Viñeta de Kalvellido
La libertad de expresión está amarrada a muchos yugos, a demasiados. Por lo visto, ya no vamos a poder decir, ni siquiera entre amigos, un “caguendios”, sin que nos delaten y nos lleven a los tribunales.
Tampoco vamos a poder cuestionar los crímenes en nombre de la cruz, ni a decir quiénes son los que primero crucificaron a los pueblos, mucho menos deberemos enseñar las tetas, ni vamos a poder irritarnos porque la iglesia está instalada como carcoma en los pilares del sistema.
Desde luego que no estaría bien que dijéramos que esconden crímenes, que protegen sátrapas, que son hipócritas, cínicos, que se sientan a la derecha del que manda. Que nadie diga que hacen apología de la injusticia con la resignación que aconsejan. Que hacen apología de la enfermedad y de la muerte porque el placer ajeno les da alergia.
Que a nadie se le ocurra preguntar qué hacen esos tipos con falda imponiéndonos sus ideas, cerrando la boca de quien no les reverencia.
Tienen un ejército que se enfurece enseguida, hombres y mujeres castos, rancios, con las manos siempre preparadas para coser labios.
Que nadie les diga que estamos hartos de esa España falsa, de tricornio, cáliz y revancha.
Que nadie les diga, que ese dios por el que tanto guerrean es un tipo charlatán, de derechas, que lleva siglos jodièndonos de mil maneras.
ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO
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martes, 29 de marzo de 2011
domingo, 27 de marzo de 2011
No somos invisibles
Viñeta de Kalvellido
No somos invisibles.
El sábado, en Bilbo, esteramos en la calle, un pueblo entero.
Nadie podrá decir que no nos ha visto, nadie podrá decir que somos nosotros los que no queremos la paz, que somos nosotros los que no queremos una democracia real. Iremos paso a paso, sin pereza, una vez más.
Porque no vamos a quedarnos en medio del camino, no vamos a quedarnos en ayunas sólo porque se empeñan en derrotarnos sin urnas.
Es la suya, una democracia ya sin vida, de fantoches y charlatanes que no aceptan nuestro desafío pacífico.
Es la suya una democracia que cobra al contado los crímenes, sembrada de mezquindades, estéril de conciencia, yerma de libertades.
Es la suya, una democracia arrodillada desde el principio, con olvidos bien zurcidos, es la suya una democracia de pacotilla.
El sábado estaremos en la calle para decir que no vamos a quedarnos quietos, que vamos a andar, que no hay piedra, ni golpe que nos detenga.
El sábado estaremos en Bilbo, por miles, avergonzando su lógica.
Porque somos nosotros los que queremos una democracia sin condiciones, que no deje fuera a quienes piden la paz y la palabra.
sábado, 26 de marzo de 2011
El latifundio
Viñeta de Kalvellido
El mundo es un latifundio vallado, a las puertas se agolpan países exigiendo pan para su hambre. A las puertas, los andrajos, los pies descalzos, las caries, las lepras, esperan que algo cambie.
Dentro, los dueños pasean su violencia, escoltan sus graneros, bombardean a los siervos.
Dentro, los países más fértiles viven acorralados.
Dentro, el amo, paga al contado, compra vidas, compra brazos.
Y necesita plomo para tenernos quietos, callados, acostumbrados.
Y necesita que lluevan narcóticos para así continuar explotándonos.
Y necesita mercenarios que revienten a los que no les besan los pies, a los que no están de su lado.
El mundo, es una enorme propiedad privada donde las semillas, el oro, el petróleo, el agua, el aire, están guardados a buen recaudo, donde todo está ordenado para exprimir hasta la extenuación la pobre riqueza de nuestro trabajo, donde vivimos de prestado, a contracielo, donde sólo existimos si estamos endeudados.
Y si no lo estamos, si no podemos someternos a esta servidumbre que nos ata bien atados, nos echan sin miramientos al otro lado.
Quiero vivir en paz
Viñeta de Kalvellido
Quiero vivir en paz. Pero no en una paz custodiada por el miedo. Quiero una paz real, sin guardianes, ni cadenas, ni tanques amenazando en la puerta.
Quiero vivir la inmensa paz de la justicia, la paz que no está tuerta.
Quiero vivir mirando a los ojos a los pueblos, sin este horror de saber que ahora respiran calcinados sus muertos.
Quiero vivir sin terroristas en los gobiernos, sin criminales elegidos por unos pocos, sin secuestradores de la urna y del voto.
Quiero vivir esta vida en paz, sin silencios ni remiendos, una paz con el estómago lleno, una paz a tiempo completo.
Quiero vivir en paz y no puedo, en todas partes es rentable la violencia.
Y yo no puedo quitar el fusil que apunta desde hace siglos su cabeza, no puedo aliviarle el dolor de sus recuerdos, no puedo recomponer sus despojos, no puedo darle aliento porque ahora mismo muere en nuestro nombre, desde las raíces está muriendo, muere en las masacres, muere en las excusas, muere aquí porque allí están las bestias.
Quiero vivir en paz, joder.
En paz, a secas.
Quiero vivir en paz. Pero no en una paz custodiada por el miedo. Quiero una paz real, sin guardianes, ni cadenas, ni tanques amenazando en la puerta.
Quiero vivir la inmensa paz de la justicia, la paz que no está tuerta.
Quiero vivir mirando a los ojos a los pueblos, sin este horror de saber que ahora respiran calcinados sus muertos.
Quiero vivir sin terroristas en los gobiernos, sin criminales elegidos por unos pocos, sin secuestradores de la urna y del voto.
Quiero vivir esta vida en paz, sin silencios ni remiendos, una paz con el estómago lleno, una paz a tiempo completo.
Quiero vivir en paz y no puedo, en todas partes es rentable la violencia.
Y yo no puedo quitar el fusil que apunta desde hace siglos su cabeza, no puedo aliviarle el dolor de sus recuerdos, no puedo recomponer sus despojos, no puedo darle aliento porque ahora mismo muere en nuestro nombre, desde las raíces está muriendo, muere en las masacres, muere en las excusas, muere aquí porque allí están las bestias.
Quiero vivir en paz, joder.
En paz, a secas.
jueves, 24 de marzo de 2011
Doy todo lo que tengo
Imagen de Guayasamìn
Hoy pido ayuda en estas letras, que alguien me diga el nombre de la píldora que sana la impotencia.
Doy a cambio todo lo que tengo: un puñado de versos, libros subrayados, las banderas que ondean en mi corazón, la música que recompone estas alas quebradas, doy todo lo que soy, apenas nada, apenas una mujer que se rasga.
Doy a cambio el asombro de vivir esta vida, mi amor proscrito, la ternura que remiendo sin violencia.
Lo doy todo, todo lo que soy, apenas nada, apenas viento, apenas paz, apenas.
Todo lo doy a cambio de esa pócima que me cure el horror, que cicatrice las pústulas de la indignación, que recomponga los huesos machacados de tanto aliento y desaliento, de tanta pesadilla, y tanto, tanto, tanto infierno.
Todo lo doy, todo lo que soy, piel, palabras, sueños porque no puedo más, no puedo no, con esta liturgia, con este culto al plomo, al golpe, al sable, al grito.
No puedo más y quiero poder, deseo saber que mañana, al despertar habrá sanado esta herida que desangra mis poemas.
A quien cure esta impotencia le doy todo lo que soy, apenas una mujer que escribe y canta.
Apenas nada.
Hoy pido ayuda en estas letras, que alguien me diga el nombre de la píldora que sana la impotencia.
Doy a cambio todo lo que tengo: un puñado de versos, libros subrayados, las banderas que ondean en mi corazón, la música que recompone estas alas quebradas, doy todo lo que soy, apenas nada, apenas una mujer que se rasga.
Doy a cambio el asombro de vivir esta vida, mi amor proscrito, la ternura que remiendo sin violencia.
Lo doy todo, todo lo que soy, apenas nada, apenas viento, apenas paz, apenas.
Todo lo doy a cambio de esa pócima que me cure el horror, que cicatrice las pústulas de la indignación, que recomponga los huesos machacados de tanto aliento y desaliento, de tanta pesadilla, y tanto, tanto, tanto infierno.
Todo lo doy, todo lo que soy, piel, palabras, sueños porque no puedo más, no puedo no, con esta liturgia, con este culto al plomo, al golpe, al sable, al grito.
No puedo más y quiero poder, deseo saber que mañana, al despertar habrá sanado esta herida que desangra mis poemas.
A quien cure esta impotencia le doy todo lo que soy, apenas una mujer que escribe y canta.
Apenas nada.
miércoles, 23 de marzo de 2011
Polìticamente correcto
Viñeta de Kalvellido
En este mundo del revés con frecuencia me pregunto qué es lo políticamente correcto.
Esta frase suena con su tintín en mi pobre cerebro de poeta y no alcanzo a comprenderla.
Porque a mi juicio lo políticamente correcto es no apoyar ni una sola guerra preñada y parida en el imperio.
A mi juicio políticamente correcto sería denunciar las torturas que se vienen practicando desde la prehistoria con sangrante libertad.
A mi juicio ser políticamente correcto es ser valiente para decir que hoy día las ideas van a la cárcel, va a la cárcel la paz, van los jóvenes en manadas entre rejas, van y no salen más.
Ser políticamente correcto es señalar sin tibiezas a los criminales que nos condenan a esta vida de precariedad, a esta esclavitud de la deuda, a esta cultura ignorante, a estos gobiernos que no paran de disparar tiros en la nuca al currante, al enfermo, al ávido de pensar.
Ser políticamente correcto es bajar de la cruz del miedo, es enarbolar la palabra que dice la verdad, es fatigar la lengua de tanto gritar, es llevar a hombros el cansancio, es deletrear la barbaridad.
Ser políticamente correcto es desafiar al parlamento, desnudar su cinismo, romper los dientes a tanta impunidad.
Ser políticamente correcto, según mi pobre cerebro, es dar de comer a la democracia que estos sinvergüenzas hace tiempo dejaron sin pan.
Dejad de joder a los pueblos
Viñeta de Kalvellido
Si a cualquiera que mata lo llamamos asesino, a este puñado delirante de políticos, sindicalistas, artistas de tercera fila que contemplan con deleite las matanzas, que las aplauden y justifican, debemos llamarles por su nombre: asesinos en serie.
Porque lo son. Porque colaboran conscientes, porque saben que no hay bondades en la metralla, porque saben que la sangre aunque no se vea está siendo derramada. Porque los gritos, los cuerpos desmembrados, las casas derruidas, la furia de las bombas, los huesos abrasados.
Porque los miles de ojos inertes que hay en aquella tierra saben de su codicia.
Y ya no esperan.
El presente fértil en horrores llega acompañado de sus sucias manos. De sus palabras genocidas, de sus bolsillos sobornados.
Las víctimas no les pesan, no les importa la vida.
Les importa un carajo la verdad, la justicia.
Les importa un carajo la democracia, les importa una mierda la paz, sólo les importa el imperio.
Sólo se aterran si la bestia les mira mal.
Dejad de joder a los pueblos, callaros de una puta vez, esta guerra os lleva en sus arterias, por sus venas fluye vuestra criminal complicidad.
Dejad de joder a los pueblos, sois asesinos en serie, los muertos algún día os pesarán.
Si a cualquiera que mata lo llamamos asesino, a este puñado delirante de políticos, sindicalistas, artistas de tercera fila que contemplan con deleite las matanzas, que las aplauden y justifican, debemos llamarles por su nombre: asesinos en serie.
Porque lo son. Porque colaboran conscientes, porque saben que no hay bondades en la metralla, porque saben que la sangre aunque no se vea está siendo derramada. Porque los gritos, los cuerpos desmembrados, las casas derruidas, la furia de las bombas, los huesos abrasados.
Porque los miles de ojos inertes que hay en aquella tierra saben de su codicia.
Y ya no esperan.
El presente fértil en horrores llega acompañado de sus sucias manos. De sus palabras genocidas, de sus bolsillos sobornados.
Las víctimas no les pesan, no les importa la vida.
Les importa un carajo la verdad, la justicia.
Les importa un carajo la democracia, les importa una mierda la paz, sólo les importa el imperio.
Sólo se aterran si la bestia les mira mal.
Dejad de joder a los pueblos, callaros de una puta vez, esta guerra os lleva en sus arterias, por sus venas fluye vuestra criminal complicidad.
Dejad de joder a los pueblos, sois asesinos en serie, los muertos algún día os pesarán.
martes, 22 de marzo de 2011
Queridos demòcratas
Viñeta de Kalvellido
Mis queridos demócratas, ya tenéis lo que queríais.
Gentes de bien, ilustres defensores de la masacre con excusas, ya la tenéis, a vuestros pies.
Otra patria reventada.
Demócratas de pacotilla, usuarios de palabras emputecidas, vuestro objetivo ha sido conseguido, caen las bombas y cae la vida.
Ya la tenéis, a vuestros pies, lamiendo la sangre que os salpica.
Demócratas que enarboláis la paz del “mal menor”, la paz del “por si acaso”, la paz de unos pocos, hay un pueblo que agoniza mirándoos de frente.
Asesinos, lacayos del imperio ¿qué haréis si un noche cualquiera llueve horror y no hay nadie que os defienda?
¿Què haréis si se amontona la muerte en vuestras puertas?
¿Si os secuestran el futuro, si os atan con cadenas?
¿Qué haréis, demócratas, si este mal menor se tatúa a fuego y plomo en vuestras cabezas?
Decid, demócratas, ¿qué vais a hacer con los despojos de ese pueblo, con los huesos amontonados, con la sangre saliendo a borbotones por todos los costados?, ¿cómo vais a hacer para llevaros sus riquezas?, ¿cómo vais a cavar fosas suficientes que sepulten todas las memorias?, ¿con las uñas, con los dientes, con cinismo, con más y más y más violencia?
Me dais asco demócratas de mierda, en vuestro nombre son los genocidios.
Me dais asco, ojalá la historia nunca os absuelva.
Mis queridos demócratas, ya tenéis lo que queríais.
Gentes de bien, ilustres defensores de la masacre con excusas, ya la tenéis, a vuestros pies.
Otra patria reventada.
Demócratas de pacotilla, usuarios de palabras emputecidas, vuestro objetivo ha sido conseguido, caen las bombas y cae la vida.
Ya la tenéis, a vuestros pies, lamiendo la sangre que os salpica.
Demócratas que enarboláis la paz del “mal menor”, la paz del “por si acaso”, la paz de unos pocos, hay un pueblo que agoniza mirándoos de frente.
Asesinos, lacayos del imperio ¿qué haréis si un noche cualquiera llueve horror y no hay nadie que os defienda?
¿Què haréis si se amontona la muerte en vuestras puertas?
¿Si os secuestran el futuro, si os atan con cadenas?
¿Qué haréis, demócratas, si este mal menor se tatúa a fuego y plomo en vuestras cabezas?
Decid, demócratas, ¿qué vais a hacer con los despojos de ese pueblo, con los huesos amontonados, con la sangre saliendo a borbotones por todos los costados?, ¿cómo vais a hacer para llevaros sus riquezas?, ¿cómo vais a cavar fosas suficientes que sepulten todas las memorias?, ¿con las uñas, con los dientes, con cinismo, con más y más y más violencia?
Me dais asco demócratas de mierda, en vuestro nombre son los genocidios.
Me dais asco, ojalá la historia nunca os absuelva.
martes, 15 de marzo de 2011
La èlite porcina
Viñeta de Kalvellido
Buscan una guerra nueva, no como las que estos días tenemos bajo las faldas, esas guerras silenciadas que masacran afónicas, no estas guerras lentas y travestidas, difuminadas en los medios con mentiras.
Ahora buscan otra gran guerra, otra impúdica demostración, buscan poner en orden las cosas, aquí manda el que manda, ese jodido imperio que se desmorona con toda su miseria.
Buscan una guerra nueva que mate a su gente más pobre y traiga a casa un reino yermo de esperanza pero fértil en riqueza.
Eso es lo que diseñan los estrategas, el reparto de un trozo del mapa, esos puercos criminales se excitan con las ganancias, tienen orgasmos con la sangre que ya ven derramada y en sus fantasías imaginan una democracia obligada a abrirse de piernas, que no ponga peros a mamadas a la fuerza.
Esto es lo que buscan, una guerra nueva que les devuelva el poder sombrío.
Qué más les da llenarlo todo de cadáveres, estos cerdos no se cuestionan que su alimento es carne y sangre y gritos.
Para cuestionarse esto, primero deberían quedarse con los bolsillos vacíos.
Y después verse a sí mismos desarmados bajo la lluvia de bombas que ellos mismos fabrican.
Buscan una guerra nueva, no como las que estos días tenemos bajo las faldas, esas guerras silenciadas que masacran afónicas, no estas guerras lentas y travestidas, difuminadas en los medios con mentiras.
Ahora buscan otra gran guerra, otra impúdica demostración, buscan poner en orden las cosas, aquí manda el que manda, ese jodido imperio que se desmorona con toda su miseria.
Buscan una guerra nueva que mate a su gente más pobre y traiga a casa un reino yermo de esperanza pero fértil en riqueza.
Eso es lo que diseñan los estrategas, el reparto de un trozo del mapa, esos puercos criminales se excitan con las ganancias, tienen orgasmos con la sangre que ya ven derramada y en sus fantasías imaginan una democracia obligada a abrirse de piernas, que no ponga peros a mamadas a la fuerza.
Esto es lo que buscan, una guerra nueva que les devuelva el poder sombrío.
Qué más les da llenarlo todo de cadáveres, estos cerdos no se cuestionan que su alimento es carne y sangre y gritos.
Para cuestionarse esto, primero deberían quedarse con los bolsillos vacíos.
Y después verse a sí mismos desarmados bajo la lluvia de bombas que ellos mismos fabrican.
domingo, 13 de marzo de 2011
La fàbrica de monstruos
Viñeta de Kalvellido
La fabricación de monstruos se sucede. Los guardan en la gatera para cuando sea preciso enseñárselos a los niños y que no duerman.
Espolvorean el imaginario con imágenes esperpénticas, con frases que nos estremezcan y entonces cuando ya está preparado el camino ponen a andar a la bestia.
Dicen que es para salvar, para proteger, dicen que son malísimos, dicen que el pueblo les espera, que pide que vengan, que recibirán a los soldados como quien recibe al mesías y a su buena nueva.
Muestran una alimaña que no es peor que los que a nosotros nos gobiernan, se erigen en propietarios del significado de democracia, término este hoy tan violado por nuestras banderas.
Y ya la bestia anda resuelta, ya puede cruzar fronteras, ya puede descuartizar patrias enteras.
Esta historia es vieja, masacrar a la población y no tener que rendir cuentas.
Esta es la historia que se ulcera en nuestra memoria, fabricar guerras para sostener una paz con la cadena del hambre, del saqueo, de la violencia eterna.
La fabricación de monstruos se sucede. Los guardan en la gatera para cuando sea preciso enseñárselos a los niños y que no duerman.
Espolvorean el imaginario con imágenes esperpénticas, con frases que nos estremezcan y entonces cuando ya está preparado el camino ponen a andar a la bestia.
Dicen que es para salvar, para proteger, dicen que son malísimos, dicen que el pueblo les espera, que pide que vengan, que recibirán a los soldados como quien recibe al mesías y a su buena nueva.
Muestran una alimaña que no es peor que los que a nosotros nos gobiernan, se erigen en propietarios del significado de democracia, término este hoy tan violado por nuestras banderas.
Y ya la bestia anda resuelta, ya puede cruzar fronteras, ya puede descuartizar patrias enteras.
Esta historia es vieja, masacrar a la población y no tener que rendir cuentas.
Esta es la historia que se ulcera en nuestra memoria, fabricar guerras para sostener una paz con la cadena del hambre, del saqueo, de la violencia eterna.
lunes, 7 de marzo de 2011
Epitafio
Viñeta de Kalvellido
Esta semana que ha terminado, Kalvellido y esta poeta que escribe nos hemos empeñado en lanzar nuestros dibujos y palabras como si fueran pedradas para explicar que esta realidad que vivimos no nos gusta, que son muchas cosas, demasiadas, las que nos enervan y nos ponen en guardia.
Hablando sobre esto, decíamos que no son suficientes siete días, ni siete años para explicarlas.
Pero también pensábamos en las ventanas que se abren diariamente para orear las heridas que la realidad nos causa, esas victorias que entran hasta nuestros corazones para decirnos que no estamos equivocados que aún es posible la canción, el sueño, la carcajada
Que a pesar del empeño criminal por deshumanizarlo todo, hay banderas izadas, pueblos irredentos, hay derrotas que no son más que el principio de triunfos inmensos, que existen personas comunes que no se rinden a la esclavitud de esta vida sin vivirla.
Y que aún es posible la palabra.
Aún es posible limpiarla.
Aún es posible dejarla hablar sin trampas.
Dejarla.
Estos días pasados, sólo pensábamos en terminar la semana para empezar a hablar de ti, de ti, de vosotros, de las luchas gigantes, del desafío que supone resistir las embestidas, de aquellos que ponen punto y aparte a las falacias, de aquellos que extraen entre líneas la barbarie, de aquellos que se afectan porque no hay pan ni memoria sobre las mesas, de aquellos que se estremecen porque mueren en calabozos, porque mueren los ríos o porque alguien es reventado en alguna parte.
De aquellos que no se callan cuando las guerras caen sobre las patrias o cuando los nombres se amontonan sin que nadie los reclame, cuando las úlceras supuran o la paz no llega porque no interesa a nadie.
De aquellos, “hombres y mujeres ventana”, que dejan entrar aire fresco en la realidad antes de que todo acabe.
La “semana de asco”, al fin ha terminado, ahora nosotros, el dibujante y la poeta también debemos ocuparnos de abrir todas las ventanas para que entre el aire y una esperanza nueva invada nuestras casas.
Esta semana que ha terminado, Kalvellido y esta poeta que escribe nos hemos empeñado en lanzar nuestros dibujos y palabras como si fueran pedradas para explicar que esta realidad que vivimos no nos gusta, que son muchas cosas, demasiadas, las que nos enervan y nos ponen en guardia.
Hablando sobre esto, decíamos que no son suficientes siete días, ni siete años para explicarlas.
Pero también pensábamos en las ventanas que se abren diariamente para orear las heridas que la realidad nos causa, esas victorias que entran hasta nuestros corazones para decirnos que no estamos equivocados que aún es posible la canción, el sueño, la carcajada
Que a pesar del empeño criminal por deshumanizarlo todo, hay banderas izadas, pueblos irredentos, hay derrotas que no son más que el principio de triunfos inmensos, que existen personas comunes que no se rinden a la esclavitud de esta vida sin vivirla.
Y que aún es posible la palabra.
Aún es posible limpiarla.
Aún es posible dejarla hablar sin trampas.
Dejarla.
Estos días pasados, sólo pensábamos en terminar la semana para empezar a hablar de ti, de ti, de vosotros, de las luchas gigantes, del desafío que supone resistir las embestidas, de aquellos que ponen punto y aparte a las falacias, de aquellos que extraen entre líneas la barbarie, de aquellos que se afectan porque no hay pan ni memoria sobre las mesas, de aquellos que se estremecen porque mueren en calabozos, porque mueren los ríos o porque alguien es reventado en alguna parte.
De aquellos que no se callan cuando las guerras caen sobre las patrias o cuando los nombres se amontonan sin que nadie los reclame, cuando las úlceras supuran o la paz no llega porque no interesa a nadie.
De aquellos, “hombres y mujeres ventana”, que dejan entrar aire fresco en la realidad antes de que todo acabe.
La “semana de asco”, al fin ha terminado, ahora nosotros, el dibujante y la poeta también debemos ocuparnos de abrir todas las ventanas para que entre el aire y una esperanza nueva invada nuestras casas.
domingo, 6 de marzo de 2011
Asco VII
Viñeta de Kalvellido
El último asco al que esta poeta dedicará unas letras, es a los artistas, a los escritores, a todos aquellos que pueden ponerse en esta orilla del espanto y sin embargo optan por la palabra conveniente, por la palmadita en la espalda por la vulgaridad o la sandez o la actitud pedante.
Y yo sé que soy intolerante con todos ellos, yo sé que cada cual puede plantar cara a la vida de la manera que crea conveniente, esto lo sé, pero cuando se trata de gente que comparte este oficio de poeta o parecido me arden las venas si entretienen el pincel o las letras explicando la forma romboide de sus ombligos. me da asco mirarlos risueños en la presentación de libros, mientras fuera, caen pobrezas, me da asco escucharlos en sus tribunas, mientras fuera, se suceden los desahucios, me da asco mirarlos recogiendo sus prebendas, mientras fuera la cárcel o la tortura o las leyes o las bombas coagulan los presentes.
Porque no es tiempo de callarse, no es momento de mimar a Narciso como si fuera el único superviviente, aquí y ahora son precisas la palabra clara, el valor del compromiso.
Alejándonos de esta realidad, viviendo fuera de ella, somos siervos de los que nos gobiernan.
Y sin libertad, el artista, el poeta, se convierte en un vocero más, en un eco, en un escribidor al dictado del luto y de la sangre.
El último asco al que esta poeta dedicará unas letras, es a los artistas, a los escritores, a todos aquellos que pueden ponerse en esta orilla del espanto y sin embargo optan por la palabra conveniente, por la palmadita en la espalda por la vulgaridad o la sandez o la actitud pedante.
Y yo sé que soy intolerante con todos ellos, yo sé que cada cual puede plantar cara a la vida de la manera que crea conveniente, esto lo sé, pero cuando se trata de gente que comparte este oficio de poeta o parecido me arden las venas si entretienen el pincel o las letras explicando la forma romboide de sus ombligos. me da asco mirarlos risueños en la presentación de libros, mientras fuera, caen pobrezas, me da asco escucharlos en sus tribunas, mientras fuera, se suceden los desahucios, me da asco mirarlos recogiendo sus prebendas, mientras fuera la cárcel o la tortura o las leyes o las bombas coagulan los presentes.
Porque no es tiempo de callarse, no es momento de mimar a Narciso como si fuera el único superviviente, aquí y ahora son precisas la palabra clara, el valor del compromiso.
Alejándonos de esta realidad, viviendo fuera de ella, somos siervos de los que nos gobiernan.
Y sin libertad, el artista, el poeta, se convierte en un vocero más, en un eco, en un escribidor al dictado del luto y de la sangre.
sábado, 5 de marzo de 2011
Asco VI
Viñeta de Kalvellido
Otra cosa que me da asco y que creo necesario señalar es esta delirante forma de vivir consumiendo.
El sistema se alimenta de nuestra pobre riqueza.
Se sostiene porque somos partes de este engranaje que a su vez tritura nuestros huesos y los vomita.
El ser humano está envasado al vacío, listo para ser adquirido
Depende del mercado, del trabajo, del sexo, del origen, depende del aspecto, de la ideología, todo esto son factores que influyen a la hora de ponernos precio.
Y luego, ingenuos, por si esta esclavitud no fuera bastante, recorremos los mercados como enfermos, atesorando objetos que nos vacían por dentro.
Y luego, ingenuos, pensamos que somos libres porque elegimos entre blanco o negro y la verdad es que sólo si entregamos nuestro tiempo a cambio de dinero, sólo si entregamos nuestro dinero a cambio de cosas tenemos libertad, libertad para consumir y para morir consumiéndonos.
Otra cosa que me da asco y que creo necesario señalar es esta delirante forma de vivir consumiendo.
El sistema se alimenta de nuestra pobre riqueza.
Se sostiene porque somos partes de este engranaje que a su vez tritura nuestros huesos y los vomita.
El ser humano está envasado al vacío, listo para ser adquirido
Depende del mercado, del trabajo, del sexo, del origen, depende del aspecto, de la ideología, todo esto son factores que influyen a la hora de ponernos precio.
Y luego, ingenuos, por si esta esclavitud no fuera bastante, recorremos los mercados como enfermos, atesorando objetos que nos vacían por dentro.
Y luego, ingenuos, pensamos que somos libres porque elegimos entre blanco o negro y la verdad es que sólo si entregamos nuestro tiempo a cambio de dinero, sólo si entregamos nuestro dinero a cambio de cosas tenemos libertad, libertad para consumir y para morir consumiéndonos.
jueves, 3 de marzo de 2011
Asco V
Viñeta de Kalvellido
Otra de las cosas que me asquea es el silencio.
Debe ser porque soy poeta y al serlo, no puedo comprender un solo mundo callado.
No puedo soportar la afonía, me parece tan criminal como la misma muerte indiscriminada que nos atiza.
No entiendo al ser humano que vive con los labios cosidos de indiferencia.
Me repugna pensar que hay gente que pasa por la vida sin gastar la garganta, sin usar la voz para decir basta, sin cerrar los puños, sin dejar volar la rabia.
Porque no hace falta mirar a la lejanía para ver que a nuestro lado van los pies descalzos, las mesas no están puestas, la violencia asoma en cada esquina y nos asfixia.
No hace falta ser una iluminada para saber a quien beneficia nuestro mutismo.
Y yo no entiendo esta vida si no es contigo, con los pueblos, con pan, con abrigo.
Y yo no entiendo esas voces sin parir, esas voces enfermas que con su mudez nos castigan.
No las entiendo.
Me dan asco los que caminan con la boca apretada porque nosotros, los que hablamos alto, los que no tememos miedo a la palabra dicha a pleno pulmón morimos por decirla limpia de injusticia.
Otra de las cosas que me asquea es el silencio.
Debe ser porque soy poeta y al serlo, no puedo comprender un solo mundo callado.
No puedo soportar la afonía, me parece tan criminal como la misma muerte indiscriminada que nos atiza.
No entiendo al ser humano que vive con los labios cosidos de indiferencia.
Me repugna pensar que hay gente que pasa por la vida sin gastar la garganta, sin usar la voz para decir basta, sin cerrar los puños, sin dejar volar la rabia.
Porque no hace falta mirar a la lejanía para ver que a nuestro lado van los pies descalzos, las mesas no están puestas, la violencia asoma en cada esquina y nos asfixia.
No hace falta ser una iluminada para saber a quien beneficia nuestro mutismo.
Y yo no entiendo esta vida si no es contigo, con los pueblos, con pan, con abrigo.
Y yo no entiendo esas voces sin parir, esas voces enfermas que con su mudez nos castigan.
No las entiendo.
Me dan asco los que caminan con la boca apretada porque nosotros, los que hablamos alto, los que no tememos miedo a la palabra dicha a pleno pulmón morimos por decirla limpia de injusticia.
Asco IV
Viñeta de Kalvellido
El asco que nos ocupa este jueves, es el asco a la manipulación. Podríamos afirmar que se trata de una estrategia de las más violentas contra el ser humano, diseñada para esconder objetivos turbios, para tener en calma a la masa, sonriente o furiosa según se diseñe.
Es otra guerra, nada nueva, pero sí cada día más sofisticada. Es una guerra donde el objetivo es despedazar el pensamiento, arrasarlo, convertir nuestros cerebros en objetos cóncavos.
Lo terrible de todo es que son demasiadas las veces que no nos damos ni cuenta, vamos un paso por detrás de los manipuladores, a veces es demasiado tarde cuando agarramos las ideas y las limpiamos de esa costra que nos dejan.
A veces ya están las bombas cayendo sobre una porción de tierra, o estamos enredados en discusiones triviales mientras nos vacían los bolsillos, o nos entretenemos viendo imágenes que no existen, a veces lloramos porque el hambre diezma un país y nos quedamos limpiando el llanto sin pensar que las causas de esto son criminales, que hay responsables, a veces, pensamos que todo lo que ocurre, esta humanidad que cae a pedazos, es algo inevitable, producto de una endémica mala suerte.
Y cuesta sacar a la luz la verdad, es un esfuerzo que debemos hacer permanentemente para conservar esa libertad que sólo nos da el pensamiento sin cadenas.
Y a mí, a esta poeta que hoy habla me asquea contemplar cómo en definitiva, muchos de nosotros fuimos convertidos en marionetas, inútiles para distinguir lo verdadero de lo falso, incapaces de hacernos dueños de esa verdad que estorba.
El asco que nos ocupa este jueves, es el asco a la manipulación. Podríamos afirmar que se trata de una estrategia de las más violentas contra el ser humano, diseñada para esconder objetivos turbios, para tener en calma a la masa, sonriente o furiosa según se diseñe.
Es otra guerra, nada nueva, pero sí cada día más sofisticada. Es una guerra donde el objetivo es despedazar el pensamiento, arrasarlo, convertir nuestros cerebros en objetos cóncavos.
Lo terrible de todo es que son demasiadas las veces que no nos damos ni cuenta, vamos un paso por detrás de los manipuladores, a veces es demasiado tarde cuando agarramos las ideas y las limpiamos de esa costra que nos dejan.
A veces ya están las bombas cayendo sobre una porción de tierra, o estamos enredados en discusiones triviales mientras nos vacían los bolsillos, o nos entretenemos viendo imágenes que no existen, a veces lloramos porque el hambre diezma un país y nos quedamos limpiando el llanto sin pensar que las causas de esto son criminales, que hay responsables, a veces, pensamos que todo lo que ocurre, esta humanidad que cae a pedazos, es algo inevitable, producto de una endémica mala suerte.
Y cuesta sacar a la luz la verdad, es un esfuerzo que debemos hacer permanentemente para conservar esa libertad que sólo nos da el pensamiento sin cadenas.
Y a mí, a esta poeta que hoy habla me asquea contemplar cómo en definitiva, muchos de nosotros fuimos convertidos en marionetas, inútiles para distinguir lo verdadero de lo falso, incapaces de hacernos dueños de esa verdad que estorba.
miércoles, 2 de marzo de 2011
Asco III
Viñeta de Kalvellido
Siguiendo con esta semana que hemos denominado “la semana del asco”, reflexionando sobre estas cosas que ponen palos en la rueda de la alegría, pues me digo a mí misma que la tercera cosa que me asquea es la guerra, pero no sólo porque ésta va acompañada de muerte y mutilados, también porque a mi juicio, detrás de cada una de de estas guerras que contemplamos indignados con la coca cola en una mano y el marlboro en la otra, es demasiado evidente que son matanzas planificadas por tres o cuatros criminales en serie que frecuentan Wall street y sobornan parlamentos, ONG`s, todo lo que sea necesario.
Es así, realmente las guerras, los motivos que las originan, son disculpas atroces para emboscar a los pueblos, para someterlos, para dejarlos quietos, listos para el saqueo.
Es un juego de los poderosos, mueven ficha sobre los mapas, se reparten los pedazos y lanzan al aire mentiras que el populacho aplaude y justifica.
Y la verdad no consigue abrirse camino, quedan pueblos arrasados, diezmados, temblorosos, pueblos con las piernas abiertas para ser eternamente violados.
Esto da mucho asco, es repugnante el poco valor que tiene la vida, es nauseabundo contemplar los tanques justicieros armados hasta los dientes de codicia.
Siguiendo con esta semana que hemos denominado “la semana del asco”, reflexionando sobre estas cosas que ponen palos en la rueda de la alegría, pues me digo a mí misma que la tercera cosa que me asquea es la guerra, pero no sólo porque ésta va acompañada de muerte y mutilados, también porque a mi juicio, detrás de cada una de de estas guerras que contemplamos indignados con la coca cola en una mano y el marlboro en la otra, es demasiado evidente que son matanzas planificadas por tres o cuatros criminales en serie que frecuentan Wall street y sobornan parlamentos, ONG`s, todo lo que sea necesario.
Es así, realmente las guerras, los motivos que las originan, son disculpas atroces para emboscar a los pueblos, para someterlos, para dejarlos quietos, listos para el saqueo.
Es un juego de los poderosos, mueven ficha sobre los mapas, se reparten los pedazos y lanzan al aire mentiras que el populacho aplaude y justifica.
Y la verdad no consigue abrirse camino, quedan pueblos arrasados, diezmados, temblorosos, pueblos con las piernas abiertas para ser eternamente violados.
Esto da mucho asco, es repugnante el poco valor que tiene la vida, es nauseabundo contemplar los tanques justicieros armados hasta los dientes de codicia.
martes, 1 de marzo de 2011
Asco II
Viñeta de Kalvellido
Si por alguna razón alguien quisiera saber cuál es el asco que esta poeta pone en segundo lugar en su larga lista de ascos pues sin dudarlo diría que es la religión y me explico:
No es que sea mi gusto derribar iglesias ni tirar de la falda a las monjas ni a los frailes, no, no se trata de eso, simplemente me parece que la religión que yo conozco, tal y como la he vivido, llenó mi infancia de resignación y de culpa, mostró el dolor como algo que había que santificar y todo esto hoy me da asco, tanta sangre beatificada, me asquea.
Esta ideología ata en corto, pretende dejar a la miseria con la manos extendidas, ávidas de caridad, pretende el golpe en el pecho, el rezo para dentro, dice a los pueblos que esperen de rodillas, que hay un paraíso que nadie ha visto, dice eso del ojo por ojo, diente por diente.
Dice que las mujeres no valen pa nà, que la pobreza es una prueba que hay que aceptar sin rechistar, que la justicia sólo puede ser divina, dice que hay que temer a dios más que al peor dictador, dice que el placer es un pecado, que todo en la vida tiene su castigo por no ser buenos.
Dice que somos sus ovejas y unos sátrapas, nuestros pastores, dice que hay que tener compasión y ellos maltratan a sus jefes ancianos no dándoles la jubilación, dicen que no usemos condón, que ellos saben lo que es mejor.
Son pocos, muy pocos entre ellos los que insisten diciendo que hay que bajar al pueblo de la cruz, y es curioso, a estos pocos que desafían los envían al paredón.
Por todo esto me dan asco, porque su propósito es sostener los privilegios de los de siempre con el silencio de los empobrecidos.
Me dan asco porque prometen un cielo a los que mueren en este infierno y los muy cabrones saben que es un espejismo.
Si por alguna razón alguien quisiera saber cuál es el asco que esta poeta pone en segundo lugar en su larga lista de ascos pues sin dudarlo diría que es la religión y me explico:
No es que sea mi gusto derribar iglesias ni tirar de la falda a las monjas ni a los frailes, no, no se trata de eso, simplemente me parece que la religión que yo conozco, tal y como la he vivido, llenó mi infancia de resignación y de culpa, mostró el dolor como algo que había que santificar y todo esto hoy me da asco, tanta sangre beatificada, me asquea.
Esta ideología ata en corto, pretende dejar a la miseria con la manos extendidas, ávidas de caridad, pretende el golpe en el pecho, el rezo para dentro, dice a los pueblos que esperen de rodillas, que hay un paraíso que nadie ha visto, dice eso del ojo por ojo, diente por diente.
Dice que las mujeres no valen pa nà, que la pobreza es una prueba que hay que aceptar sin rechistar, que la justicia sólo puede ser divina, dice que hay que temer a dios más que al peor dictador, dice que el placer es un pecado, que todo en la vida tiene su castigo por no ser buenos.
Dice que somos sus ovejas y unos sátrapas, nuestros pastores, dice que hay que tener compasión y ellos maltratan a sus jefes ancianos no dándoles la jubilación, dicen que no usemos condón, que ellos saben lo que es mejor.
Son pocos, muy pocos entre ellos los que insisten diciendo que hay que bajar al pueblo de la cruz, y es curioso, a estos pocos que desafían los envían al paredón.
Por todo esto me dan asco, porque su propósito es sostener los privilegios de los de siempre con el silencio de los empobrecidos.
Me dan asco porque prometen un cielo a los que mueren en este infierno y los muy cabrones saben que es un espejismo.