ARTICULOS ANTIGUOS DE SILVIA DELGADO

viernes, 27 de noviembre de 2009

La tele nunca miente

Tengo miedo y son demasiadas las razones para tenerlo.
Tengo miedo a los extranjeros, pero no a todos, a los moros, a los sudacas, a los rumanos, a los negros.
Tengo miedo al terrorismo,
a perder el trabajo,
a que me quiten la casa,
a que se distraigan mis ahorros en los laberintos financieros,
a las enfermedades,
al cambio climático.
Tengo miedo a los delincuentes, a los vàndalos, a los que husmean las basuras, a los que se drogan, tengo miedo a salir de noche, a utilizar el coche, tengo miedo a envejecer, a comer, a gastar, a fumar.
Tengo miedo a los que me hablan en la calle, a los que me miran, a los que me ignoran, a los que me piden, a los que me dan.
Tengo todos los miedos bien repartidos
La televisión da buena cuenta de esto, continuamente nos informa, nos previene, nos protege, es el evangelio.
Nos dice que la calle se ha convertido en un lugar hostil, que los de fuera no tienen moral, que matan salvajemente, que estemos callados que la gente se queda en el paro, que mejor nos vacunemos, que nos apretemos el cinturón, (ya desde siempre bastante apretado), que no nos quejemos si estamos videovigilados, reprimidos, empobrecidos, si somos tratados como niños.
Dice que tal y como están las cosas, mejor si empezamos a pensar en la pena de muerte, en la cadena perpetua, en el recorte de nuestras libertades, que màs vale vivir acorralado, que morir en manos de alguien con turbante, en manos de un demente, de una activista, de un libertario, de una poeta, de una trabajadora en precario, de un emigrante o de un jubilado,
La tele dice esto y todos lo sabemos, la tele nunca miente.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El calentòn

Yo también quiero ser importante por eso mi deseo es hablar sobre el cambio climático.
Para no quedarme fuera de esta histeria debo entonar el mea culpa, golpear mi pecho y arrodillarme ante la verdad de Al Gore, el mesías.
Si, señor, yo también soy culpable de todo lo que usted pregona, de todo, incluso si me presiona soy culpable de los cambios climáticos que sucedieron antes de la industrialización.
Le obedeceré pagando más impuestos aunque esto me empobrezca, defenderé el uso de biocombustibles, pondré paneles solares en mi casa, potenciaré el uso de las energías renovables, apoyaré la compra-venta de créditos de carbono.
Si , mi señor, no me importará que los países en vías de desarrollo se queden eso, en desarrollo, no me importará otra cosa que no sea el cambio del clima, estaré atenta a las catástrofes, asumiré como inevitable los muertos por malaria, si , mi señor, mi mesías, véndanme porciones de su imperio , háganme rehén de sus intereses, usted tiene la verdad incuestionable, perdóneme por ser una más de las causantes de tanta barbarie.
Sálvenos con sus propuestas delirantes.
Y si viene alguien a diseccionarme el corazón mostrándome que se está evitando el debate más importante, el del hambre, les diré que se vayan a otra parte, que primero hay que salvar el planeta y después a sus habitantes.
Si insisten, y se extrañan porque vamos todos en este discurso sin lagunas, les diré que no pueden estar equivocados los ilustres señores de la ONU, y si me dicen que Al gore, es otro individuo supeditado a intereses económicos, les contestaré que tiene el nobel de la paz, el príncipe de Asturias y un Òscar de Hollywood.
Estoy preparada para asumir que unos pocos intentarán disuadirme, que querrán explicarme que el debate está secuestrado, que esto es ecoalarmismo y esgrimirán argumentos convincentes, presentarán a científicos en desacuerdo, querrán desviar la mirada hacia otras cuestiones mucho menos relevantes, casi insignificantes.
Pero yo no les haré caso, sólo son un puñado de herejes.
Al Gore sabe de esto, ha venido para salvarnos, dice que estemos callados mientras hacen números los ecoempresarios

martes, 10 de noviembre de 2009

crisis alimentaria

La comida, es un elemento indispensable para la vida humana.
Hasta aquí, todo claro, todos de acuerdo. Algo necesario: el alimento, lo conseguimos gracias a la mitad de la población mundial que son los campesinos.
Pero esa mitad del mundo que nos alimenta se está viendo despojada, no sólo de sus tierras, también de las semillas, única materia prima para la supervivencia.

Pero si los campesinos de la India se suicidan masivamente, si los agricultores ven como se les criminaliza por dejar brotar en sus campos semillas previamente patentadas o dejan de cultivar la tierra porque no pueden competir con las agroindustrias financiadas por gobiernos codiciosos, si el hambre, consecuencia de la delictiva distribución de alimento aumenta progresivamente en el mundo,
Si la carne que comemos se alimenta de pobreza, si nos alimentamos con transgénicos, si crean energía con hambre, si muchos países autosuficientes en el pasado hoy se ven obligados a importar productos básicos para su alimentación, ¿no estamos sometidos al antojo del agrocomercio más obsceno?, ¿no es esta una nueva servidumbre feudal?
Si para sobrevivir solo me queda acudir al supermercado, comprar alimento plastificado y esperar que no suban sus precios demasiado alto, ¿no será que nos estamos volviendo esclavos de los mismos amos? ¿estaré exagerando?
¿Es la alimentación un arma que utilizan las grandes corporaciones para controlar los países?, ¿es esencialmente subversivo el que plantea crear el propio alimento, el que propone mirarse a los ojos y sostener así la identidad de los pueblos?, ¿es subversivo oponerse a la dependencia alimentaria? ¿al mercadeo de un derecho fundamental, al asesinato de la agricultura ancestral?,
Si es subversivo, que así sea.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Obama Yeswecan

Creo que el mundo está enfermo, que apenas vislumbramos esperanza nos damos cuenta que son las mismas zanahorias, los mismos amos.
Digo esto porque una vez pasada la euforia de Barack Hussein Obama, donde nos alegramos todos pensando en lo insólito de un presidente estadounidense negro que llenó el imaginario colectivo de promesas, digo, que una vez ha llegado la calma, es preciso señalar al rey desnudo para decir que no, que no va a cumplir la palabra dada, ni volverán las tropas de Irak, ni solucionará la cuestión de Guantánamo, ni cejará en el empeño de recortar las libertades civiles en su país, todo fue bla, bla, bla, más de lo mismo, otro animal manso a los intereses financieros.
La maquinaria gringa fabricó una nueva estrella y nosotros creímos en ella, un señor de perfectas maneras un galán café con leche y sonrisa impecable
Digamos que sí, que han ganado, nos engañaron, si, los fabricantes de mentiras han creado su mejor obra con este hombre, nos hicieron creer que llevaba palomas en las manos pero el mundo continúa siendo rehén de los mismos, digamos que sí ,que es un buen, el mejor, relaciones públicas de Wall Street, admitámoslo, queríamos un Allende, un Che, una Pasionaria, lo que fuera, nos bastaba alguien parecido, cualquiera que nos empujara de nuevo a los sueños pero nos metieron en las fauces del engaño, y ahí fuimos, para adentro, creímos en la falsa realidad que nos presentó, necesitábamos creer que era posible, no será así, no es tan demente como su predecesor, el asesino en serie Bush, pero tiempo al tiempo.
De momento ya tiene el nobel de la paz, que lo legitima para seguir con sus planes de expansión imperial, en fin, este hombre, Obama yeswecan, es el actor perfecto, el encubridor perfecto del golpe financiero y de la bancarrota, y mientras seguimos esperando que reconduzcan el pánico que los dueños del mundo han generado, las estructuras de poder se frotan las manos porque se han asegurado que de momento, otra vez, una vez más, nada cambia.