedios, sin lenguajes tibios.
Al fin se ve la realidad en carne viva:
La policía azota a la población que se rebela, la patea, la insulta, se ríe de ella, la acosa, se salta a la torera los mínimos, no se identifica, dispara a quemarropa, hiere, muestra a los ojos de todos que su salario está muy bien ganado; alguna paga extra para los infiltrados, barra libre para los más sanguinarios.
Los políticos que nos están defenestrando asoman para decir que los buenos son los mansos, los que no se la juegan, los que aceptan silenciosos el desahucio de un país, el yugo y las cadenas.
Los medios de comunicación, siempre tan bien desinformados, intentan minimizar, ridiculizar, intoxicar, meternos en el saco elástico de la violencia para que los incautos sigan confiando en sus mesías, para que permanezcan con sus conciencias atrofiadas mientras ahí fuera una marea humana saca pecho y desespera .
Los sindicatos mayoritarios, ese puñado de colaboracionistas, guiñoles del sistema, hacen mutis por el foro. Como si no fuera con ellos lo que está pasando, rezan para que su silencio ponga palos en la rueda a este carro de combate que es la disidencia.
Y así las cosas, por el otro lado, cada vez hay más gente que se para en seco y piensa que esta suerte de destino que nos están dibujando, no es otra que fascismo. Y como tal hay que combatirlo.
En fin, pienso que todo está mucho más claro, que queda un camino largo, que aumentará la represión, que la oligarquía suplicará más palos y condenas, que la realidad será tan cruda, tan salvaje que ni los medios, ni las jaurías, podrán esconderla y que un pueblo rabioso y despierto no cederá ya en su empeño de inventar un futuro con la alegre alquimia de quienes se ponen en pie y pelean en esta guerra silenciosa de pobreza y deudas.
A mí me parece que las cosas están es su sitio, sin lugares intermedios, sin lenguajes tibios.
Al fin se ve la realidad en carne viva:
La policía azota a la población que se rebela, la patea, la insulta, se ríe de ella, la acosa, se salta a la torera los mínimos, no se identifica, dispara a quemarropa, hiere, muestra a los ojos de todos que su salario está muy bien ganado; alguna paga extra para los infiltrados, barra libre para los más sanguinarios.
Los políticos que nos están defenestrando asoman para decir que los buenos son los mansos, los que no se la juegan, los que aceptan silenciosos el desahucio de un país, el yugo y las cadenas.
Los medios de comunicación, siempre tan bien desinformados, intentan minimizar, ridiculizar, intoxicar, meternos en el saco elástico de la violencia para que los incautos sigan confiando en sus mesías, para que permanezcan con sus conciencias atrofiadas mientras ahí fuera una marea humana saca pecho y desespera .
Los sindicatos mayoritarios, ese puñado de colaboracionistas, guiñoles del sistema, hacen mutis por el foro. Como si no fuera con ellos lo que está pasando, rezan para que su silencio ponga palos en la rueda a este carro de combate que es la disidencia.
Y así las cosas, por el otro lado, cada vez hay más gente que se para en seco y piensa que esta suerte de destino que nos están dibujando, no es otra que fascismo. Y como tal hay que combatirlo.
En fin, pienso que todo está mucho más claro, que queda un camino largo, que aumentará la represión, que la oligarquía suplicará más palos y condenas, que la realidad será tan cruda, tan salvaje que ni los medios, ni las jaurías, podrán esconderla y que un pueblo rabioso y despierto no cederá ya en su empeño de inventar un futuro con la alegre alquimia de quienes se ponen en pie y pelean en esta guerra silenciosa de pobreza y deudas.
lunes, 17 de septiembre de 2012
El coco
Viñeta de Kallvellido
Ahora es noticia que Esperanza Aguirre se va.
Pero personajes tan siniestros no se van nunca, ni siquiera cuando se mueren.
Es ingenuo aceptar esto tal cual, sin ver los tejemanejes que se planean a la sombra y que nos presentan con la candidez de una dimisión por motivos familiares.
La historia debería habernos enseñado lo suficiente como para saber que es otra puesta en escena, otro viraje del destino de esa mujer que sobrevuela las desgracias sin inmutarse.
A mí me da miedo, sabemos sus códigos, su manera de hacerlo todo por cojones, su palabra de acero y oro, no puedo imaginar cuáles son sus planes a largo plazo, qué escalón ascenderá en su trepidante carrera hacia el absolutismo.
Es probable que guarde silencio el tiempo suficiente para que olvidemos un poco su cara cínica, su clasismo descarnado, su litúrgica mano dura pero volverá fortalecida para dar el tiro de gracia a esta sociedad que no la temió lo suficiente.
Ojalá me equivoque y la enfermedad la retire a hacer crucigramas por las tardes.
Pero por si acaso, mejor nos preparamos para su regreso, escondamos a los niños, atrincherémonos con todo el armamento, el coco vendrá de nuevo y no precisamente a desearnos dulces sueños.
Ahora es noticia que Esperanza Aguirre se va.
Pero personajes tan siniestros no se van nunca, ni siquiera cuando se mueren.
Es ingenuo aceptar esto tal cual, sin ver los tejemanejes que se planean a la sombra y que nos presentan con la candidez de una dimisión por motivos familiares.
La historia debería habernos enseñado lo suficiente como para saber que es otra puesta en escena, otro viraje del destino de esa mujer que sobrevuela las desgracias sin inmutarse.
A mí me da miedo, sabemos sus códigos, su manera de hacerlo todo por cojones, su palabra de acero y oro, no puedo imaginar cuáles son sus planes a largo plazo, qué escalón ascenderá en su trepidante carrera hacia el absolutismo.
Es probable que guarde silencio el tiempo suficiente para que olvidemos un poco su cara cínica, su clasismo descarnado, su litúrgica mano dura pero volverá fortalecida para dar el tiro de gracia a esta sociedad que no la temió lo suficiente.
Ojalá me equivoque y la enfermedad la retire a hacer crucigramas por las tardes.
Pero por si acaso, mejor nos preparamos para su regreso, escondamos a los niños, atrincherémonos con todo el armamento, el coco vendrá de nuevo y no precisamente a desearnos dulces sueños.
lunes, 10 de septiembre de 2012
La guerra silenciosa
Viñeta de Kalvellido
Es evidente que estamos en guerra. La economía se ha convertido en un misil.
Y nada hay, de momento, que amenace la soberanía de la élite.
La sangre se derrama casi invisible sobre las deudas y la gran mayoría se entretiene con narcóticos que anestesian el dolor de las heridas producidas en esta inmensa batalla.
Cada cual cree sentirse a salvo, pero semana a semana, de manera fragmentada y asesina, los ataques continúan.
Recortes de salarios, impuestos cotizando permanentemente al alza, miseria a manos llenas, descomposición de la atención sanitaria, menosprecio a la educación, a la memoria, a la libertad, a los emigrantes, a los ancianos, a los discapacitados. Moral de bajos vientres imponiéndose con leyes.
Un sinfín de estrategias bélicas diseminadas en un tiempo corto, como ráfagas, para que corramos en estampida buscando refugio sin darnos tiempo a preparar una trinchera donde, todos juntos, resistir hasta la victoria.
Las armas son silenciosas, soldados y mercenarios frecuentan parlamentos y disparan con guantes blancos puestos.
La economía nos convierte en prisioneros y nos fusila rápida o pausadamente.
Y esto, que yo sepa, ocurre en las guerras más cruentas.
Es evidente que estamos en guerra. La economía se ha convertido en un misil.
Y nada hay, de momento, que amenace la soberanía de la élite.
La sangre se derrama casi invisible sobre las deudas y la gran mayoría se entretiene con narcóticos que anestesian el dolor de las heridas producidas en esta inmensa batalla.
Cada cual cree sentirse a salvo, pero semana a semana, de manera fragmentada y asesina, los ataques continúan.
Recortes de salarios, impuestos cotizando permanentemente al alza, miseria a manos llenas, descomposición de la atención sanitaria, menosprecio a la educación, a la memoria, a la libertad, a los emigrantes, a los ancianos, a los discapacitados. Moral de bajos vientres imponiéndose con leyes.
Un sinfín de estrategias bélicas diseminadas en un tiempo corto, como ráfagas, para que corramos en estampida buscando refugio sin darnos tiempo a preparar una trinchera donde, todos juntos, resistir hasta la victoria.
Las armas son silenciosas, soldados y mercenarios frecuentan parlamentos y disparan con guantes blancos puestos.
La economía nos convierte en prisioneros y nos fusila rápida o pausadamente.
Y esto, que yo sepa, ocurre en las guerras más cruentas.
sábado, 8 de septiembre de 2012
La caudilla
Viñeta de Kalvellido
La caudilla alemana ha venido a comprobar sobre el terreno la eficacia de las armas utilizadas en esta guerra.
El soldadito Mariano la recibe risueño y atolondrado, le enseña el muestrario del horror derramado sobre el pueblo y se dan un abrazo, sin protocolos pero un poco rancio.
El soldadito tiembla, la caudilla mira a los lados por si alguien se da cuenta de su amor descontrolado.
Ambos babean, se miran a los ojos, se meten mano. Pero no hay tiempo para lujurias si fuera del palacio aún queda armamento para ser estrenado.
Él dice que sí, que sí, que si, ella gruñe como sólo saben hacen los bárbaros.
Él dice yes, yes, yes, ella hace cuentas sobre nuestro espanto.
Él dice lo que quieras, dulce corazón, ella le pega un zarpazo.
Él dice me gusta, sigue, sigue así pero un poco más abajo.
Y ella le agarra de los huevos para pedirle que nos ahogue rápido.
Él se ríe a carcajadas, lo que quieras, mon amour, lo que quieras, mi alemana,
Firmo donde tú quieras para que consumemos, aunque sea sobre los escombros de esta tierra devastada.
Y así el pobre soldadito, pobre infeliz donde los haya, le hace un cunnilingus mientras ella esparce metralla.
¡Ay este soldadito criminal ¡
¡Ay, este pelele que firma con el pulgar lo que le dejó redactado su amada!
Ay, esta mujer de plomo consiguió lo que quería:
Que se crea el capitán general de los canallas.
La caudilla alemana ha venido a comprobar sobre el terreno la eficacia de las armas utilizadas en esta guerra.
El soldadito Mariano la recibe risueño y atolondrado, le enseña el muestrario del horror derramado sobre el pueblo y se dan un abrazo, sin protocolos pero un poco rancio.
El soldadito tiembla, la caudilla mira a los lados por si alguien se da cuenta de su amor descontrolado.
Ambos babean, se miran a los ojos, se meten mano. Pero no hay tiempo para lujurias si fuera del palacio aún queda armamento para ser estrenado.
Él dice que sí, que sí, que si, ella gruñe como sólo saben hacen los bárbaros.
Él dice yes, yes, yes, ella hace cuentas sobre nuestro espanto.
Él dice lo que quieras, dulce corazón, ella le pega un zarpazo.
Él dice me gusta, sigue, sigue así pero un poco más abajo.
Y ella le agarra de los huevos para pedirle que nos ahogue rápido.
Él se ríe a carcajadas, lo que quieras, mon amour, lo que quieras, mi alemana,
Firmo donde tú quieras para que consumemos, aunque sea sobre los escombros de esta tierra devastada.
Y así el pobre soldadito, pobre infeliz donde los haya, le hace un cunnilingus mientras ella esparce metralla.
¡Ay este soldadito criminal ¡
¡Ay, este pelele que firma con el pulgar lo que le dejó redactado su amada!
Ay, esta mujer de plomo consiguió lo que quería:
Que se crea el capitán general de los canallas.