Viñeta de Kalvellido
Levántate y piensa, eres libre.
Algo de libertad te queda.
Atrévete,
pon a andar tu corazón, tu cabeza.
Levanta la palabra, las ideas,
mírate en la pobreza,
toca tus manos,
cura tu piel,
salva tu decencia.
Vamos a andar para que esta noche amanezca.
Vamos a andar rompiendo estas cadenas,
vamos a andar, paso a paso,
desafiando esta vida somnolienta.
Ven con nosotros a buscar la primavera.
Deja de oír los cantos de sirena,
mira de cerca,
está ausente el pan sobre la mesa,
el salario escasea,
y la casa es un lugar que no te pertenece.
Levántate, hombre, mujer,
levántate y piensa.
ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO
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domingo, 30 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
¿Es que no lo ves?
Viñeta de Kalvellido
¿Es que no lo ves?
¿No ves que la justicia se esconde entre los muslos de los que nos gobiernan?
¿No ves que día a día aumentan los harapos, los desahucios?
¿No ves que las jaurías atacan a quienes sólo llevan quejas como armas?
¿No ves que se empuñan leyes que nos convierten en apenas nada?
¿Es que no lo ves?
¿No ves que nuestro futuro hace aguas,
que nos dejan con las sobras?
¿No te basta con saber esta verdad?
¿No sabes que se te deforman las rodillas de tanto clavarlas en la tierra,
que tus manos están atadas?
que deshuesaron tu vida?
¿Es que no lo ves?
¿Es que no ves que te caes a pedazos mientras bostezas,
que tu silencio es un castigo para los hijos,
que si te encoges de hombros el golpe, el plomo aumenta?
¿No ves que nos patean las entrañas,
qué la libertad está postrada,
que es para volverse loca tanta rapiña?
¿Es que no ves que hay ríos de niños sin pan,
y cráneos partidos
y un mundo de espejismos?
¿Es que no ves que este es un vivir amargo,
que estorbamos?
¿Es que no ves, imbécil, que mientras nosotros soñamos
tú te mueres mansamente?
¿Es que no lo ves?
¿No ves que la justicia se esconde entre los muslos de los que nos gobiernan?
¿No ves que día a día aumentan los harapos, los desahucios?
¿No ves que las jaurías atacan a quienes sólo llevan quejas como armas?
¿No ves que se empuñan leyes que nos convierten en apenas nada?
¿Es que no lo ves?
¿No ves que nuestro futuro hace aguas,
que nos dejan con las sobras?
¿No te basta con saber esta verdad?
¿No sabes que se te deforman las rodillas de tanto clavarlas en la tierra,
que tus manos están atadas?
que deshuesaron tu vida?
¿Es que no lo ves?
¿Es que no ves que te caes a pedazos mientras bostezas,
que tu silencio es un castigo para los hijos,
que si te encoges de hombros el golpe, el plomo aumenta?
¿No ves que nos patean las entrañas,
qué la libertad está postrada,
que es para volverse loca tanta rapiña?
¿Es que no ves que hay ríos de niños sin pan,
y cráneos partidos
y un mundo de espejismos?
¿Es que no ves que este es un vivir amargo,
que estorbamos?
¿Es que no ves, imbécil, que mientras nosotros soñamos
tú te mueres mansamente?
lunes, 24 de enero de 2011
El riesgo
Viñeta de Kalvellido
La actualidad está llena de escritores hipócritas, pusilánimes.
Gentes que vertebran sus palabras alrededor de la cobardía.
Personajes afamados, bien retribuidos, dispuestos siempre a hablar alto cuando el compromiso está lejos, cuando el posicionamiento político no es arriesgado.
Esta gente hace uso del eufemismo criminal difundiendo un pensamiento que no mira de frente, que no mira bien.
Pocos de ellos se atreven a escribir sobre la tortura en el Estado español. Pocos abanderan esta denuncia, y lo que es peor, muchos la niegan.
Pocos reconocen que hay presos de conciencia, que hay cadena perpetua.
Pocos son los que se asombran cuando un pueblo llena sus calles de quejas, cuando es un clamor esta denuncia solidaria.
Pocos dicen algo cuando los encarcelamientos son a gente que sólo piensa o sólo escribe o sólo protesta.
Esto no les interesa.
Son colaboracionistas del sistema que o reprime o revienta.
Y dan vergüenza ajena.
Porque es una evidencia que las cárceles están llenas.
Es una evidencia que se tortura.
Es una evidencia que la disidencia está entre rejas y ellos callan esto.
Callan y callan y callan.
Ni siquiera hoy, cuando toda la podredumbre estatal está sobre la mesa, dicen algo, ni siquiera un balbuceo.
Prefieren que el futuro los juzgue por su silencio que por asumir el riesgo de decir la verdad en estos tiempos.
La actualidad está llena de escritores hipócritas, pusilánimes.
Gentes que vertebran sus palabras alrededor de la cobardía.
Personajes afamados, bien retribuidos, dispuestos siempre a hablar alto cuando el compromiso está lejos, cuando el posicionamiento político no es arriesgado.
Esta gente hace uso del eufemismo criminal difundiendo un pensamiento que no mira de frente, que no mira bien.
Pocos de ellos se atreven a escribir sobre la tortura en el Estado español. Pocos abanderan esta denuncia, y lo que es peor, muchos la niegan.
Pocos reconocen que hay presos de conciencia, que hay cadena perpetua.
Pocos son los que se asombran cuando un pueblo llena sus calles de quejas, cuando es un clamor esta denuncia solidaria.
Pocos dicen algo cuando los encarcelamientos son a gente que sólo piensa o sólo escribe o sólo protesta.
Esto no les interesa.
Son colaboracionistas del sistema que o reprime o revienta.
Y dan vergüenza ajena.
Porque es una evidencia que las cárceles están llenas.
Es una evidencia que se tortura.
Es una evidencia que la disidencia está entre rejas y ellos callan esto.
Callan y callan y callan.
Ni siquiera hoy, cuando toda la podredumbre estatal está sobre la mesa, dicen algo, ni siquiera un balbuceo.
Prefieren que el futuro los juzgue por su silencio que por asumir el riesgo de decir la verdad en estos tiempos.
domingo, 23 de enero de 2011
Todos los dìas
Viñeta de Kalvellido
Todas las mañanas me pregunto cuándo será el día en el que mis palabras no hablen de violencia.
Pero todos los días, como una rutina más, siento la obligación de explicar que ha habido detenciones, que han sido denunciadas torturas en las comisarias, que han atacado la libertad de expresión tan famélica, que la miseria se extiende a paso rápido por la tierra, que los pueblos cantan por su independencia mientras los gobiernos se vuelven sordos de conveniencia, que la mercantilización de la vida es un hecho dramático, que la pobreza, la pobreza, la pobreza, la pobreza es tremenda.
Todos los días, los jodidos días de mi vida, al despertar, al ponerme frente al ordenador a juntar letras, pienso: hoy será.
Pero no, la realidad me enseña que la bestialidad va en aumento, que los seres humanos son desnudados, escupidos, tiroteados, obligados a caer una y otra vez.
La realidad me muestra, que el poder de la codicia es inmenso, arrasa naciones, financia democracias, subvenciona cárceles, premia a los verdugos, aplaude la mordaza, la picana, la barbarie.
Pero no, la realidad me enseña que el mundo vive en estado de excepción permanente.
Todos los días pienso que no puedo inclinar el cuello, ni dejar que el silencio llegue a mis versos.
Es demasiado grande el horror con el que me despierto.
Todas las mañanas me pregunto cuándo será el día en el que mis palabras no hablen de violencia.
Pero todos los días, como una rutina más, siento la obligación de explicar que ha habido detenciones, que han sido denunciadas torturas en las comisarias, que han atacado la libertad de expresión tan famélica, que la miseria se extiende a paso rápido por la tierra, que los pueblos cantan por su independencia mientras los gobiernos se vuelven sordos de conveniencia, que la mercantilización de la vida es un hecho dramático, que la pobreza, la pobreza, la pobreza, la pobreza es tremenda.
Todos los días, los jodidos días de mi vida, al despertar, al ponerme frente al ordenador a juntar letras, pienso: hoy será.
Pero no, la realidad me enseña que la bestialidad va en aumento, que los seres humanos son desnudados, escupidos, tiroteados, obligados a caer una y otra vez.
La realidad me muestra, que el poder de la codicia es inmenso, arrasa naciones, financia democracias, subvenciona cárceles, premia a los verdugos, aplaude la mordaza, la picana, la barbarie.
Pero no, la realidad me enseña que el mundo vive en estado de excepción permanente.
Todos los días pienso que no puedo inclinar el cuello, ni dejar que el silencio llegue a mis versos.
Es demasiado grande el horror con el que me despierto.
viernes, 21 de enero de 2011
Todos absueltos
Viñeta de Kalvellido
Señorito Garzón: todos absueltos.
¿Me oye?
Sus invenciones delirantes se quedaron en pelotas.
¿Qué va a hacer ahora?
¿Qué van a hacer ahora sus admiradores, esos que le aplaudían babeantes al verle?, ¿esos que veían en usted al mesías?
Todos absueltos, todos.
Han hecho falta años de persecución, de linchamiento para poner en evidencia que usted es un fantasioso justiciero de picana y bolsa.
Aquí, en Euskal Herria, comienza a clarear.
¿Está molesto por esto?, ¿o le molesta, quizá, que al fin ha sido destronado, bajado del púlpito a golpe de sentencia?
¿Y las torturas, señor Garzón?
¿Y los encarcelamientos?
¿Y el dolor que fabricó en serie durante esos años?
Salga de su cueva y mire a este pueblo a la cara.
¿O la vergüenza no le deja?
Todos absueltos, le repito, otro borrón para su siniestra historia.
Señorito Garzón: todos absueltos.
¿Me oye?
Sus invenciones delirantes se quedaron en pelotas.
¿Qué va a hacer ahora?
¿Qué van a hacer ahora sus admiradores, esos que le aplaudían babeantes al verle?, ¿esos que veían en usted al mesías?
Todos absueltos, todos.
Han hecho falta años de persecución, de linchamiento para poner en evidencia que usted es un fantasioso justiciero de picana y bolsa.
Aquí, en Euskal Herria, comienza a clarear.
¿Está molesto por esto?, ¿o le molesta, quizá, que al fin ha sido destronado, bajado del púlpito a golpe de sentencia?
¿Y las torturas, señor Garzón?
¿Y los encarcelamientos?
¿Y el dolor que fabricó en serie durante esos años?
Salga de su cueva y mire a este pueblo a la cara.
¿O la vergüenza no le deja?
Todos absueltos, le repito, otro borrón para su siniestra historia.
miércoles, 19 de enero de 2011
Los brutos
Viñeta de Kalvellido
Tal y como esperábamos el Estado responde de la única manera que sabe: con brutalidad.
Es obvio que afila las garras porque su miedo aumenta, porque no pueda ya con las calles que se llenan, porque es urgente provocar con más violencia, para que de nuevo las cosas estén como antes estaban.
Quiere repetirnos una vez más que son ellos los que mandan.
Y que nadie se mueva.
Es obvio que los señoritos feudales que nos gobiernan usarán toda su maquinaria, la más bestia.
Todos sabemos que son maniobras de provocación, tiros en la nuca a la democracia, que tiemblan sus ovarios, sus cojones, porque no saben qué hacer con tantos ojos mirándoles de frente.
Ahí está el Estado, contra las cuerdas.
Ahí está desafiando a la paz, a la dignidad de quien con libertad les responde.
Ahí esta, exhibiendo sus vísceras de tricornio y plomo.
Como hace décadas.
Y seguirán en su camino de golpe, picana y rejas.
Pero no hay marcha atrás, este es un pueblo firme que ha rubricado la paz que tanto les molesta.
Tal y como esperábamos el Estado responde de la única manera que sabe: con brutalidad.
Es obvio que afila las garras porque su miedo aumenta, porque no pueda ya con las calles que se llenan, porque es urgente provocar con más violencia, para que de nuevo las cosas estén como antes estaban.
Quiere repetirnos una vez más que son ellos los que mandan.
Y que nadie se mueva.
Es obvio que los señoritos feudales que nos gobiernan usarán toda su maquinaria, la más bestia.
Todos sabemos que son maniobras de provocación, tiros en la nuca a la democracia, que tiemblan sus ovarios, sus cojones, porque no saben qué hacer con tantos ojos mirándoles de frente.
Ahí está el Estado, contra las cuerdas.
Ahí está desafiando a la paz, a la dignidad de quien con libertad les responde.
Ahí esta, exhibiendo sus vísceras de tricornio y plomo.
Como hace décadas.
Y seguirán en su camino de golpe, picana y rejas.
Pero no hay marcha atrás, este es un pueblo firme que ha rubricado la paz que tanto les molesta.
domingo, 16 de enero de 2011
Paz
Viñeta de Kalvellido
La paz no es rentable.
Y no lo es en ningún lugar del mundo.
Una paz real, no cautiva.
Una paz desnuda, sin maquillaje ni vestiduras.
No es rentable, no la quieren los gobiernos de turno.
La prefieren donde está ahora,
cerca de las masacres,
armada,
atrincherada,
en jaulas.
Es un parto que nunca termina.
Es una herida.
La paz, la paz inmensa,
la que llena las bocas de pan y sementera,
la que reparte justicia y banderas,
la que detiene la sangre y desentierra los nombres,
la que desata mordazas y cadenas,
la que sueña una vida sin esclavos, ni látigos,
sin resignación, ni tiranos.
Esa paz,
esa paz inmensa
lleva a cuestas su verdad humilde.
Y no es rentable porque no se rinde.
La paz no es rentable.
Y no lo es en ningún lugar del mundo.
Una paz real, no cautiva.
Una paz desnuda, sin maquillaje ni vestiduras.
No es rentable, no la quieren los gobiernos de turno.
La prefieren donde está ahora,
cerca de las masacres,
armada,
atrincherada,
en jaulas.
Es un parto que nunca termina.
Es una herida.
La paz, la paz inmensa,
la que llena las bocas de pan y sementera,
la que reparte justicia y banderas,
la que detiene la sangre y desentierra los nombres,
la que desata mordazas y cadenas,
la que sueña una vida sin esclavos, ni látigos,
sin resignación, ni tiranos.
Esa paz,
esa paz inmensa
lleva a cuestas su verdad humilde.
Y no es rentable porque no se rinde.
jueves, 13 de enero de 2011
Presente y futuro
Viñeta de Kalvellido
El propósito es claro: convertir a los jóvenes en personas dóciles, bien amaestradas para la sumisión y el orden.
Doblegar a la juventud es una victoria y conseguir hacerlo sin que se dé cuenta es una victoria eterna.
Entretenerlos con cuestiones triviales, bombardearlos, ejercer todas las violencias. .
Hacer de ellos carne de cañón, siervos útiles.
Deshidratar sus conciencias, confundirlos hasta la extenuación.
Hablarles del espíritu, del éxito, del golpe gratuito para que vivan el delirio de no ver la fábrica donde se les explota, de no ver el desempleo que los hunde en la miseria, de no ver la soga que los ata.
Boicotear su alegría con rendiciones, con drogas, con estafas, con peleas, con paraísos que no existen si no se conquistan.
Hacer de ellos cuerpos cultivados a la sombra de la ignorancia, incapaces de ver la sangre que explota en las venas de la tierra, vacíos de solidaridad, ciegos ante la brutalidad, castrados de amor, de ternura, de furia.
Hacer de los jóvenes seres iletrados de revolución, será, para el futuro, la última derrota.
El propósito es claro: convertir a los jóvenes en personas dóciles, bien amaestradas para la sumisión y el orden.
Doblegar a la juventud es una victoria y conseguir hacerlo sin que se dé cuenta es una victoria eterna.
Entretenerlos con cuestiones triviales, bombardearlos, ejercer todas las violencias. .
Hacer de ellos carne de cañón, siervos útiles.
Deshidratar sus conciencias, confundirlos hasta la extenuación.
Hablarles del espíritu, del éxito, del golpe gratuito para que vivan el delirio de no ver la fábrica donde se les explota, de no ver el desempleo que los hunde en la miseria, de no ver la soga que los ata.
Boicotear su alegría con rendiciones, con drogas, con estafas, con peleas, con paraísos que no existen si no se conquistan.
Hacer de ellos cuerpos cultivados a la sombra de la ignorancia, incapaces de ver la sangre que explota en las venas de la tierra, vacíos de solidaridad, ciegos ante la brutalidad, castrados de amor, de ternura, de furia.
Hacer de los jóvenes seres iletrados de revolución, será, para el futuro, la última derrota.
viernes, 7 de enero de 2011
Bilbo 17.30
Viñeta de Kalvellido
Con sus mil lenguas desatadas, con su verde clamor de esperanza, las calles se llenan de rabia.
Y las cárceles detienen su dolor para escuchar a un pueblo que canta en medio de una tarde negra, negra, negra de democracia.
Las conciencias que no duermen la siesta han partido en dos el silencio de una ciudad vigilada.
Se alargan las voces que recuerdan las cadenas perpetuas, los presos enfermos, los cautivos esparcidos .
Hoy Bilbao fue una ciudad girando alrededor de un sólo grito, el grito único de la paz.
De esa paz sin tortura,
de esa paz que entre rejas no sabe rendirse.
De esa paz que hoy hablò claro para decir:
aquì estamos, no os olvidamos.
Para decir:
no habrá paz sin justicia.
Con sus mil lenguas desatadas, con su verde clamor de esperanza, las calles se llenan de rabia.
Y las cárceles detienen su dolor para escuchar a un pueblo que canta en medio de una tarde negra, negra, negra de democracia.
Las conciencias que no duermen la siesta han partido en dos el silencio de una ciudad vigilada.
Se alargan las voces que recuerdan las cadenas perpetuas, los presos enfermos, los cautivos esparcidos .
Hoy Bilbao fue una ciudad girando alrededor de un sólo grito, el grito único de la paz.
De esa paz sin tortura,
de esa paz que entre rejas no sabe rendirse.
De esa paz que hoy hablò claro para decir:
aquì estamos, no os olvidamos.
Para decir:
no habrá paz sin justicia.
lunes, 3 de enero de 2011
Vàyanse a la mierda¡
Viñeta de Kalvellido
Vivimos tiempos de control paranoico.
Las prohibiciones invaden las calles y se cuelan en nuestras casas, en nuestros cuerpos. Con excusas pueriles que muchos aceptan agradecidos, el Estado ataca nuestra famélica libertad hasta dejarla, como ahora, en las puertas, mendigando algo de comida.
Pero ese Estado en apariencia tan protector y preocupado por nuestra salud, por nuestra seguridad, por nuestro bien, nunca se preocupó de prohibir la pobreza, ni la tortura, ni la injusticia.
¿Qué cuentan entonces ahora estos cráneos deformados?, ¿qué gritan sobre el tabaco?, ¿sobre la inseguridad ciudadana?, ¿sobre las leyes más idiotas?
¿Hasta dónde van a llegar con su afán por dejar de lado la vida, por priorizar lo absurdo frente a lo prioritario?
Señores, dejen de jodernos, dejen de ponernos cadenas, ocúpense de la miseria que dejan, ocúpense de los verdugos que amaestran, ocúpense de la democracia que encarcelan.
Dejen de jodernos. Váyanse a la mierda.
Vivimos tiempos de control paranoico.
Las prohibiciones invaden las calles y se cuelan en nuestras casas, en nuestros cuerpos. Con excusas pueriles que muchos aceptan agradecidos, el Estado ataca nuestra famélica libertad hasta dejarla, como ahora, en las puertas, mendigando algo de comida.
Pero ese Estado en apariencia tan protector y preocupado por nuestra salud, por nuestra seguridad, por nuestro bien, nunca se preocupó de prohibir la pobreza, ni la tortura, ni la injusticia.
¿Qué cuentan entonces ahora estos cráneos deformados?, ¿qué gritan sobre el tabaco?, ¿sobre la inseguridad ciudadana?, ¿sobre las leyes más idiotas?
¿Hasta dónde van a llegar con su afán por dejar de lado la vida, por priorizar lo absurdo frente a lo prioritario?
Señores, dejen de jodernos, dejen de ponernos cadenas, ocúpense de la miseria que dejan, ocúpense de los verdugos que amaestran, ocúpense de la democracia que encarcelan.
Dejen de jodernos. Váyanse a la mierda.